Es costumbre extendida hacer derivar esta palabra del árabe ‘inshallah’ (‘si Dios quiere’) pero, si así fuera, ¿cómo se explicaría fonéticamente la primera sílaba? Es mucho más probable que proceda del (+)
(+) árabe ‘washallah’(‘y quiera Dios’), pues la labialización de la ‘a’ por la ‘w’ precedente era fenómeno común en el árabe hispánico.
Los testimonios clásicos son frecuentes: aparece en el ‘Quijote’ y el ‘Persiles’ de Cervantes, así como en el ‘Guzmán de Alfarache’ (+)
de Mateo Alemán, por ejemplo.
Muchas veces la primera vocal se pronuncia de manera tan enfática que parece evocar un ‘oh’ castellano, haciendo que la palabra suene casi como una esdrújula.
El hecho es que la pronunciación ‘oxalá’ pertenecía ya al árabe de España, como figura (+)
(+) en la obra de 1505 de Pedro de Alcalá: ‘Arte para ligeramente saber la lengua aráviga y vocabulista arávigo en lengua castellana’.
En la imagen: cúpula de mocárabes de la Alhambra de Granada.
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Hilo de #EtimologíasconArte. Hoy: LOS REYES MAGOS.
Melchor, Gaspar y Baltasar no aparecen en los Evangelios Canónicos sino en los Apócrifos. En Mateo II-1 solo se dice que "llegaron del Oriente a Jerusalén unos Magos" para adorar al niño, sin decirnos su número ni su nombre+
+ni tampoco q fueran reyes. Es en el apócrifo "Evangelio armenio de la infancia" (s. VI) donde se menciona por primera vez a estos personajes con nombres y atributos: Melcón era el rey de los persas, Gaspar de los indios y Baltasar de los árabes. Tb dice qué regalos traía cada +
+uno: Melcón traía mirra, aloe, muselina y púrpura; Gaspar incienso, nardo precioso, mirra, canela y cinamomo; y Baltasar oro, plata, piedras preciosas y perlas. Durante la Edad Media se perfiló la leyenda, los reyes adoptaron sus nombres y aspecto definitivos, y ya cada uno+
La etimología de ‘trabajar’ se conoce bien por el artículo de Paul Meyer en la revista «Romania», vol. 17, 1888: ‘L’étymologie du prov. trebalh’. Viene del latín vulgar *trĭpaliare, ‘torturar’, derivado +
+ de ‘trĭpalium’, instrumento de tortura compuesto de ‘trēs’ y ‘palus’, porque era un cepo formado por tres maderos donde los reos sufrían tormento. El sustantivo ‘trĭpalium’ se documenta desde el s. VI en el texto del Concilio de Auxerre en la forma +
+ ‘trepalium’. La forma originaria hubo de tener la sílaba inicial ‘tre-’ tal y como se conservó en catalán (‘treballar’) y en lengua de Oc (‘trebalhar’); también se dice ‘treballo’ y ‘treballar’ en el alto aragonés de Ansó, Ayerbe y Loarre.
Corominas llama la atención hacia +