Los políticos nunca dan cifras reales de ventas de las plataformas de comercio electrónico que están haciendo surgir como setas. Estoy orgulloso de este hilo, donde he podido obtener estos raros #datos tras encontrar y procesar un registro de pagos con tarjeta 👇.
La mayoría de estas plataformas nacen muertas porque son simplemente inviables. Son iniciativas cuya función última no es apoyar al comerciante local, sino hacer un ejercicio de marketing político a su costa subiéndose al tren de una digitalización que descarrila. Una impostura.
Lo veíamos ayer en Benicarló: en cuatro meses han cerrado solo dos ventas con tarjeta. Pero la prensa local es una vana correa de transmisión de la propaganda de la corporación municipal: «el renacer del comercio local gracias a la audaz acción digitalizadora de su ayuntamiento».
Solo hay un problema: todo es mentira. Un fraude. Una tras otra, cual fichas de dominó, estas plataformas digitales van pereciendo. Y en cada municipio, en cada «aldea smart» española, se tropieza negligente y reiteradamente con la misma piedra: la realidad.
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Por cierto… esto es medalla olímpica de algo: la portada de logronocompra.es requiere de 32 MB 😳 y tarda 5 minutos y 48 segundos en terminar de cargar. ¿Cuánto es eso en campos de fútbol? 😂 Desde el móvil fundiría casi 24 MB de datos, solo la portada.
Solo el fichero HTML principal son casi 12 MB. Eso son unas quinientas veces más de lo normal 🔥.
La razón parece ser que han incrustado un bitmap dentro de una imagen vectorial, y eso es una *mala* idea porque es muy ineficiente en tráfico de red y tiempo de renderizado.
1⃣ Ha fallecido, con tan solo unos meses de edad, la plataforma digital de comercio del Ajuntament de Manacor: demanacor.com. Esta iniciativa municipal competía duramente en el ranking del despropósitos digitales y no ha defraudado: ni un año ha durado.
El ayuntamiento mallorquín se infectó de la fiebre de los marketplaces que causa estragos en alcaldes y concejales de toda la geografía. Y ha lanzado al cementerio de internet un «marketpace» local al que le ha pasado lo que a todos: que no ha funcionado.
Una vez más, medalla olímpica en estulticia para una prensa local incapaz de investigar por sí misma el gran cementerio nacional de plataformas digitales. Prensa que es aldaba del poder político.
El Ayuntamiento de Tomelloso lanza en septiembre «Tomellloso Comercial», una plataforma digital para los comerciantes de este municipio de Ciudad Real. Pero la oculta a Google: «no indexar».
El Ayuntamiento de Logroño lanza en diciembre su propia plataforma comercial: «Logroño Compra». Y hace justo lo mismo: pedirle a Google y al resto de buscadores de internet que no indexen su catálogo.
Hace un mes advertí del mismo problema en el millonario portal turístico «smart» de Lepe (Huelva). Durante cuatro años y medio han tenido el portal y todos sus contenidos expresamente excluidos de Google, Bing, DuckDuckGo…
Veamos cómo se conjuran la política, el blablablá digital y el servilismo de la prensa local. Es la autopsia de un embuste con dinero público: aunclic.shop.
El drama tiene lugar en Benicarló, Alicante. Pero se está repitiendo a diario por toda la geografía española.
Hace unos meses el Ayuntamiento de Benicarló se lanza al enésimo intento de una iniciativa pública mil veces fracasada: desarrollar una plataforma de comercio electrónico en internet que sirva de escaparate para las tiendas del municipio.
Hay rueda de prensa y un diario local se hace eco del alumbramiento: «Benicarló acerca más de 18.000 productos a un clic».
👉 En julio se ahonda en el mensaje triunfal: «la plataforma supera expectativas y genera beneficios»
He dejado abrevando a Rocinante y he subido aquí como Zaratustra a la montaña. Estoy atalayado en el techo del valle de mis ocho apellidos cántabros. Si no bajo porque me han comido los osos, un beso a todos y porfa decidle a @pilar_llop que libere los datos mercantiles. ✌️☮️🕊
Veo depredadores en el camino. Parecen jaimófagos.
En el vídeo no se aprecia, pero está mascullando: «¿Todavía no habéis abierto los datos mercantiles?» #freeBORME