Hoy, en "hilos de días regulinchis", vamos a hablar de ¡CACA! Bueno, de romanos importando caca. Y, más importante aún, falsificando caca.
Porque, a veces, los romanos tenían sus cosillas.
En concreto vamos a hablar de caca de cocodrilo. Porque resulta que los egipcios tenían sus cosillas aún más que los romanos, y decidieron que la caca de cocodrilo era un anticonceptivo estupendo, en forma de tapón vaginal (papiro Kahun, 21). Y resulta que exportaron la fórmula.
Los romanos empezaron a usar la caca de cocodrilo con cierto entusiasmo, pero resulta que, por lo que sea, era carilla. Se ve que eso de que cerca de la caca de cocodrilo hubiera cocodrilos y llevarla de Egipto, subía un poco el precio del producto.
Los romanos eran muy de falsificar. Así que la caca de cocodrilo, que usaban más como cosmético (Galeno, también cita otros usos médicos), fue imitada dándole arroz a pájaros o bien simplemente con tierra y harina... o tierra a seca, para qué complicarse: dioscorides.usal.es/p2.php?numero=…
Pero también eran prácticos, y sustituían los ingredientes complicados de conseguir por otros más "caseros", así que Dioscórides dice que como anticonceptivo y abortivo se usaba el de cabra...eso sí, bebido (y pensábamos que lo del tapón vaginal era malo...)
Luego hubo ingredientes que sufrieron estos procesos combinados, el de sustitución y el de falsificación del nuevo producto. Incluso el de la falsificación del producto falsificado cuando se hacía popular... pero eso ya es otra historia, que dará para otro hilo.
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En Mérida se conserva la lápida de una mujer. Julia Saturnina, que fue honrada por su familia como "médica óptima". Siglos después, el imaginario colectivo seguía dictando que, en la Antigüedad, los médicos eran solo hombres. Así pues, pese a todo, se la calificó de comadrona.
Dos problemas asoman con fuerza para darnos en los morros con los sesgos. Uno es el de considerar que las mujeres eran domésticas esposas sin oficio, y otra que las comadronas eran/son menos que los médicos.
Ambas deberían hacernos replantearnos muchas cosas
Una, la misma idea de trabajo (¿es q el q se realiza en el hogar no lo es?), otra, nuestros prejuicios. Sí, tenemos muchas médicas en Roma y no, no todas se dedicaban a la ginecología. Tenemos a Naevia Clara, médica filóloga, a Antioquis de Tlos, especialista en temas de reuma...