Como suele pasar con los grandes cambios, el primer signo del de hoy pasó desapercibido. Fue apenas un pequeño anuncio en los periódicos allá por abril de 1983.
En el último #gamuhilo de la temporada, uno de los logos más icónicos de España: la T de Telefónica.
Desde su fundación en 1924, Telefónica no había tenido una identidad visual coherente. Oficialmente su logo era este…
Pero a decir verdad en soportes (teléfonos, cajetines, PTR…) era más común ver este monograma:
Mientras que en prensa, prácticamente dependía del anuncio:
En definitiva: eran un monopolio y no parecía especialmente importante que la Compañía Telefónica tuviese una imagen propia. Total, si querías tener teléfono, tenía que ser con ellos.
Pero como ya hemos visto en otros gamuhilos, tras al muerte del dictador España comienza a modernizarse estéticamente. Empresas como Iberia, Televisión Española, Correos o La Caixa apostaban fuertemente por el diseño.
Y Telefónica, que era una empresa pública (presidida desde diciembre de 1982 por Luis Solana, del PSOE) quería marcar también la llegada de los nuevos tiempos.
Por eso, en abril de 1983, aparece en prensa este pequeño anuncio que seguramente para muchos pasó desapercibido:
De este cambio de imagen el público no supo mucho hasta más de un año después, en junio de 1984. Telefónica cumplía 60 años y en su junta de accionistas se presentaba su nuevo logo.
El ganador del concurso había sido Taula de Disseny, estudio dirigido por Josep Maria Civit, y que también se había ocupado de la implementación de la imagen de La Caixa de Miró que repasamos en un gamuhilo anterior:
Pero quizás te haya llamado la atención que no es el logo que todos tenemos en mente, el que encabeza este hilo. El que vieron los accionistas en aquella junta fue este:
Así aparecía en la portada de la memoria anual presentada, que recogía los logros de la compañía el año anterior:
Esta imagen fijaba, además, el nombre de la compañía. Ya no sería la CTNE o la Compañía Telefónica, sería simplemente Telefónica. Oficialmente, Telefónica de España, para iniciar su internacionalización (a día de hoy la sociedad sigue llamándose así).
Parece un nombre obvio, pero quizás en un universo paralelo el elegido fue Compañía Telefónica, Telefónica Nacional o… ¡quién sabe!
Volviendo al logo, se ve que esta imagen no debió convencer mucho, porque en los siguientes meses se pudo ver cómo mutaba casi dente de los ojos de la gente.
Unas semanas después de su presentación, la T está rodeada de un círculo:
Y en la publicidad tras el verano, la wordmark ya aparece en minúsculas y con la tipografía Gill Sans que todos conocemos
Y esta sería, con algunas variaciones de proporción, la imagen de Telefónica que permanecería hasta 1993.
Cuando alguien decidió darle más "dinamismo", es decir, deformar el logo y cargárselo 😡
Porque el logo de 1984 es un icono sólido, con reminiscencias al teclado de un teléfono de tonos, que era la modernidad porque en aquella época, aún había teléfonos de ruleta, de los de pulsos.
Por aquella época Telefónica iniciaba su expansión, y también se aplicó por ejemplo a su filial argentina:
Una identidad visual que estableció unos colores, verde y azul, que continuarían en la imagen de la compañía a pesar de todos los cambios de indentidad posteriores. Y que, de hecho, siguen en Movistar hoy en día.
Y una imagen absolutamente flexible, que podría funcionar perfectamente sin texto, al estilo de Correos, Nike o Twitter.
Y por supuesto, un icono que aún podemos encontrar en mucha arqueología brandera de nuestras calles:
Y que, en mi opinión, seguiría plenamente vigente. Esto no es un fotomontaje, es de una campaña retro de @Telefonica hace unos meses:
Quienes me conocen saben que este es uno de mis logos favoritos de toda la historia. Y aunque el actual de Telefónica también me encanta, a veces echo de menos que se hubieran quedado con este. ¡Seguiremos soñando!
