El Dr. Ackerman escribe hoy una férrea defensa del intervencionismo gubernamental en el CIDE. Pero su texto es parcial, sesgado, desinformado. Nada nuevo, tratándose de alguien cuyo espíritu crítico desapareció el 1 de diciembre de 2018. Como profe del CIDE, deje le cuento:
https://twitter.com/JohnMAckerman/status/1470393076204011521
Cuando llegó el Dr. Romero le recibimos con escepticismo, pero también respeto y apertura. Como primer director (en décadas) externo al CIDE, no era un “candidato natural”, pero dijimos OK. ¿Qué hizo en 4 meses? Silencio, no resolvió problemas, hizo remociones arbitrarias. Eso.
El Dr. Ackerman, abogado/experto en corrupción, dice que el nombramiento siguió “de manera estricta la normatividad”. ¿Conoce el concepto “chilling effect”? ¿No ve un conflicto de interés en grupo auscultador de amig@s/coautores? ¿Y la falta de voto en Junta de Gobierno es legal?
Dice el Dr. Ackerman que se busca “recuperar el espíritu original del CIDE”. Tras 8 años aquí, según yo ese espíritu es investigar/dar clases sobre temas relevantes para Mx, con apego a la verdad y sólidas bases téorico-metodológicas. ¿No? Eso hacemos en el CIDE todos los días…
Rememora el Dr. Ackerman los orígenes del CIDE cuando recibió a académic@s sudamericanos. ¿Conoce la planta académica actual, con profes sudamericanos, europeos, norteamericanos? ¿Sabe cuánt@s profes han emigrado desde 2018 por miedo a que se ataque al CIDE, justo como hoy pasa?
El Dr. Ackerman, como el Dr. Romero, habla despectivamente de l@s egresad@s del CIDE como individuos con “afán de lucro” y funcionarios pro “políticas de privatización”. ¿Sabe dónde están/qué hacen nuestr@s egresad@s? ¿Sabe que much@s hoy trabajan para la 4T pues es su chamba?
El Dr. Ackerman critica que “la vasta mayoría de los profesores-investigadores hayan tenido que pasar por un filtro ideológico pro-neoliberal”. Ojalá el Dr., conocido consultor internacional en materia de transparencia, dé más detalles, pues ni yo ni mis colegas sabíamos eso...
El Dr. Ackerman también critica que el chef del CIDE tenga plaza como académico. No sé si es el caso ni por qué. Pero, para alguien que (como ha documentado el Dr. @GmoSheridan) le ha dado plazas a familiares y amigos en sus proyectos, quizás sea mejor no hablar de estos temas.
El Dr. Ackerman igual dice que, “lo mínimo que debe hacer cualquier nuevo Director es reacomodar su equipo de trabajo”. Puede ser. Pero, como interino, ¿remover a alguien por “pérdida de confianza” o por “actos de rebeldía”? Eso no suena ni académico, ni democrático, ni correcto.
Dice el Dr. Ackerman que “Los alumnos y las alumnas son quienes más se beneficiarán con los cambios.” ¿Cuáles? ¿Pérdida de libertad de cátedra/expresión? ¿Una dirección que les llama “esponjas”, habla de profes que “se prostituyeron” y egresad@s que “sólo piensan en su beneficio?
Al final, el Dr. Ackerman nos recuerda la “gran” moneda de cambio de CONACYT: cancelar las colegiaturas. Muy bien. ¿Con eso se compra la integridad/libertad intelectual de la comunidad universitaria? ¿De dónde saldrán esos dineros y cuánto durarán? ¿Qué se perderá a cambio?
El Dr. Ackerman cierra pidiendo no "caer en las provocaciones generadas por actores externos que quieren usar al CIDE para empujar sus agendas políticas e intereses personales”. O sea, justo lo que él hace. Lo siento, no pude evitar su provocación y por eso escribí esto. Fin.
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