Thread by @jagarzaramos

HILO.
El ministro de la Suprema Corte, Javier Laynez, acusó a autoridades de #Torreón de abuso y corrupción tras su detención por presuntamente conducir en estado de ebriedad.

Sin embargo, hay varias inconsistencias en el comunicado de Laynez.

Hasta ahora ni el Ayuntamiento de #Torreón ni la Fiscalía de #Coahuila han presentado pruebas de alcoholemia o recibos de pago de multas (que dice Laynez que no le dieron) para acreditar que el ministro conducía en estado de ebriedad.

Pero el ministro omite algunos puntos.

Dice Laynez que sus familiares pagaron 6,500 pesos en efectivo para su liberación. Esto correspondería a la multa estatal y que oscila entre 5 y 7 mil pesos.

Aunque la multa debe pagarse con depósito bancario a la Fiscalía, los agentes del MP aceptan pagos en efectivo.

Laynez no menciona a qué hora o por qué medios se pagó la multa municipal de 3,500 pesos, que debe hacerse en Tesorería.

Dice el ministro que de la multa de 6,500 pesos no le dieron recibo, aunque el expediente filtrado muestra que sí le dieron la liberación del automóvil.

El problema es que no se puede sacar un vehículo del corralón sin mostrar los comprobantes de pago de las multas (que Laynez dice que no le dieron). La grúa y el corralón aparte cobran entre 1,800 y 2,500 pesos.

En el comunicado, Laynez no aclara (quizá porque desconoce que en Torreón los cuerpos de policía y de tránsito están separados) qué corporación lo detuvo. Pero lo que sí está claro en el parte es que fue presentado por elementos de Tránsito, no de Seguridad Pública.

El ministro acusa que nunca se le permitió ver a un médico y que no se le hizo prueba de alcoholemia. Este es el punto que el Tribunal de Justicia Municipal está obligado a acreditar, pues el procedimiento es que cualquier persona que ingresa debe ser sometido a una prueba.

Es normal que durante una revisión donde no hay aparato de alcoholímetro, los agentes de basen en el aliento y el comportamiento de la persona para decidir si lo llevan al Tribunal, donde se le debe practicar la prueba.

Laynez dice que no acepta que haya manejado ebrio.

El problema es que Laynez ya aceptó que iba manejando ebrio, al pagar la multa y firmar su liberación.

Ciertamente un ministro de la Suprema Corte sabe cuándo se le está haciendo firmar una confesión y sabe también que si no cometió la falta puede presentar una denuncia.

También pudo haber exigido que se judicializara su detención, pues aunque eso hubiera implicado una ventilación pública del caso, también hubiera servido para que exhibiera los abusos de una autoridad contra un ciudadano que resultó ser ministro de la Suprema Corte.

Es fácil ver este caso como el de un encumbrado funcionario que de repente se vio en su faceta de ciudadano común y corriente sujeto a los abusos que se padecen todos los días.

Qué gran oportunidad para pegarle una exhibida a las autoridades locales. Pero no lo hizo.

Tampoco lo hará con la filtración del expediente y de su fotografía detenido (que tiene una marca de agua con el logotipo de la administración municipal), pese a que deplora la revelación de datos personales.

Conclusión: autoridades de #Torreón dejan pasar que el ministro los acuse de corruptos y abusivos al no mostrar los documentos que podrán desmentirlo.

Y el ministró deja pasar la oportunidad, más allá de las palabras, de denunciar esos abusos y corrupción.

O sea, todo igual.