Thread by @MESA_MH_LATINA

#TalDíaComoHoy 9 de enero de 1977, Juan Manuel Iglesias Sánchez, de quince años resultó muerto en la población vizcaína de Sestao. Juan Manuel iba en una manifestación pro amnistía en denuncia por la muerte de José Vicente Casabany, muerto dos días antes en Valencia
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por el simple hecho de ir a una manifestación.
Tuvo tan mala suerte que un par de policías se fijó en él y le persiguieron; intentó esconderse en un bar pero fue inútil, fue la presa elegida por ellos. Entraron en el bar, le golpearon, el pobre chaval entró en pánico y
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muere de un paro cardíaco con tan sólo 15 años mientras saltaba por unos patios interiores tratando de huir de las violentas cargas que practicaban esas fuerzas públicas -Guardia Civil y Policía Armada- después de disolver esa manifestación pro amnistía total.
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Como resultado directo de esa acción policial, otro joven de diecisiete años hubo de ingresar en la Residencia Sanitaria de Cruces con fuertes contusiones en antebrazo y hemitórax derechos. Al menos otras tres personas más hubieron de ser atendidas también en el Ambulatorio
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de Sestao, por fractura de costillas, lesiones en la cabeza y golpes en el estómago causados por culatazos.
En Sestao, Portugalete y Santurce se produjeron violentos enfrentamientos entre manifestantes que trataban de protestar por la muerte de Juan Manuel, y la fuerza
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pública, que había ocupado la primera de estas poblaciones. A consecuencia de tales enfrentamientos, al menos dos manifestantes tuvieron que ser atendidos en la Residencia Sanitaria de Cruces. A las diez de la noche de ayer uno de estos policías era intervenido
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quirúrgicamente.
Unas 3.000 personas participaron en una manifestación a favor de la amnistía total que se inició en la iglesia de Nuestra Señora de Begoña, coincidiendo con la salida de las 110 personas que habían permanecido encerradas desde el sábado por la noche.
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En el momento en que se iba a leer un comunicado en euskera, la concentración se disolvió precipitadamente ante la presencia de numerosos contingentes de la Guardia Civil y la Policía Armada. Hasta pasadas las tres de la tarde, la fuerza pública se empleó con una inusitada
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dureza para disolver cualquier pequeño grupo. Bares y portales fueron repetidamente desalojados, de forma que al menos 10.000 personas, muchas de las cuales se limitaban a tomar el aperitivo en los bares de las cercanías, quedaron incluidos en la «zona de operaciones».
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En uno de los establecimientos desalojados, unos futbolines situados a unos cincuenta metros del lugar de la manifestación, se encontraba el joven fallecido; la fuerza pública obligó a salir a todos los que se encontraban en su interior porque consideraba que algunos
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manifestantes se habían refugiado allí.
La versión oficial del Gobierno Civil de Vizcaya decía que “la fuerza pública no actuó en la calle Villar y Villate, siendo el lugar más próximo de sus acciones la plaza de España y la avenida de José Antonio”. Concluía la nota
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señalando que «en modo alguno pudo existir enfrentamiento o contacto con dichas fuerzas por parte del fallecido joven».