Thread by @Jsnchezalguaci1

En el HILO de hoy vamos a hablar del #LacusCurcius ¿Qué es? ¿Qué nos dice la arqueología?, ¿Qué leyendas mencionan las fuentes?, ¿A quién está consagrado?, y por último, ¿Qué significado tuvo para Roma? Dentro HILO
📸Wikipeida

El término Lacus sugiere que esta zona inicialmente estaría inundada, una zona pantanosa como hacen referencia autores como Ovidio (VI, 403). En tiempos de la monarquía hacia el siglo VI a.C. sería drenada y desecada con la construcción de la Cloaca Máxima.
📸WikimediaCommons

Por tanto, ¿Por qué pudo ser denominado Lacus después del siglo VI a.C.? Forsythe (1994: 158) señala que pudo haber actuado como sumidero del foro, motivo por el cual seguiría conectado al agua siglos después.

Giuliani y Verduchi (1987: 109) señalan que en una fase tardorepublicana el nivel del pavimento del monumento con el objetivo de drenar y evitar el estancamiento de agua. Por tanto, sea cual sea la teoría aceptada, su relación con el agua es indiscutible.

No en vano, Richardson (1992: 229-232) llega a registrar 22 lacus en su Diccionario Topográfico, tres de ellos en el foro romano. De hecho, de esos 22 lacus solo uno, el lacus Servilius deriva su nombre de una gens (Begué, 2017: 22).

El lago Curcio, según nos cuenta Festo se trataba de un espacio sagrado ubicado en la parte central del antiguo Foro romano. Actualmente, su tamaño es reducido y está completamente rellenado y pavimentado.
📸Begué, 2017, p. 29

Este lugar fue excavado por el arqueólogo veneciano Giacomo Boni entre 1904 y 1906. Se encuentra ubicado en el foro romano cerca de donde estaría la estatua ecuestre de Domiciano.

📸Begué, 2017, p. 17

Según las investigaciones arqueológicas, el Lacus Curtius tuvo diferentes fases cronológicas. Una primera fase estaría constituida por estaría formada por cappellacio y pavimento de bloques de toba volcánica, teniendo en su parte superior bloques de peperino.

En esta fase, además se documentó una capa de opus signinum, usado para impermeabilizar, lo que podría sugerir que contenía agua. Según una hipótesis sugerida por G. Forsythe (1994: 158) pudo haber actuado como sumidero del foro.

Una segunda capa que cubre el monumento está formado por una capa de losas de mármol travertino. Según la opinión de Investigadores como Akerström (1931: 82) y Coarelli (2001: 79) la fecha más aceptada para la construcción del Lacus Curcius dataría del 184 a.C.

Esta cronología, como veremos, es un dato importante pues desacredita las fechas otorgadas para la leyenda. La segunda fase de losas de mármol travertino podría corresponder a época de Sila cuando parece ser que hubo una repavimentación del foro.

Dicha repavimentación afectó en gran medida al Lacus Curcius, agregando nuevos elementos y reconfigurando otros. Esta modificación realizada por Aurelio Cota ha sido fechada hacia 78- 74 a.C. (Richardson, 1992: 229).
📸Begué, 2017, p. 19

En época augustea, con una nueva remodelación del foro romano, se rediseño el espacio del Lacus Curcius (Coarelli, 2001: 79). Y se añadió un relieve del héroe de la leyenda Marco Curcio. Dicho relieve fue hallado en 1553 representa junto con su caballo lanzándose al abismo.
📸WC

Sobre la interpretación del relieve hay variedad de opiniones. La versión general acepta que representa a Marcus Curcius. Por otro lado, J. Poucet (1967: 244) sostenía la teoría de que representa a Metius Curcius, un sabino de tiempos de la guerra de Rómulo.

En el reverso de la estela hay una inscripción que dice: L (ucius) NAEVIUS L (uci) F (ilius) SURDINUS / PR (aetor) / INTER CIVIS ET PEREGRINOS. Este mismo nombre aparece en el pavimento del foro cercano al Lacus Curcius.
📸Begué, 2017, p. 20

El relieve según dataría del 12 a.C., una fecha que coincide con la remodelación del foro augustea. Además, este personaje tendría una vinculación con Augusto como demuestra una moneda acuñada en 15 a.C.
📸Fuente: RIC I, 386

Después de época augustea, hubo una nueva remodelación en el siglo III d.C. en época severa, aunque no afectó parecer ser a la configuración del Lacus Curcius. Posterior a este momento, el lugar posiblemente caería en desuso.

Según nos cuenta Plutarco (Galba, XXVII, 2) fue cerca de este lugar donde el emperador Galba fue en el año 69 d.C. fue brutalmente asesinado.
📸Wildwinds

Volviendo al tema, para los romanos este lugar – según se extrae de las fuentes – era una especie de sima o fisura en el suelo infinita, cuyo significado no está definido. Lo que sí parece estar claro es que por el topónimo Curcius, estaría ligado a esta gens.

