Gustavo Bueno, Etnología y utopía.
Capítulo IV. Crítica de la «ilusión etnológica». Resumen:
¿Por qué consideramos como una apariencia el proyecto (intencional) de una ciencia etnológica objetiva, situada en un punto de vista «neutral», «por encima» de cualquier partidismo cultural, en un punto de vista «no etnocéntrico»?
Simplemente porque creemos que semejante neutralidad es totalmente utópica: opera con la hipótesis de que podemos conocer al margen de la evidencia de que nuestros propios pensamientos están ya dados en una cultura, de que la ciencia etnológica es ella misma un producto cultural.
Semejante liberación de la perspectiva de «nuestra cultura» supondría la liberación de toda cultura, que nos depararía la perspectiva neutral. Pero esta perspectiva absoluta –llamémosla la perspectiva cero– es un concepto metafísico: es el «punto de vista de Dios».
El etnólogo que conceptúa metafísicamente su propia ciencia es, en rigor, una variante de quien se cree situado en la perspectiva divina –el gnosticismo– o bien, de quien se cree liberado de toda perspectiva cultural concreta –es decir, el nihilismo, el escepticismo.
Que es, por cierto, un «patrón cultural», o, si se quiere, una institución, un algoritmo mucho más característico del «área de difusión helénica» que de la de los winnebago o de los amazulus.
Lo que muchos etnólogos llegan a considerar como la peculiar sabiduría de su «perspectiva etnológica» –una sabiduría reductora, que oponen a la de los demás científicos y a la de los filósofos– es, sin embargo, una sabiduría trascendental (no científico-categorial).
Pero, desde supuestos materialistas, semejante sabiduría es, más que trascendental, el límite de toda trascendentalidad: es la sabiduría teológica (gnosticismo) o la sabiduría escéptica (el nihilismo) bajo la forma aséptica y «científica» de un neutralismo nivelador.
Ambas destruyen la Filosofía a partir de ella misma. Pero la Filosofía –en cuyo seno se configuró precisamente el «argumento etnológico»: basta recordar a Jenófanes, que sabía que los etíopes representarían a sus dioses en negro– se recupera con la negación de aquellos límites.
Gustavo Bueno, Etnología y utopía.
Capítulo X. Sobre las diferencias entre Etnología e Historia. Resumen:
H. Deschamps viene a decir que si no hay historia de las sociedades bárbaras es porque no tenemos documentos escritos de ellas. La tesis que aquí se trata de defender es la inversa: Si no tenemos documentos escritos de las sociedades bárbaras, es porque éstas no tienen historia.
La tesis se basa en pensar los signos escritos no como un acontecimiento «epifenómenico» que dejase intacta una realidad «viviente», sino como acontecimientos que forman parte «sustantiva» de esa realidad y, por consiguiente, reclaman el tanto de que les sea atribuida...
Gustavo Bueno, Etnología y utopía.
Capítulo V. El concepto de «etnocentrismo» y sus límites como concepto crítico. Resumen:
El etnocentrismo es uno de los conceptos centrales de la ciencia etnológica. Se construye sobre la abstracción de la asimetría característica de ciertas relaciones entre las culturas, elevándose a un plano en el cual estas relaciones aparezcan como simétricas.
La construcción de una relación simétrica a partir de relaciones asimétricas, da como resultado un concepto más abstracto y «genérico», y, en consecuencia, empobrecido, cuando no contiene la indicación de la recuperación operativa de las relaciones asimétricas originarias.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo III. Lucha por la existencia. Naturaleza de los obstáculos para el aumento. Resumen:
Los huevos o los animales muy jóvenes parece que generalmente sufren mayor destrucción, pero no siempre es así. En las plantas hay una gran destrucción de semillas; pero resulta que las plantitas sufren más por desarrollarse en terreno ocupado ya densamente por otras plantas.
La cantidad de alimento para cada especie señala naturalmente un límite extremo a que cada especie puede llegar; pero con mucha frecuencia lo que determina el promedio numérico de una especie no es el obtener alimento, sino el servir de presa a otros animales.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo III. Lucha por la existencia. Progresión geométrica del aumento. Resumen:
Como se producen más individuos que los que pueden sobrevivir, tiene que haber en cada caso una lucha por la existencia, ya de un individuo con otro de su misma especie o con individuos de especies distintas, ya con las condiciones físicas de vida.
Ésta es la doctrina de Malthus, aplicada con doble motivo al conjunto de los reinos animal y vegetal.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo III. Lucha por la existencia. Observaciones preliminares. Resumen:
Debido a esta lucha, las variaciones, por ligeras que sean y cualquiera que sea la causa de que procedan, si son en algún grado provechosas a los individuos de una especie en sus relaciones...
...infinitamente complejas con otros seres orgánicos y con sus condiciones físicas de vida, tenderán a la conservación de estos individuos y serán, en general, heredadas por la descendencia.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo II. Variación en la naturaleza. Muchas de las especies incluidas en los géneros mayores parecen variedades por ser entre sí muy afines, aunque no igualmente, y por tener distribución geográfica restringida. Resumen:
Las especies de los géneros mayores se parecen a las variedades más que las especies de los géneros menores. En los géneros mayores, en los cuales se está ahora fabricando un número de variedades o especies incipientes mayor que el promedio, muchas...
...de las especies ya fabricadas parecen, hasta cierto punto, variedades, pues difieren entre sí menos de la cantidad habitual de diferencia.