1. Hay dos noticias de esta semana que pintan muy bien la perversidad de los aliados de Bolsonaro: la liberación de los cultos religiosos y la ley que habilita a los empresarios a pagar para tener vacunas antes que el resto de los mortales. Abro pequeño hilo...
2. Ayer, la Cámara de Diputados brasileña aprobó una ley infame que ahora va al Senado, para que las empresas puedan comprar vacunas de forma privada y saltarse la fila de la salud pública para vacunar a socios, empleados y clientes.
3. Ahora, el Supremo está debatiendo (y se espera que revoque) una decisión monocrática de su único juez bolsonarista, que autorizó a las iglesias a hacer cultos presenciales (en este momento de la pandemia, serían fiestas temáticas COVID19 con música gospel)
4. La ley de la fila VIP de vacunación para empresas es una exigencia de uno de los sostenes del gobierno: la casta más rica de la sociedad. Y ni digo clase, sino casta. Se creen por encima de los demás mortales y creen que, si pueden pagar, tienen derecho a vacunarse antes.
5. Estos empresarios están dispuestos a sostener a un gobierno genocida con cientos de miles de muertos, siempre que los muertos sean OTROS. Y creen que es posible sobrevivir al margen, en una burbuja, mientras el resto se jode. Vacunas para ellos, negacionismo para los pobres.
6. La lógica de estos tipos es: “todo bien que el presidente sea antivacunas y reparta cloroquina para el populacho, pero a mis gente y a los pobres que trabajan en mi empresa dejame que los vacune antes”. Pedían también deducir el gasto del impuesto a la renta.
7. Lo de la apertura de las iglesias es más berreta. Los servicios religiosos se pueden hacer online, por streaming. Pero el dinero que los pastores evangélicos aliados del gobierno de Bolsonaro les hacen dejar a sus fieles pobres cada semana es difícil recaudarlo online.
8. Sin cultos presenciales, cayó drásticamente la recaudación del diezmo y las ofertas. Entonces Bolsonaro mandó a su juez particular del Supremo a sacar una cautelar para salvar la recaudación de las pascuas, aun sabiendo que luego el plenario probablemente la revocaría.
9. Ambas decisiones (la vacunación vip y los cultos presenciales) aumentan el costo en vidas de la política genocida de Bolsonaro, pero mantienen contentos a una parte importante del “andar de cima” y a uno de los principales intermediarios con el “andar de baixo”.
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1- Ayer hice un tuit sobre las restricciones en Barcelona, porque una parte de la oposición argentina está en modo-negacionista y parecen creer que lo que anunció @alferdez es un invento peronista. Varios argentinos en el exterior me respondieron con más información.
Acá les dejo a los amigos de Juntos por el Cambio los horarios del toque de queda en España, que está vigente hace meses. En otros países de Europa es inclusive más duro: rtve.es/noticias/20210…,
Francia: Macron confina el país por un mes y cierra las escuelas por tres semanas: elmundo.es/internacional/…
Mientras boicotea los planes oficiales de vacunación, el gobierno de Bolsonaro está incentivando un debate sobre la posibilidad de que empresas y entidades compren vacunas directamente a los laboratorios y puedan aplicarlas a sus socios o clientes, saltándose la fila.
La discusión está mal de todas las formas posibles. El Estado incumple su obligación con la salud pública. Los ricos se vacunan primero porque pueden pagar. No se respetan criterios sanitarios. Y a los trabajadores solo les queda esperar que su sindicato consiga comprar también.
Por otro lado, es difícil que, en este contexto internacional de escasez y disputa entre países, las grandes farmacéuticas decidan venderles vacunas a empresas brasileñas de forma oficial. Lo que se está incentivando es el contrabando ilegal.
Para entender ese número oficial de 614 muertos por COVID19 en las últimas 24 horas en Brasil, veamos un ejemplo de Manaus, capital de Amazonas.
Antes de la pandemia, enterraban a un promedio de 30 personas por día.
El 22/4 enterraron a 120.
Oficialmente, solo 7 por COVID19.
Lo que conté de Manaus es meramente ilustrativo. Hay varios estudios, en diferentes ciudades brasileñas, con los datos de los cementerios. Cuando se compara marzo o abril de 2020 con el mismo mes en 2019, el aumento de muertes es enorme, la mayoría por “problemas respiratorios”.
Los números reales de fallecimientos podrían ser 6 o 7 veces más que la cifra oficial que da el gobierno brasileño. En muchas capitales, las UTI están al 90%. En muchos cementerios, ya usan fosas comunes y hay problemas de abastecimiento de cajones.
O cuspe ainda dói! Já faz mais de um ano que a quadrilha mafiosa comandada por Jair Bolsonaro e seus filhos conseguiu expulsar o @jeanwyllys_real do Brasil, através de campanhas criminosas de destruição de reputação e ameaças de morte, mas ainda hoje eles continuam obcecados.
O filho mais lunático do presidente, Carlos Bolsonaro, que não consegue lidar com sua própria sexualidade e com o ódio do pai pelo que ele é, tem um ódio profundo (inveja) do Jean e, mais de um ano depois do exílio do ex-deputado, continua o difamando.
A profundidade do esgoto fascista em que essa família de milicianos, psicopatas e assassinos submergiu o país é tal que a imprensa, o Congresso e o STF já naturalizaram a existência do “gabinete do ódio” no Palácio do Planalto. É surreal. Fala-se disso como se fosse normal.
¿Quién es el editor que aprueba estas notas una y otra vez? ¿Qué finalidad tienen que no sea promover una forma de ignorancia y estupidez que puede MATAR personas? ¿Qué valor periodístico tiene la opinión de una burra “famosa” sobre medicina? ¿Cómo pueden ser tan irresponsables?
Estamos perdiendo distinciones que son fundamentales para el periodismo: verdad y mentira, noticia y fake news, conocimiento científico e ignorancia, opinión y discurso de odio. Los medios insisten en reunir esos pares opuestos como “dos voces” equivalentes que hay que publicar.
Insisten en hacer debatir a un científico con un tierraplanista, a un judío con un nazi, a quien informa hechos comprobados con quien los inventa. Publican cualquier cosa porque “está en las redes”. Llaman a opinar a teóricos de la conspiración. Eso no es periodismo.