Durante un partido en Dakota del Sur, profesores compiten arrodillados para recoger dólares para material escolar. “Pensamos que es una iniciativa fantástica, lo merecen”, ha dicho el relaciones públicas de la firma hipotecaria que ha dado el dinero como promoción. (HILO VA)
https://twitter.com/NoLieWithBTC/status/1470141286502080519
En EEUU, la realidad cotidiana de un neoliberalismo salvaje implantado desde hace décadas siempre supera cualquier ficción. Esa competición sólo es un síntoma visible de los recortes a los que la educación pública se ha visto sometida desde hace tiempo.
La capacidad adquisitiva de los maestros ha caído un 4’5% en una década (antes de pandemia, ahora es peor). Cobran un 21% menos que profesionales de otros sectores con formación similar. 1 de cada 6 debe tener un segundo trabajo para sobrevivir.
Aún así, el 94% utiliza su propio dinero para comprar útiles escolares. Basta con darse una vuelta por webs de petición de donaciones como Gofundme o la especializada en escuelas DonorsChoose para ver hasta qué punto mendigan para que sus alumnos puedan tener lo más básico.
En EEUU, las escuelas se financian en buena parte por impuestos a la propiedad, por lo que los barrios ricos recaudan más y los pobres menos. Condenan a los niños a una espiral permanente de pobreza. La meritocracia es puro cuento.
Por si fuera poco, desde hace algún tiempo las escuelas charter (como las concertadas pero más desreguladas en condiciones laborales y de currículum) sirven como caballo de Troya para sangrar aún más la financiación de la pública. A los millonarios las charter les encantan.
En la práctica, el sistema escolar estadounidense es un enorme sistema de segregación racial, clasista y económico. Supone, por ejemplo, que uno de los países más ricos del planeta tenga 8 millones de alfabetos funcionales.
La propia OCDE alerta de que esto está relacionado con los resultados de empleo e incluso salud que los niños condenados a una pública precaria tendrán de adultos. Incluso en relación a su libertad: el 75% de los reclusos no completaron la escuela secundaria.
Más datos, testimonios y explicaciones, en #EsclavosUnidos, del que en breve está prevista la segunda edición. akal.com/libro/esclavos…
Y recuerden. El libro es un análisis exhaustivo de la realidad social estadounidense que pretende ser un aviso a navegantes para los ciudadanos que viven en democracias liberales y cuyo modelo es Estados Unidos.
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