La cueva de cuarcita más larga del mundo se encuentra en el Parque Nacional Canaima, Estado Bolívar.
Se rumora la posible existencia de tres nuevos minerales en ella.
La apodaron "La Cascada Invertida" o "La Cima del Viento", les cuento por qué:
El Auyantepuy es una montaña en forma de meseta que por segunda vez logra deslumbrar al mundo, primero con el Salto Ángel y ahora con esta grieta donde se halla la cueva de cuarcita más larga del mundo con 20,2 km.
Aún no se ha explorado ni la mitad de la cueva.
En el 2009 el piloto de helicóptero Raúl Arias con más de 23mil horas de vuelo vio un fenómeno extraño por el lado este del Auyantepuy.
Lo describe como una cascada invertida, ya que es una zona que permanece nublada, y en ese lugar vió las nubes ser expulsadas hacia arriba.
Esto se debe a la hidráulica que produce la cueva cuando los vientos entran en ella.
Luego de sobrevolar el lugar estaba seguro que había una cueva, pero no se imaginó que sería de tales dimensiones.
Se entró en la cueva por primera vez en el año 2013. La asociación venezolana Theraposa y la italiana La Venta fueron las organizaciones que hicieron la expedición.
Al llegar creyeron haberse equivocado ya que no había una entrada visible, solo una pequeña grieta.
Uno de los exploradores empezó a sacar piedras, hasta que pudo entrar.
Fue ahí donde se dieron cuenta de lo amplio de la cueva que contaba hasta con un gran río.
La primera expedición duro 15 días.
La cueva está conformada por una serie de salones gigantes.
Los 20.2 km de cueva no son los totales, es apenas lo que se ha explorado.
Además, de la posibilidad de nuevos minerales que podrían cambiar la tabla periódica.
¡Es algo increíble! ,
A pesar de estar a unos pocos cientos de metros de un camino muy concurrido al año por muchos turistas, tardó mucho en descubrirse.
Los tepuyes son formaciones únicas en el mundo, se puede decir que son un cofre del tesoro natural ya que en ellos hay información genética de la Tierra de hace 4 millones de años aproximadamente.
¿Tendrán más sorpresas estas imponentes formaciones?
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
Un doctor alemán que vivió en el Ávila, creó una sustancia secreta, momificó a un presidente venezolano y se le escapó "un muerto que se negaba a morir".
No lo estoy inventando, yo también quedé impactado.
Esa es la historia del famoso Dr. Knoche y sus momias.
Gottfried August Knoche fue un médico cirujano alemán que emigró a Venezuela y se estableció en la población de la Guaira.
Fue uno de los fundadores del hospital San Juan de Dios y también combatió la epidemia de cólera que hubo en el país entre 1854 y 1856.
Desarrolló una profunda fascinación por conservar los cuerpos de los fallecidos sin necesidad de extraerle los órganos.
Pronto, la Guerra Federal le daría la oportunidad de tener a la mano gran cantidad de cuerpos para perfeccionar su fórmula secreta de embalsamado.
¿Conocías la maldición del antiguo reloj de Güigüe en Venezuela?
Todo aquel que ha intentado repararlo ha muerto.
Aunque no soy muy crédulo de historias así, me pareció muy interesante:
El reloj fue hecho por españoles a mediados del siglo XIX y lo trajo a Venezuela el presidente Antonio Guzmán Blanco para contabilizar las jornadas de los trabajadores en sus tierras.
El 2do dueño fue Juan Vicente Gómez, quien lo utilizaba para lo mismo.
Acercándose a su muerte, maldijo el reloj porque cada minuto que marcaba le recordaba que se acercaba su fin.
El reloj se detuvo exactamente a la misma hora que murió el Dictador.
Hay muchas frases y palabras curiosas que se utilizan en Venezuela a diario.
¿Conocemos sus orígenes?
Estás son algunas de ellas:
Jala Mecate: describe a un adulador.
En la época de la independencia al Libertador le gustaba que le mecieran la hamaca para dormir.
Oficiales y soldados se peleaban por jalar el mecate de la hamaca de Simón Bolivar, esperando obtener favores o beneficios luego.
Jala bola: En la época de Juan Vicente Gómez, en las cárceles, los presos de familias adineradas contrataban a un "jala bola" para que les ayudaran a cargar con los pesados grilletes que tenían en los tobillos.