Ahora bien, ¿Por qué es conocido este lugar en la historia romana? Como muchos otros episodios de la historia de Roma deben su origen a una leyenda que, a su vez, como habitualmente sucede tiene varias versiones e incluso cronologías distintas.

Según Tito Livio (VII, 6) en el 362 a.C. debido a un temblor se hundió la parte central del foro que intentaron rellenar sin éxito con tierra. De su relato se desprende que Roma se enfrentaba a algún peligro que ponía en serio riesgo la supervivencia de la república.

Ante ello, según nos dice Livio, a través de las indicaciones de un oráculo se informó que Roma debía entregar lo más valioso que tenía, es decir lo que más destacaba de la república romana: sus armas.

Según la leyenda, Marco Curcio un joven con honores de guerra entendiendo que lo más valeroso de Roma era sus jóvenes se ofreció en sacrificio precipitándose con su caballo y sus armas en la brecha que se cerró a su caída.
📸La inmolación de Curcio según Paolo Veronese

Tito Livio, aunque se muestra dubitativo de este acontecimiento, da más credibilidad al origen del topónimo a esta leyenda que otra que cita en tiempos de Rómulo (I, 12) sobre un soldado sabino llamado Curcio Metelo. Sobre esta volveremos más adelante.

Esta versión de Tito Livio es refutada por otros autores como como Valerio Máximo (V, 6, 1), Zónaras (Dion Casio, VII, p. 288), Lucio Ampelio (Lib. Mem. XX) y San Agustín (De. Ciu. De, V, 18).

Varrón (Ling. Lat. V, 148-150) nos ofrece hasta tres versiones diferentes de la leyenda atribuidas a Procilio, L. Calpurnio Pisón Frugi y Cornelio ¿Epicado?

Según Procilio, un agujero se abrió en la tierra y se remitió a los arúspices, obteniendo como respuesta la necesidad de hacer un sacrificio al dios de los manes. El sacrificio fue el joven Curcio, que se lanzó junto con su caballo al agujero.
📸Simon de Vos. Hermitage Museum

L. Calpurnio Pisón en sus Anales, dice que en la guerra sabina de tiempos de Rómulo y Tito Tacio hubo un hombre muy valiente llamado Metio Curcio, quien se refugió en un lugar pantanoso del foro, obteniendo por ello el lago el nombre de Curcio.

Los relatos de Varrón y Tito Livio difieren. En Tito Livio el personaje se llama Curcio Metelo. A su vez, Tito Livio (I, 12, 8-10) nos cuenta que este personaje sabino quedó atrapado en una marisma del foro al espantarse su caballo mientras huía de las fuerzas de Rómulo.

Plutarco (Rom. I, 18, 5) nos dice que Curcio cayó al cieno del lago junto con su caballo, y que tras intentar salir ambos, finalmente abandonó al animal y salvo su vida huyendo.

Dionisio de Halicarnaso (II, 42) nos cuenta que acorralado por las fuerzas de Rómulo se arrojó sobre al lago con sus armas. Rómulo pensando que no sobreviviría se fue del lugar. Sin embargo Curcio tras un tiempo consiguió sobrevivir y regresó al campamento sabino.

La tercera versión de Varrón nos cuenta que este lugar fue alcanzado por un rayo y que por decreto del senado considerando el lugar sagrado fue mandado cercar al cónsul del año 445 a.C. Cayo Curcio Quilón, motivo por el cual recibió el apelativo de Lacus Curcius

Por otro lado, dejando de lado las versiones de las fuentes, una tesis moderna defendida por G. Forsythe (1994: 158) abogaba por la interpretación de Curcius como la derivación de un adjetivo como curs o curtis.

Esta sería una fórmula vernácula de Cohors, Cohortis. Según este autor Cohors, en un principio, significaba zona cerrada antes de ser aplicado a las subdivisiones de las legiones romanas. Por tanto, anteriormente Lacus Curcius habría significado “la piscina del recinto”.

La arqueología, según el estudio de Giulani y Verduchi (1987: 107), en las losas exteriores del monumento, se tienen evidencias de vestigios que señalarían la construcción de una cerca levantada para delimitar el monumento.

Esta interpretación desecharía las versiones de la leyenda, pues el Lacus Curcius no recibiría el nombre de un miembro de la gens Curtia, si no por su descripción física.

Ahora bien, ¿Qué fue del Lacus Curcius con posterioridad a la leyenda? Ovidio en sus Fastos (VI, 403) nos cuenta que en su tiempo sostenía altares secos y era tierra firme. Posiblemente en uno de estos altares existiera una estatua que representara al héroe.

