Os voy a contar una historia que me ha recordado Google Fotos. No la conté en su momento, porque uno de los protagonistas tiene Twitter y lo hubiese leído pero, como ya ha prescrito, vamos allá.
Hace ya unos años, cuando Carmencita estaba empezando a hablar, me fui a disfrutar de unos días de vacaciones y nos quedamos en una casa que está cerrada casi todo el año. Es una casa vieja, con un montón de cosas antiguas y eso.
Total, que la primera noche se despierta mi hija llorando y voy a su cama.
- Has tenido una pesadilla, ya está aquí papá, no pasa nada.
- Papá, engo susto.
- ¿Susto por qué?
- Hay un niño.
- Jajajaja, no digas tonterías, me quedo un rato hasta que te duermas.
Dos veces más se despertó con gritos porque "hay un niño en el cuarto". Ya me estaba dando un poquito de respeto cruzar el pasillo a oscuras (por no decir que estaba acojonado).
A la mañana siguiente, la niña apareció con un muñeco horroroso, una especie de Nenuco con cara de comercial de inmobiliaria cocainómano y me dijo "Ya é mi amigo". Así que ese era el puto niño, menos mal.
El caso es que el muñeco me daba un mal rollo de la hostia. En tres ocasiones me pareció que se había cambiado de habitación él solo.
Ya sé que esto no tiene ningún sentido pero la niña lo dejaba en la cocina y yo me lo encontraba en los pies de mi cama y cosas así. La segunda vez me hizo menos gracia. La tercera casi me da un infarto.
Aquella noche no fue mejor. Pesadillas con el niño que ahora se escondía "eajo de a cama". Por la mañana miré y, bueno, allí estaba el Nenuco farlopero.
Total, que yo soy una persona muy racional y todo eso, pero decidí coger al Chucky de Famosa y lo puse encima del armario de un cuarto que estaba casi vacío (sólo tenía ese armario y un escritorio).
Salí con la niña a comprar el pan y, cuando vuelvo, me siento a ver la tele y EL PUTO MUÑECO ESTABA EN EL SUELO, en un rincón.
Decir que me asusté un poco es quedarse corto. "Esto tiene que tener una explicación racional, Juan".
Pero, en fin, con el acojone del momento tomé una decisión radical. El muñeco o mi salud mental. Aquello requería medidas drásticas. Fui a la cocina, pillé una bolsa de plástico y metí al muñeco dentro.
Bajé a la calle corriendo (coño, estaba muerto de miedo, no me juzguéis) y lo tiré a la basura. "Papá, é niño". EL NIÑO VA A JUGAR EN EL CONTENEDOR, NO PASA NADA.
Total, que llego a casa, ya más tranquilo y me pongo a jugar con la peque (más para olvidarme un poco del tema que por ser buen padre, lo confieso). Pero no se me iba de la cabeza el muñeco cocainómano.
Me dije a mí mismo "no pasa nada, el puto muñeco se ha ido. Ya está" y, bueno, esto no tiene ninguna lógica pero me dije "ve a comprobar que no está en la casa y ya te olvidas de esta mierda".
Y, sí, como soy gilipollas me pegué un rato buscando el muñeco por toda la casa repitiendo "Juan, eres imbécil". Después de registrar a fondo, solo me quedaba la habitación del escritorio.
Entro en la habitación y jaja, "te imaginas que está donde lo dejé, encima del armario". Meto la mano y SUS MUERTOS. El muñeco diabólico estaba justo allí.
Reconozco que mi reacción no fue racional, pero lo cogí, lo tiré al aire y le pegué una patada en el pasillo con todas mis fuerzas, cual Zubizarreta sacando de puerta; el bicho endemoniado voló hasta la puerta de entrada. El corazón se me iba a salir del pecho.
Justo en ese momento, mi cuñada entra en casa y se encuentra al muñeco a sus pies. Lo coge en brazos y a mí no me salían las palabras, estaba con el dedo índice hacia arriba pero mudo.
Me mira y me suelta "Ay, has encontrado a LOS GEMELOS, de pequeña me encantaban. Los vestíamos iguales y nos pasábamos el día jugando con ellos. ¿Dónde está el otro?".
"Ah, pues ni idea. La niña lo habrá cogido".
Y esa es la historia del muñeco desaparecido y porqué no se me puede dejar solo porque la lío. Y FIN.
El hilo se ha ido de madre, así que SPAM TIME. Comprad mi libro, mucha risa, si lo pedís ahora os llega para hacer un regalo de Reyes estupendo. penguinlibros.com/es/literatura-…
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Creo que los alemanes están haciendo un experimento con los telefilmes para probar técnicas de sueño. Tú estás ahí, tan tranquilo viendo la tele, descansado, y sale el título... VERANO EN ALSACIA. Y pegas un cabezazo en el sofá que parece que te han dado a oler cloroformo.
Te despiertas unos segundos como si salieras del coma y ves a un veterinario entablillando una pata a un poni. Alargas la mano hacia el mando al límite de tus fuerzas. Una chica pregunta: "¿Cuándo has vuelto al pueblo, Jörn?" Y estás otra vez KO.
Dos horas después te tiembla el párpado y sólo te guías por el sonido. Escuchas "Oh, Hilda, creo que no debes casarte con el millonario clasista, cuando estás enamorada del veterinario". Las manos no te responden, tratas de llegar al mando con un pie. Duermes .
He estado toda la tarde leyendo cosas de mi abuelo y cómo lo echo de menos. Era una persona increíble, un día os tengo que contar cosas. Tenía unos amigos muy curiosos.
Juan Ramón Jiménez.
Tengo copias de sus cartas, los originales los donamos.
Una de las historias más alucinantes sobre prisioneros de guerra es la del coro de zapadores ingleses en la Primera Guerra Mundial.
Después de la Batalla del Somme, el ejército alemán tomó como prisioneros a 20 zapadores del ejército británico que fueron trasladados a un campo de prisioneros situado en la frontera con Francia.
Allí permanecieron durante 6 meses, sin que los alemanes descubrieran que se habían dedicado a ayudar a escapar a varios presos. Durante días se dedicaban a planificar las fugas de sus compañeros proporcionándoles alimento (robado en las cocinas), ropa y documentos falsos.
Creo que ya va siendo hora de hablar de un tema que, muy probablemente,me cueste la suspensión de mi cuenta de Twitter y, quizá, una paliza. Hablemos de la receta del auténtico arroz en paella (TM).
Bueno, el caso es que un día llamas a un amigo valenciano y le dices que vas a ir a trabajar allí una semana y entonces se pone muy contento y te dice que te quedes un día más y que te invita a un arroz en paella (TM).
- Va a venir toda la familia, nos lo vamos a pasar genial. Y vamos a cocinar la receta original, la paella primigenia, the real shit.
- Estupendo. Esta tarde voy a la sierra, voy a comprar jamón y lo probáis en el aperitivo.
- No se te ocurra. Con la paella no hay aperitivos.