Y con este hilo, damos por terminada la primera temporada de 13 capítulos de los #gamuhilos, que volverán pronto con más historias.
Si tienes ideas, sugerencias o pistas, ya sabes: al DM.
Pues yo creo que tiene razón. Las ciudades están pensadas para el coche y desde un punto de vista masculino tradicional (gente que no suele llevar niños, carritos de bebé o compra...)
Pero siempre podemos arañar unos retuits demagógicos citando un titular sin enlace no vaya a ser que alguien quiera ir más allá del chiste e informarse de por qué lo dice :)
Suele haber risas cuando se habla de cosas como la perspectiva de género en el urbanismo, pero son cosas tan de sentido común como no diseñar calles que sean oscuras o con puntos ciegos por las noches para evitar que las mujeres se sientan inseguras...
En este penúltimo #gamuhilo vamos a hablar de cómo resucitar una marca muy dañada, cómo reinventarla gráficamente y quién diseña cosas que vemos todos los días y a las que no prestamos atención.
Hoy hablamos de Metro de Madrid.
Desde su constitución, Metro de Madrid fue una empresa privada. Los accionistas eran algunos de los grandes bancos y personalidades aristocráticas, incluyendo al rey Alfonso XIII que aportó un millón de pesetas. La empresa pagaba sus ampliaciones y operación con los billetes.
Desde el principio, Metro este nombre como marca (aunque la empresa se llamaba Metropolitano Alfonso XIII) y usó como logo un rombo rojo con el nombre en azul. Digamos que un homenaje al metro londinense, el primero del mundo.
Este tipo de billetes, sin banda magnética ni por supuesto chip, se conocen como resistivos o troquelables, y funcionan metiéndolas en una validadora que recorta un trocito del cartón para que se pueda ver cuántos viajes quedan.
Los hubo en muchas ciudades:
Pero no os creáis que solo funcionaban en autobuses. También Renfe los tuvo:
Hoy me he comprado en el Rastro un libro al que tenía mucho cariño de pequeño, "Silvia y la Máquina Qué" y lo he devorado entero ya.
¿Qué libros, al margen de los más populares, recordáis de vuestra infancia?
Aparte de estos, tengo buenos recuerdos de otros. No voy a citar a Manolito Gafotas porque es obvio en nuestra generación, pero también me encantó "Mi casa parece un zoo", "Devuélveme el anillo, pelo cepillo", "Pupila de Águila", "Muscha" o "Un genio en la tele".
Me estáis despertando mogollón de recuerdos en los replys. Añado "El hombre pequeñito" y "El diablo de los números", que se lo recetaban entre sí los padres de mi clase como remedio para el asco que le cogíamos muchos a las matemáticas.
Últimamente le estoy dando muchas vueltas al concepto de la cultura de la cancelación, a ser buena persona, a la importancia de la empatía.
Creo que una de las cosas que estamos viendo no es tanto que la sociedad está cambiando sino que ahora tenemos más maneras de saber, o menos inhibiciones a la hora de comunicar cómo se sienten otros.
Y no sé si se trata tanto de una cultura de la cancelación, dictadura de lo políticamente correcto o cosas así, como de ejercer la empatía y tratar de entender lo que hiere a los demás.
En Soto del Real, que antes se llamaba Chozas de la Sierra, hay una calle dedicada a Phyllips B. Turnbull, profesora universitaria y pareja de Gloria Fuertes junto a la que vivió en el pueblo, y que estableció un programa de becas para jóvenes del pueblo.
En Guadalix de la Sierra hay una estatua de Pepe Isbert en el balcón del ayuntamiento, en recuerdo a su personaje del alcalde en Bienvenido Mister Marshall, que se rodó aquí
Y tienen una calle dedicada a Villar del Río, nombre del pueblo en el que se sitúa la ficción