En época augustea, según Suetonio (Aug. LVII, 1) había en el centro del lago un pozo en el que de forma anual todas las clases sociales arrojaban monedas en cumplimiento de un voto por la salud del emperador (Grimal, 2008, p. 111).
📸vroma.org

En este sentido autores como Åkerström (1932: 81-83) y Forsythe (1994: 159) señalan esta costumbre como una posible reminiscencia de prácticas más antiguas, que incluirían con toda probabilidad la búsqueda de buena suerte.

Plinio el viejo (XV, 78) nos cuenta que en el lugar donde Curcio había restablecido los cimientos del imperio había nacido una higuera, junto a la que la plebe había plantado un olivo y una vid para dar sombra.

Por último, en tiempos de Domiciano, el poeta Estacio (Sal. I, 66-80) alaba las virtudes del emperador comparando sus gestas militares con las del héroe Curcio. Tanto es ser así que llega a decir lo siguiente:

“Si tú hubieras vivido en nuestros tiempos, mientras yo vacilaba, habrías intentado sumergirte en la profunda charca, pero la propia Roma habría retenido tu montura”.

¿Qué sacamos en conclusión? Por un lado, las tres leyendas sobre el origen del Lacus Curcius se remontan a los siglos II- I a.C. Por otra parte, el monumento se construyó en 184 a.C. y fue parcialmente reconstruido en la década del 70 a.C.

De esta información se puede sacar que el origen del Lacus Curcius no estaba nada clara, y de ahí que surgieran las diferentes versiones de la leyenda que intentaron dar significado histórico a un lugar que era “desconocido” para los romanos de esa época.

No obstante, no fue hasta el siglo I a.C. con Augusto cuando se restauró la memoria del Lacus Curcius con la narrativa de autores como Tito Livio, la renovación del monumento y la dedicación del relieve al héroe Marco Curcio.

De esta manera, la leyenda sabina de Metio Curcio y la del cónsul Cayo Curcio serían desplazadas entre la población, quedando como versión oficial la del héroe que se sacrificó por la ciudad eterna.

Por tanto, tendría un carácter sacro y de acción de gracias como demuestra el hecho de arrojar monedas, además de refundador de la urbs a través de la comparación que hace Plinio con el Ficus Ruminalis, la higuera donde según la tradición encalló el cesto de Rómulo y Remo.

Y esto ha sido todo amig@s por hoy. Un #megahilo que os regalo por toda mi ausencia durante varios meses de poca actividad por estos lares. Como no puede ser de otra forma os dejo a continuación las fuentes consultadas. Un saludo, y si os ha gustado ya sabéis que hacer!!!

Fuentes
📗Dion Casio, Historia romana. Libro VII (Fragmentos de Zonaras). Madrid, 2004.
📗Dionisio de Halicarnaso. Historia Antigua de Roma. Libro II. Madrid. Editorial Gredos, 1984.
Estacio, Silvae. Libro I. Madrid. Editorial Gredos, 2002.

📗Lucio Ampelio, Liber memorialis. Consultado en: penelope.uchicago.edu/Thayer/L/Roman…
📗Ovidio, Fastos. Libro VI. Madrid. Editorial Gredos, 1988.
📗Plutarco, Vidas Paralelas. Tomo I. Madrid. Editorial Gredos, 1985.
📗Plutarco, Vidas Paralelas. Tomo VII. Madrid. Editorial Gredos, 2009.

📗San Agustín, La ciudad de Dios. Consultado en: librosclásicos.org
📗Suetonio, Vida de los doce césares. Madrid. Editorial Gredos, 1992.
📗Tito Livio, Ad Urbe Condita. Libro VII. Madrid. Editorial Gredos, 2001.
📗Varrón, La Lingua Latina. Madrid. Editorial Gredos, 1998.

📗Valerio Máximo, Hechos y dichos memorables. Libro V. Madrid. Editorial Gredos, 2003.
Bibliografía
📗Å. Åkerström (1931), Lacus Curtius und seine sagen. Londres.
📗C. Giuliani y P. Verduchi (1987), L’area centrale del Foro Romano. Firenze

📗F. Coarelli (2001), Guida archeologica di Roma. Bari: Editorial Laterza.
📗G. Forsythe (1994), The Historian L. Calpurnius Piso Frugi and the Roman Annalistic Tradition. Lanham.
📗J.Poucet (1967), Recherces sur la légende sabine des origins de Rome. Louvain.

📗P. Grimal (2008), Diccionario de mitología griega y romana. Barcelona: Ediciones Paidós.
📗P. Riera Begué (2017), The Lacus Curtius in the forum romanum and the dynamics of Memory. A Contribution to the study of memory in the roman republic.

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