Thread by @Donvix

Qué pena! Apenas me di cuenta que están pasando en tv la película "El fanático", con DeNiro, Snipes, Del Toro, Leguizamo... es arte esa madre.

No conozco una película que retrate mejor el perfil del individuo fanatizado: su debilidad mental, sus resortes, sus obsesiones...

La forma en que el personaje de DeNiro, un sujeto que no es mala persona pero sí es torpe, limitado y desequilibrado, evoluciona en su delirio hasta terminar odiando a su ídolo, es tétrica por realista... un thriller de puta madre.

A veces, veo procesos análogos con usuarios de twitter, lo cual está super jodido porque acá ni siquiera necesitas destacar para que te broten elementazos desequilibrados que creen que son tus amigos, o tus socios, o tus cómplices: basta con que digas bien algo que ellos creen.

A partir, pues, de ciertos DICHOS, hay usuarios que construyen una "afinidad" que sólo existe en sus cabecitas, y el día que se las diluyes pierden la cabeza.

Así como les bastan unos dichos para sentirse parte, les basta que dejes de seguirlos o responderles para enloquecer.

Y así como DeNiro, se sienten despreciados por un "amigo" que no existe, que no valoró un "gesto" de parte suya, y entonces se les van todas las cabras al cerro: siguen atentos, pero como ya no son "amigos" se sienten en la obligación de ser "enemigos".

Es casi tétrico.

Si antes los salones de "lectura" de caracoles, cartas o asientos del café era el espacio por el que se les fugaba la chamba a los psiquiatras, ahora lo son las redes sociales... y se nota de a madre.

Mucho Gil Renard buscando un Bob Rayburn del cual ser "amigo"...

Por fortuna, 999 de cada mil usuarios que dan ese perfil, son inofensivos: se entretienen creando un "culto" adverso al que habían cultivado antes, y ahí depositan su pulsión. A veces, encuentran a otros usuarios damnificados por el mismo "ídolo" y crean así nuevos "socios".

Y así encuentran algo en qué entretenerse: forman grupos de autoayuda que no necesitan, pero que disfrutan.

Lo jodido es ese uno entre mil que se sale del molde... ese tal vez se atreva a morder. Como Renard... fallido, pero no exento de riesgos.

Como sea, quien quiera hacer un abordaje ameno y sólido a la mente de un fanático, no deje de darse esa película: es casi pedagógica.

Entenderla quizá sea más necesario cada vez en este mundo de RRSS y discursos, de relatos y perfiles anímicamente vulnerables.

Ojo ahí.