Cuando el presidente Donald Trump firmó el Tax Cuts and Jobs Act of 2017, sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Desde 1945 hasta 1980, año de la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca, los estadounidenses creían en el gobierno como una herramienta de procurar bienestar👇
Reagan lo cambió todo. Llegó en plena crisis del petróleo e impuso su conocido lema: “government is not the solution to our problem; government is the problem / El gobierno no es la solución, sino el problema.” A partir de entonces EEUU se convirtió en un gran parque temático👇
de la LIBERTAD, en el que podías comprarte un helado de ocho bolas, pilotar un avión con 14 años, plantar un campo de minas a la entrada de tu mansión o ponerle ruedas de tractor al coche. Todo se desreguló para el ciudadano libre… a cambio de olvidarse de la JUSTICIA. 👇
Desapareció prácticamente el gobierno; a base de recortarle paulatinamente los impuestos con los que había ido financiando el mantenimiento de las infraestructuras, la promoción de los derechos civiles y la creación de una mínima red de acceso a la educación y a la sanidad 👇
La idea de Reagan, sin embargo, venia con fecha de caducidad. Su lema contra el gobierno no terminaba donde yo he cerrado comillas. En realidad, a continuación añadió: “in this present crisis / durante esta crisis.” Pero el partido republicano borró el final porque vieron en la👇
inmensa popularidad de Reagan la oportunidad de utilizarla para hacer realidad su sueño: volver EEUU a los felices años de 1920 cuando las riendas del país la llevaban los empresarios (industrialists en idiomas). Multimillonarios de aquellos como Woolworth, muchos de ellos de 👇
origen alemán y partidarios de Hitler, cuyos fastuosos panteones funerarios recomiendo visitar en el cementerio Woodlawn, The Bronx, New York. La idea en los 80 era “Make America Great Again” ¿a alguien le suena? y dejarse de concesiones a negros, hippies y tocados en Vietnam👇
Cuando el presidente Trump, en nombre de la LIBERTAD redujo el tipo impositivo de las empresas del 35% al 21% sabía que estaba beneficiando a su Trump Organization de dos maneras altamente provechosas. La primera y obvia: reduciendo drásticamente su pago a la hacienda pública.👇
La segunda, mucho más sutil: al reducir la colecta del estado, Trump recortaba aún más el ya exiguo presupuesto que el IRS (Internal Revenue Service) tiene para perseguir los complejos entramados que arman para defraudar los expertos fiscalistas de las grandes empresas. 👇
Mientras que el número de declaraciones de la renta presentadas en EEUU ha subido un 5% desde 2010, el número de revisiones ha caído un 40% pues el 30% de los encargados de revisarlas (sobre todo los especialistas de casos complejos) han sido despedidos por falta de presupuesto👇
Por eso, en el paquete de renovación de las infraestructuras propuesto por el presidente Biden, $973.000 millones aprobados de momento por 5 republicanos (y a la espera de otros 5 para poderlo aprobar por las buenas en consenso; en lugar de por las malas y en solitario) hay un 👇
apartado que aterra al partido republicano. A los barones del partido que, escudados en la popularidad de Trump, intentan rebobinar EEUU hasta 1980 y dejar las decisiones del estado en manos de las empresas. Lo malo es que ese paquete goza de gran popularidad entre sus votantes👇
y van a tener difícil encontrar una excusa para no apoyarlo. Se trata de la dotación al IRS, la hacienda pública, de $40.000 millones para luchar contra el fraude y hacer que las empresas y los billonarios paguen la parte de impuestos que legalmente les corresponde. 👇
Los acontecimientos no suelen producirse de forma caprichosa, sino con raíces (normalmente ignoradas o desconocidas) ancladas firmemente en el pasado. A riesgo de ser un petardo, me voy a permitir unir algunos puntos. Poner las noticias en contexto, por si a alguien le ayuda. 👇
Se entiende mejor a Donald Trump si se conoce lo que hizo en la década de los 50 el senador Joseph McCarthy. Como dice una expresión de esas que en inglés llaman idioms: “The apple never falls far from the tree.” Por centrarnos, en español: “de tal palo, tal astilla.” 👇
El nombre a memorizar es Roy Cohn. Abogado y mamporrero (chief counsel) personal de McCarthy que ayudó en 1954 al infame senador a acusar falsamente de anti patriotas a oponentes políticos y figuras públicas que no comulgaban con sus retrógradas ideas y a arruinarles la vida.👇
El mismo Roy Cohn que, al final de su carrera, fue el abogado defensor y el maestro en el arte de la estafa del joven empresario inmobiliario Donald Trump, cuando el ex presidente copaba las contraportadas del The New York Post como playboy de referencia. 👇
La mejor enseñanza de Cohn a Trump fue la de nunca dejar huella. La de disponer siempre de alguien que hiciese el trabajo sucio. Por eso el fiscal del distrito de Manhattan no va a presentar cargos contra Trump. Va a por el director fiscal de su organización: Allen Weisselberg 👇
La idea es asustar al contable con la cárcel, tiene 74 años, y conseguir que, a cambio del perdón, se haga confidente y delate al jefe. La esperanza es que, como a Alcapone, ante la imposibilidad de probar sus graves delitos, la evasión de impuestos conduzca a Trump a prisión.
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