Thread by @JaimeObregon

🪦RIP Google (1999—2021)

Comencé a usar Google en 1999. Era un soplo de aire fresco. En abril he abandonado Google y me he pasado a duckduckgo.com. Es un soplo de aire fresco.

Me explico 👇.

Soy de la opinión de que esto de la tecnología ha de maridarse con unos valores humanistas. De que las máquinas lo mismo nos liberan que nos hacen a todos esclavos.

Y mi acervo informático surte de los 8 bit, la #demoscene y el activismo hacker: Ritchie, Stallman, Torvalds…

Una tarde, en un laboratorio de la universidad, un amigo me vio usando no sé si Yahoo! o Altavista u otra cosa. Se acercó y me recomendó probar un buscador nuevo, poco conocido, pero que funcionaba muy bien.

Fue la primera vez que oí eso de «Google».

Y era efectivamente fabuloso: notablemente más rápido que los demás buscadores, permitía emplear operadores booleanos y además no era un «portal» como todos, sino un mero buscador minimalista.

Eficaz; sin publicidad y sin distracciones.

Era diferente y pronto todos lo usábamos.

Google no solo era un producto superior, sino que además molaba: era divertido de usar y lo fabricaba una compañía con toboganes de colores cuyo eslógan informal era «Don't be evil».

Don't be evil.

Por aquel entonces yo y muchos otros huíamos de la abyecta degeneración de la Microsoft de Gates y Ballmer refugiándonos en GNU/Linux y el ecosistema de software libre.

Aquello era una guerra santa, ¡era la yihad 😂!
Y nosotros, muyahidínes ✌️.

Empapelábamos la uni con esto 👇.

¿Sabéis lo que costaba hacer esos carteles con el GIMP de hace 20 años? 🥲🔫

El menda incluso hizo su proyecto fin de carrera de teleco con OpenOffice_org 1.0 aka «escopeta de feria edition» porque aquello de Microsoft Word era un herético invento de los infieles a la causa 🤪.

Mirábamos con admiración a BULMA, el «Linux User Group» (LUG) de Baleares, capitaneado por el gran @gallir (de quien luego vimos nacer @meneame_net).

Los infieles a combatir: Microsoft, SCO, las patentes de software, la SGAE y Ramoncín… 😂

En Cantabria, los aguerridos activistas de LINUCA invitaron a Richard Stallman a la @unican 💪. Y entre varios montamos un LUG para llevar la #yihad a todos los rincones. Era la Guerra Total 🧑‍💻👨‍💻👩‍💻.

Lo mismo dábamos charlas en la Escuela de Ingenieros…

…que enviábamos cartas a los eurodiputados para pedirles que rechazaran la pretensión idiota de legalizar las patentes de software.

👉 El 6 de julio de 2005 el @Europarl_ES rechazó la directiva sobre patentabilidad de programas informáticos por 648 votos contra 14 ✌️.

Pero la auténtica prostituta de la Babilonia de nuestro apocalipsis era Ramoncín, ¡el de la SGAE! Era invocarlo y heder el cielo a azufre 😂.

Eran los años de Napster, eDonkey, el cánon digital, la querella contra la Frikipedia, la amenaza del DRM en los microprocesadores…

Cualquier puñal, cualquier trinchera era buena para hacer la guerra de liberación. ¡Eso sí que era un Dos de Mayo! 😂

Dispuesto a vengar el cierre de la Frikipedia, una tarde destripé el formulario de contacto de la SGAE.

Lo que pasó después… 😜👇

🔗 elmundo.es/navegante/2006…

Estas fueron las semillas de un #activismo informático y de un instinto de transgresión que el lector atento sabrá aún reconocer en mi obra posterior 😂.

En ese contexto histórico llegaron Google y su «Don't be evil» y el flechazo fue instantáneo: todo eran pájaros y flores.

Pero Google hoy cada vez se parece más a la Microsoft que combatí en aquel Vietnam 😅.

Las consideraciones sobre privacidad, la integración subrepticia de Chrome, la Play Store o la aquiescencia con la industria infame de la publicidad invasiva me han hecho virar a @DuckDuckGo.

Y sí: es cambiar una herramienta excelente por otra simplemente muy buena. Pero hay algo más valioso en la ecuación.

👉 Y es reencontrarse con unos valores y unos principios sin los cuales la tecnología será una pesadilla distópica lista para someternos a toda la humanidad.

Alguno pensará que la batalla está perdida. Que solo queda molestar, como cuando pegaba carteles en la universidad o enviaba cartas a diputados. Puede ser.

Pero la informática que me enamoró es la de aquellos hackers activistas y no la de estos tremebundos monstruos cotizados.