Me han pedido ya varias veces un hilo sobre el fallo que emitió un juez para favorecer a Monsanto. Un caso que, en mi opinión, evidencia la manera en que varios jueces están más dispuestos a favorecer intereses corporativos antes que el bien público.
La polémica se dio luego de que Francisco Javier Rebolledo, juez Sexto de Distrito en Materia Administrativa, concedió una suspensión provisional para exentar a Monsanto-Bayer del decreto presidencial que busca eliminar el uso del glifosato y el maíz transgénico para 2024.
En su fallo, publicado a finales de abril, el juez señala que "de no darse la suspensión habría un perjuicio social, pues hay riesgo de afectar la producción agroalimentaria, así como la seguridad y soberanía alimentaria".
Organizaciones ambientalistas como Greenpeace señalan que el argumento es falso, puesto que no hay evidencia de que los rendimientos de los cultivos transgénicos tolerantes al glifosato son significativamente mayores que sus equivalentes no transgénicos.
Por ello, el colectivo Sin Maíz No Hay País, publicó un comunicado cuestionando que el juez dé prioridad a los intereses corporativos de Monsanto-Bayer pese a las advertencias sobre el uso del glifosato.
Para entender el alcance del fallo, es necesario entender qué es el glifosato.
El glifosato es un potente herbicida diseñado para matar toda planta que no esté modificada genéticamente. El uso del herbicida está ligado al uso de transgénicos.
El glifosato mata las hierbas y hongos (como el huitlacoche) que crecen junto al maíz. Las semillas de maíz transgénico que vende Monsanto están diseñadas para resistir el potente veneno con el que se rocían los cultivos, que terminan comiendo personas y animales.
Si bien es cierto que no todos los transgénicos son iguales, en el caso concreto del maíz, es desastroso lo que se ha impulsado en México, que es centro de origen y biodiversidad del maíz, grano que se domesticó en la región de Tehuacán.
Hace años, escribí un texto sobre los riesgos del maíz transgénico. Ese texto me hizo estudiar más a fondo los impactos del TLCAN, puesto que el maíz transgénico es un claro ejemplo de la política agroalimentaria impulsada por el neoliberalismo.
No se puede entender el uso del glifosato, sin los intereses corporativos de grandes trasnacionales de semillas, el monocultivo, sistemas agrícolas altamente tecnificados, maximización de ganancias, así como un desprecio sistemático por la biodiversidad y la cultura campesina.
A lo largo de los gobiernos neoliberales, se impulsó el uso de estos productos emanados de la Revolución Verde, como una forma de generar mayores rendimientos en los cultivos, pese a los riesgos en la salud de la población y los devastadores efectos para los ecosistemas.
En el sexenio de Calderón -quien se vendía como ecologista por impulsar cumbres de cambio climático mientras devastaba territorios con las mineras- hubo una intensa campaña gubernamental para apoyar el uso de cultivos transgénicos. Me consta, pues asistí a talleres sobre el tema:
El uso de transgénicos para beneficio de empresas privadas, es un esquema que fue impulsado por el neoliberalismo a nivel global. La obsesión por maximizar ganancias, llegó a niveles inauditos con la privatización de las semillas: tiranía corporativa.
El caso del maíz me sacudió. Eso me llevó a indagar a fondo el tema de la comida y los sistemas agroalimentarios. Eso se plasmó en un reportaje (que pa variar no me quisieron publicar en medios) a propósito de una entrevista a Carlo Petrini, de Slow Food.
Mi curiosidad por el tema, me hizo estudiar un curso de Sustentabilidad y sistemas agroalimentarios, impartido por académicos de la Universidad de Minnesota. Las lecturas que nos dejaron durante el curso me llamaron mucho la atención...
La conclusión del curso: el sistema agroalimentario en el mundo está diseñado para ganar dinero, no para alimentar a la gente.
Por eso, entre otras cosas, se tira a la basura 1/3 de la comida cultivada en el planeta.
Atroz consecuencia del capitalismo-neoliberalismo.
Una lectura del curso, por ejemplo, explicaba cómo las políticas asistencialistas de EE.UU. en Somalia o Etiopía estaban diseñadas para subsidiar a agricultores de Iowa, en lugar de atender la hambruna en el cuerno de África.
Es un asunto de rentabilidad y negocio.
Esta visión de la comida como negocio, provocó que en México se impulsaran medidas como el uso del glifosato y los transgénicos, con el fin de beneficiar a grandes agricultores, altamente tecnificados, en centros agrícolas del país como Sinaloa y Guanajuato.
Cuando abordé el tema del maíz transgénico, el científico Antonio Turrent me explicaba que instalando riego en el sur del país se podría casi duplicar la producción del grano.
En lugar de eso, los neoliberales apostaron a los transgénicos por puro negocio, para unos pocos.
El caso del maíz es muy especial, no sólo por su alto contenido simbólico y ancestral (no se nos olvide que en esta región del mundo somos hijos del maíz), sino porque ejemplifica una visión de Estado en torno al campo, la comida, los ecosistemas y la gente.
El fallo del juez a favor de Monsanto, es un claro ejemplo de cómo el neoliberalismo impregnó todas las áreas del Estado mexicano, incluyendo los sistemas de justicia, con jueces más dispuestos a favorecer empresas privadas a costa de la salud y el interés público.
Mientras no arranquemos del imaginario esa patológica obsesión por el dinero, seguiremos viendo casos como este.
El maíz no puede ser visto como un simple 'commodity', es una planta sagrada que permitió el florecimiento de nuestros pueblos mesoamericanos.
