Leyendo una columna sobre la violencia cibernética hacia la mujer, me pongo a pensar que una sociedad tan segregada no puede avanzar.
El hecho de hacer denuncias públicas en medios de comunicación, se convierte en una sentencia de muerte.
Y ahí les va el 📜
El hecho de hacer denuncias públicas en medios de comunicación, se convierte en una sentencia de muerte.
Y ahí les va el 📜
Periodistas mujeres a las que les dicen “chayoteras”, “prostitutas” y “vendidas”. Nada más lejos de la realidad.
Resulta que las mujeres no tenemos voz ni voto, bajo ninguna circunstancia. La exigencia del cumplimiento de DDHH, se convierte en problema mediático porque,
Resulta que las mujeres no tenemos voz ni voto, bajo ninguna circunstancia. La exigencia del cumplimiento de DDHH, se convierte en problema mediático porque,
lamentablemente para muchos, las mujeres tenemos muchas verdades que decir.
Dejando de lado la sumisión a la que algunas se suman por costumbre o porque no les quedan opciones, las que apoyamos abiertamente los movimientos también nos convertimos en víctimas indirectas de las
Dejando de lado la sumisión a la que algunas se suman por costumbre o porque no les quedan opciones, las que apoyamos abiertamente los movimientos también nos convertimos en víctimas indirectas de las
que son atacadas.
Hemos visto un sinfín de movilizaciones feministas y todas acaban en rechiflas y con víctimas serias: las que queman, las que golpean.
Y mientras @Claudiashein sigue quejándose de campañas de miedo, ella misma produce ese miedo. Avienta al ruedo a sus grupos
Hemos visto un sinfín de movilizaciones feministas y todas acaban en rechiflas y con víctimas serias: las que queman, las que golpean.
Y mientras @Claudiashein sigue quejándose de campañas de miedo, ella misma produce ese miedo. Avienta al ruedo a sus grupos
golpistas, a las feministas “radicales”, esas que hacen pintas, queman y destruyen, para desvirtuar un movimiento genuino.
No es que se exijan más derechos, es que se cumplan y respeten los que ya tenemos. Y eso sigue sin suceder. No diré en la mayoría de los casos, pero sí
No es que se exijan más derechos, es que se cumplan y respeten los que ya tenemos. Y eso sigue sin suceder. No diré en la mayoría de los casos, pero sí
en muchos.
Mientras, el general de la sociedad no se da cuenta que cuando una mujer exige respeto y dignidad y sale a pedirlo, no solo lo hace por ella, lo hace por todos: hijos, esposo, pareja, hombres, mujeres, etc.
Lograr que se cumplan y ejerzan sus derechos, lleva implícito
Mientras, el general de la sociedad no se da cuenta que cuando una mujer exige respeto y dignidad y sale a pedirlo, no solo lo hace por ella, lo hace por todos: hijos, esposo, pareja, hombres, mujeres, etc.
Lograr que se cumplan y ejerzan sus derechos, lleva implícito
el cumplimiento de los derechos de todos.
Sin afán de herir susceptibilidades, un hombre no sale a exigir nada. Algunos dirán que no es necesario, ya que ellos lo piden directamente a quien corresponda: jefe, empresa, padre, etc.
La mujer no. En muchos casos, se ven envueltas
Sin afán de herir susceptibilidades, un hombre no sale a exigir nada. Algunos dirán que no es necesario, ya que ellos lo piden directamente a quien corresponda: jefe, empresa, padre, etc.
La mujer no. En muchos casos, se ven envueltas
en chismes, las condicionan, algunas veces hay violencia y abuso sexual; en pocas palabras, denigran su integridad física o moral.
Las periodistas reciben otros abusos: amenazas a ellas y a sus familias, tan solo por el hecho de escribir verdades, hablar, gritar al mundo lo
Las periodistas reciben otros abusos: amenazas a ellas y a sus familias, tan solo por el hecho de escribir verdades, hablar, gritar al mundo lo
que sucede, evidenciar lo mal hecho.
Todas, y no dudo que algunos hombres también, nos sentimos agraviadas por este tipo de censuras y abusos. Tratar de callar a una nos hace ver que tratan de callarnos a todas.
No es nuevo, no solo sucede en México, lo sabemos. Pero una
Todas, y no dudo que algunos hombres también, nos sentimos agraviadas por este tipo de censuras y abusos. Tratar de callar a una nos hace ver que tratan de callarnos a todas.
No es nuevo, no solo sucede en México, lo sabemos. Pero una
o todas, no podemos vivir con la espada de Damocles pendiendo sobre nosotras cada vez que alzamos la voz ante una injusticia, una denuncia. Muchos dirán entonces lo que ya los acostumbraron a decir: si no quieres que te ataquen, no hables, cállate. Eso es ir hacia atrás.
Si quienes hemos alzado la voz en círculos privados, nos han amenazado con nuestros hijos, imaginen lo que puede pasar a niveles sociales más abiertos, más poblados.
Evitar un linchamiento, eliminar amenazas, descolgar la espada de nuestras cabezas femeninas, le corresponde
Evitar un linchamiento, eliminar amenazas, descolgar la espada de nuestras cabezas femeninas, le corresponde
no solo al gobierno, sino también al resto de la sociedad. A fin de cuentas, las mujeres siempre vemos por el bienestar general, no solo por el propio. Cuando no se evadan o violenten los derechos que exige la mujer, en automático se hará lo mismo para todos.
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