Salgo de una tertulia de radio con un político separatista y otra podemita (perfectamente equivalentes) y no puedo evitar compartir algunos de los disparates que han sido capaces de decir en solo 20 minutos, que son muy habituales en el debate público catalán. Abro hilo:
La podemita, empeñada en secundar los desvaríos del separatista, incluye entre los derechos humanos el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Cuando le pregunto si se da cuenta de que confunde derechos individuales con derechos colectivos, me dice que no "desinforme".
Luego dice que el "derecho a decidir" (sic) es un derecho reconocido internacionalmente. Cuando le recuerdo que el "derecho a decidir" no existe en derecho internacional, sino en la fértil imaginación de separatistas y podemitas, colapsa y vuelve a hablar de autodeterminación.
Entonces, le recuerdo los supuestos en que la ONU reconoce el derecho a la autodeterminación, básicamente para colonias, territorios sometidos a ocupación militar o violaciones sistemáticas de derechos humanos. ¿Le pregunto si cree que Cataluña entra en alguno de esos supuestos?
Aún espero respuesta. Inmediatamente, el separatista sale en defensa de la podemita y me pregunta que por qué en Quebec, Escocia y Nueva Caledonia se han hecho referéndums de autodeterminación. Le explico: ni Escocia ni Quebec han celebrado nunca referéndums de autodeterminación.
El TS canadiense en su sentencia de 1998 es tajante: Quebec no tiene derecho a la autodeterminación ni en derecho canadiense ni internacional. En Escocia, fue el Parlamento británico en el ejercicio de su soberanía el que autorizó el referéndum. Y Nueva Caledonia es una colonia.
Así es el debate público en Cataluña, basado en demagogia populista. De ahí que quienes llevamos años fajándonos en Cataluña nos indignemos cuando Ábalos compara a Junqueras con Mandela para justificar los indultos. Desespera que el Gobierno de España dilapide nuestro trabajo.
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Viendo la toma de posesión de Aragonès, no puedo evitar preguntarme de nuevo cómo es posible que haya tanta gente en Cataluña, e incluso en el resto de España, que compra la sarta de mentiras que el separatismo ha puesto en circulación sobre lo que pasa en Cataluña. Abro hilo:
En el balcón de la Generalitat, la pancarta que reza "Libertad de opinión y de expresión", porque, claro, España encarcela a políticos por sus ideas. El día que toma posesión como presidente el enésimo político radicalmente separatista que desprecia abiertamente la Constitución.
Presentes en el acto Junqueras y los Jordis, que a pesar de no reconocer sus delitos ni mostrar el más mínimo arrepentimiento, encandenan permiso tras permiso y se pasean ufanos por las instituciones del supuesto Estado opresor, el viernes en el Parlament y hoy en la Generalitat.