Thread by @Elzenutrio

Cuando fui a mi primera y única entrevista de trabajo, tenía 22 años. Un crío. Tres hombres y dos mujeres frente a mí.

Optaba a empezar en una profesión que lleva siendo mi vida 25 años y que cada día disfruto más. Y es difícil, porque siempre me gustó

Éramos muchos. Nos arremolinábamos en un pasillo bajo una escalera. Muy posiblemente yo era el más joven. Julio de 1996. Yo iba con mi título reciente debajo del brazo. Buscaban a pocos, pero no sabíamos con exactitud a cuántos.

Tras varias cuestiones sobre mí, mis notas (buenas), mi formación... uno de ellos, M., me hizo la pregunta que, luego lo supe, fue la clave para que me eligieran.

- ¿Qué harás si no te seleccionamos?
- No tengo plan B. Yo sólo apuesto por estar aquí, que me elijan y demostrar

Insistió

- Ya, pero, ¿y si no?
- Yo prefiero pensar que va a ser que sí.

Luego me enteré de que había gustado mi determinación y mi claridad de ideas. Y que los cinco habían visto algo en mí.

Con los cinco he compartido mucha experiencia. Me han ayudado a desarrollarme

Esta mañana me he levantado con la noticia de que había fallecido M. Como se dice ahora, de una larga enfermedad. Luchó con todo.

Han sido muchos años conociendo a M. desde entonces. Tranquilo. Amable. Trabajador. Ahora, M. era el jefe de buen@s amig@s. Querido.

Hoy no consigo quitarme de la cabeza aquel momento. M., yo, esa pregunta y esa respuesta que cambiaron mi vida. Detenidas en el tiempo.

M., ahí sigo, sin tener plan B. Sólo un plan A. El mismo que el tuyo.

Vivir.

Que nos volvamos a ver. Cuanto más tarde, mejor 🙂