Una verdad que la teología liberal, el 'evangelio' de la liberación y el 'cristianismo' woke querrían arrancar de la Biblia:
"Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros; y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis." Marcos 14:7
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El Reino de Dios no consiste en librar a los hombres de su pobreza económica sino en librar a los humildes en espíritu que reconocen su bancarrota espiritual ante la justa y perfecta ley de Dios.
Cristo no vino para traer riquezas materiales, sino para hacernos ricos en misericordia y gracia, de muere a vida capacitándonos para amar ahora sus mandamientos como más valiosos que el oro refinado.
Dichosos los pobres, no en bienes, sino en espíritu; los que se rinden ante el Rey y reconociendo que han sido enemigos de Dios y que necesitan reconciliarse con Él, piden perdón por sus pecados y se arrepienten.
En cambio, ¡Ay de los orgullosos!, no los ricos en dinero, sino los que se enaltecen creyendo que pueden ser iguales a Dios, ¡Ay de ustedes! Pobres y ricos que viven en enemistad contra Dios, porque serán humillados en el día de Su regreso.
La gran comisión, al igual que la comisión que tuvo el Señor en su ministerio terrenal, no es crear sociedades opulentas, no es la redistribución de las riquezas, no es sacar a los pobres de su pobreza económica.
Fuimos comisionados a predicar el glorioso Evangelio de Salvación, a mostrar las eternas riquezas que hay en Cristo.
Vana es la lucha por instaurar el Reino de Dios de forma terrenal.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, no los que tienen hambre de poder y sed de ser la justicia. Sino los que buscan que Dios justifique a los perdidos y que Su nombre sea glorificado cuando juzgue.
A los pobres siempre los tendremos entre nosotros. ¡Qué necedad es emprender muchas meramente sociales!
¿Fue indolente el Señor? Jamás!
Ante la queja de los que reclamaron que con la venta del perfume se podía dar a los pobres, el Señor les recordó lo que en el S.del monte.
Buscad primeramente el Reino de Dios y su Justicia y todo lo demás vendrá por añadidura.
Les dijo que siempre podremos hacer bien a los pobres, y debemos, como muestra de misericordia. ¡Pero que primero debemos buscar Su Gloria!
En vano es dar pan al pobre sin darle el Evangelio, el pan de vida.
En vano es dar riquezas al mendigo y dejarle en su bancarrota espiritual.
Porque de nada sirve ganar el mundo si se pierde el alma.
¡Hnos a las calles! Sí, pero Aviva voz con el Evangelio, izando la bandera de la Paz que ofrece Cristo a los pecadores.
"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad"
Encontramos desde el capítulo 11 al capítulo 13 los acontecimientos de la sucesión del reino de Salomón y la división del reino en el Reino del Norte o Israel y el Reino del sur, Judá.
Empieza narrándonos cómo el rey Salomón se apartó de Dios presentando adoración y sacrificio a otros dioses.
El Señor le anuncia que quitará el reino de su mano, pero por amor a la promesa dejará un remanente. Le arrebatarán el reino y se dividirá por causa de su pecado.