Thread by @RafaelPoulain

Pongan atención que hoy les voy a contar la historia de la Papisa Juana, la mujer que se convirtió en Papa.

Durante siglos se ha especulado sobre una mujer que disfrazada de monje, logró ir subiendo escalones en la jerarquía eclesiástica y terminó convirtiéndose en Papa.

¿Habían escuchado sobre Juana

Hablemos pues sobre este relato que para muchos es una simple leyenda y para otros es una historia real que muchos quieren ocultar, hablemos de las fuentes históricas.

Nuestra primera fuente sobre este relato es una crónica de 1254, (La Chronica Universalis Mettensis), su autor, Jean Pierier de Mailly, nos narra la historia de Juana y sitúa la historia alrededor del año 1100.

La segunda mención a ese hecho surge de la mano de Martín Polonus, o Martín Polava, él tiene una crónica donde recoge la historia de los papas y de algunos emperadores de forma paralela, su crónica y estilo fue muy influyente y fue copiado en siglos posteriores.

El sitúa a la papisa en el siglo IX, de hecho él le pone nombre, menciona que fue Papa durante dos años y siete meses antes de su triste final (que ya veremos más adelante)

La versión de Opava es la más detallada.

Después de estas dos crónicas surge la de Bartolomeo Platina, incluso Giovanni Boccaccio habla de ella, menciona que en Roma hay una estatua suya, (aunque nunca se ha encontrado)

Bueno el punto es que en algún punto de la historia, la leyenda sobre un Papa mujer cobró fuerza.

De hecho durante mi estancia en Praga hace unos meses les conté sobre el Juicio de Jan Hus, pronto les contaré su historia completa y cómo lo condenaron a morir en la hoguera, pero les adelantó que él tambien habló de una Papa mujer (Aunque la llama “Papa Inés”)

Los cronistas que vinieron después van a adornar la leyenda de la Papisa y le irán quitando y agregando elementos, incluso le llegan a poner nombre, unos la llaman Gilberta, otros Agnes y con el paso de los siglos mucha gente la daba por cierta.

Vayamos a lo que cuenta la leyenda, trataré de armarles un relato con las fuentes que les acabo de mencionar y algunas que surgen después…

La historia nos cuenta que nació en Maguncia, probablemente en el año 822 y su que su padre fue un monje inglés que le inculcó una educación sobresaliente, su padre tenía como misión predicar el evangelio y Juana aprovechaba para husmear en los libros que tenía su padre.

Con permiso de su mamá aprendió a leer latín y griego, pasaba las tardes leyendo la Biblia y desde muy pequeña soñó con dedicar su vida a la religión, quería leer toda la literatura religiosa que pudiera.

Y por eso al crecer tuvo que fingir ser un hombre, para poder educarse en un monasterio.

Bajo el nombre de Juan, se dedicó a copiar textos en griego y traducirlos, vagó de monasterio en monasterio y cruzó Europa, de Alemania a Jerusalén fue aprendiendo sobre diversos temas, desde teología hasta medicina y botánica.

Incluso antes de regresar de Tierra Santa, pasó por Grecia donde aprendió sobe los maestros clásicos.

Finalmente se estableció en la corte de Carlos II de Francia y él la ayudó a establecerse en Roma como docente, obviamente haciéndose pasar por hombre.

Ahí poco a poco fue ganándose un lugar entre los académicos y el nombre de “Juan” llegó a oídos del Papa Leon IV.

Según la leyenda, tras la muerte de Leon IV, fue elegida Papa bajo el nombre de Juan VIII, otros aseguran que fue Benedicto III.

Pero les voy a decir algo, eso no tiene mucho sentido porque …

La vida de Benedicto III está medianamente documentada, por ejemplo, su padre se llamaba Pedro y sabemos que al poco de ser elegido Papa por los religiosos, los nobles apoyaron a un hombre llamado Anastasio y con su ayuda apresó al Papa Benedicto.

Lo desnudaron y lo metieron a una celda, al final el pueblo se puso de su lado y Anastasio se convirtió en Antiapa y huyó de Roma, en resumen, de acuerdo a las crónicas de dicho Papa, Juana no pudo ser Benedicto III.

Pero otros dicen que fue Juan VIII, un religioso muy cercano a Carlos II de Francia y cuyo pontificado terminó cuando fue envenenado por sus enemigos y luego golpeado con un martillo en la cabeza debido a que el veneno no hacía efecto.

Como verán, leyendo la historia de estos dos papas podemos suponer que no era Juana debido a que ella muere en otras terribles circunstancias…

Resulta que Juana se había enamorado de un embajador, Lamberto de Sajonia, él sabía la identidad de Juana y eran muy cuidadosos con su relación, pero todo se vino abajo una tarde del año 848 cuando el Papa,(Juana), mientras iba rodeado de fieles, se tiró al suelo y aulló de dolor

Todos vieron aterrorizados que su túnica tenía sangre, el Papa se acostó en el suelo y tras unos minutos de incertidumbre y preocupación por parte de los fieles, se escuchó el llanto de un niño, Juana acababa de dar a luz.

Todos los fieles se horrorizaron pero ese estupor se convirtió rápidamente en furia y comenzaron a arrojarle piedras hasta que murió, otra versión dice que fue encerrada por años hasta que su hijo, que se había convertido en obispo, la liberó.

En la Edad Media el relato cobró fuerza y fue hasta el principio del renacimiento cuando surgen las primeras voces de crítica, Baronius, Aeneas Silvius, Onofrio Panvonino y otros, demostraron la insostenibilidad de la historia.

Muchos decían que la historia la usaron los protestantes para desacreditar a la iglesia católica.

Otros que en realidad estaban ocultando la verdad.

¿Ustedes qué opinan?

De hecho se ha fabricado la leyenda que a partir de ahí se fabricó una silla con un agujero en el asiento (la sedia stercoraria) en el que todo nuevo Papa tenia sentarse para que otro eclesiástico “examinara” sus…. atributos masculinos.

La leyenda cuenta que si la inspección era positiva, se decía: “duos habet et bene pendentes”, o sea, “tiene dos y cuelgan bien”.

Por cierto la silla existe y se encuentra en los Museos Vaticanos, aunque no hay pruebas de que el agujero sirviera para eso.

Aunque es curioso que exista esta imagen donde representa en este grabado anónimo de 1645 donde se le está haciendo el famoso “palpati” para probar la masculinidad de Inocencio X.

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Y en resumen esa es la leyenda y las pruebas históricas que mencionan o niegan la existencia de una Papisa.

Y aquí termina esta historia que nos enseña que…

Al final sea cierta la leyenda o no, el pasado sirve para revisar nuestro presente, hay personas que tienen que luchar el doble para ser reconocidas, ya sea por su género, color de piel o condición social.

Los pensamientos medievales ahí se deben de quedar, en el pasado.

Fin.