Viendo la crisis galáctica del FC Barcelona y el estado de juego infinitesimal del Real Madrid suspiro con los viejos tiempos de Guardiola y Mourinho. Vivíamos en el mejor de los mundos pero la mayoría no supo verlos, disfrutarlos y, mucho menos, mantenerlos.
O tempora, o mores
O tempora, o mores
Como buen madridista lamento la actual situación del FC Barcelona. Uno de mis sueños era una final de la Champions entre los dos equipos. El Clásico de todos los Clásicos. El partido más grande que hubiesen visto todos los tiempos. Ahora toca conformarse con un Clásico Demediado.
Por supuesto, los culés tienen lo que se merecen. Al haber endiosado a Messi más allá de toda medida han destrozado el club, hipotecándolo hasta los cimientos dejándose llevar por un mito con los pies de barro. La ideología nacionalista tampoco les ayuda. Más que club, una secta
En el ensayo que escribí usando el fútbol como metáfora filosófica, Mourinho representaba el talante nietzscheano mientras que Guardiola encarna el espíritu habermasiano. Fueron grandes tiempos para la épica, con grandes jugadores en plenitud. Ahora vivimos una Edad de Decadencia
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