Los primeros humanos fueron hechos de barro y luego de madera, pero como carecían de alma, los dioses no quedaron satisfechos. Fue entonces cuando Tepeu y Gucumatz, creadores del mundo, decidieron formar al humano con maíz. Nuestra sangre es la misma que el maíz.
Yo por eso tengo en mi casa (abajito del poster de Caifanes) otro afiche celebrando la diversidad del maíz. Nuestra relación con la comida expresa nuestra relación por el mundo. Amar la comida, es amar al mundo, respetar a otros seres con quienes compartimos la existencia.
Por eso es grave que autoridades del Estado mexicano, sigan aplicando una visión neoliberal en los sistemas de impartición de justicia.
Las ganancias de las empresas no pueden estar por encima de la salud de la gente, la tierra, las plantas.
Sería bueno que todos esos ecologistas de ocasión, que tanto defienden a las empresas trasnacionales de energía renovable, se pronuncien también por el tema del maíz transgénico.
Digo, al menos para que disimulen bien su falso ecologismo, ese que revuelve las tripas.😉
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
Hoy, una amiga y colega, a quien aprecio mucho, me dijo que me hacía falta información sobre mis críticas al INE. Dice por ejemplo, que los señalamientos del INE contra AMLO son por denuncias del PRD, que el INE rara vez actúa de oficio.
Señaló también que Morena no ha interpuesto denuncias ante el INE. Sabe mucho de ese tema, porque está cubriendo desde dentro el proceso electoral.
Y sí, se nota que Morena tiene un flanco débil en el INE, como lo advertí hace ya varios días.
Pero en un punto, me reprochó que nosotros como periodistas no debemos "defender a Morena", so pena de ejercer un "periodismo militante".
Reviré con una serie de tuits criticando a Morena, AMLO y la 4T.
Yo no le debo nada a nadie y puedo criticar con libertad, lo que veo.
La sobrerrepresentación llevaba beneficiando dos décadas al PRI. Pero fue hasta ahora, que Morena encabeza las encuestas y se perfila para ganar la mayoría, que al INE le entró la urgencia de hacer cumplir la ley (a medio proceso electoral) que nunca hicieron cumplir. Burdos.
El problema es ese: a unos se les aplica todo el rigor de la ley y a otros toda la laxitud de la ley, en función de los intereses del que fuera el grupo hegemónico durante el régimen neoliberal.
Los remanentes de ese grupo corruptocrático, siguen enquistados en el Estado.
El golpeteo político siempre se ha disfrazado de 'legalidad'. Pasó con el desafuero de 2005. Pasó en Iztapalapa en 2009 cuando los Chuchos pactaron con Calderón para quedarse con el PRD. Lo intentaron en 2018.
En todos los casos, la movilización popular fue factor decisivo.
Bueno, ya que el INE y el TEPJF sancionaron a los candidatos de Morena en Guerrero y Michoacán, uno se pregunta... ¿cuándo van a investigar o sancionar con el mismo rigor a Samuel García por montos de donaciones privadas que exceden lo permitido para las campañas?
Samuel García reconoció públicamente que su familia le ha donado 20 millones de pesos para su campaña para la gubernatura de Nuevo León.
AMLO miente con eso de que el INAI ocultó el caso Odebrecht, pero tiene razón en eso de que los bancos y las telefónicas ya solicitan datos biométricos y ahí nadie hace escándalo.
El gobierno de México busca crear un padrón para tener un registro de los usuarios de tarjetas telefónicas de prepago, con las cuales, se han cometido diversos delitos de alto impacto. A la 4T le ha hecho mucha falta una buena estrategia de comunicación sobre este asunto.
Hace un par de días, la aplicación del banco que yo uso, me pedía ingresar datos de geolocalización o de plano no deja usar la aplicación. Las empresas privadas ya poseen y lucran con datos biométricos y los medios hablen del tema.
Es casi un hecho que el TEPJF cancela las candidaturas de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón, por el partido Morena, a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán.
Una dura sanción. Es evidente que hubo mano política, pero también mentiras y desaseo brutal por parte de Morena.
Y cuando me refiero a mano política, me refiero más al INE que al TEPJF. Me parece que Morena merece ser sancionado. Hasta el día de hoy, no queda claro que TODOS los candidatos presentaran informe de gastos de campaña, como se dijo dentro del INE.
Hasta cierto punto, creo que los magistrados hubieran quedado peor parados si avalaban las candidaturas. Pusieron la vara alta, eso sí. Ojalá que con esa severidad juzguen otros casos. Por ejemplo, el de Samuel García en NL. El TEPJF está obligado a actuar de manera impecable.
La pandemia de covid-19 se encuentra en su punto más bajo en México desde el inicio del brote.
Se registran ya 14 semanas al hilo con tendencia a la baja. No se registra rebrote vacacional como muchos esperaban.
Van 16.6 millones de dosis de vacunas aplicadas.
Lo mismo pasa en la Ciudad de México. Apenas 7 de cada 100 personas que se hacen la prueba dan positivo.
También se registra el punto más bajo de hospitalizaciones y muertes e la capital, desde que inició la pandemia.
Poco más de 2.3 millones de personas han sido vacunadas.
Algunas personas incluso sugieren que México ya alcanzó la inmunidad de rebaño. No hay datos claros sobre este asunto, aunque un estudio de la UNAM en marzo estimó que esto ocurriría en septiembre. Pero ojo, esto es nada más una estimación matemática.