Gustavo Bueno, Etnología y utopía.
Capítulo XII. Las «escuelas etnológicas» y su significado gnoseológico. Resumen (1/2):
Las grandes escuelas etnológicas (evolucionismo, funcionalismo, difusionismo, estructuralismo, culturalismo) se diferencian más a un nivel lógico, que a un nivel empírico o específico.
Hablaremos de distintos niveles materiales de la construcción etnológica. Para operar con ellos, será preciso establecer el nivel-cero. Nos limitaremos a considerar las hipótesis gnoseológicas que están en la base de toda la construcción en sus diferentes niveles materiales.
Estas hipótesis se reducen a la misma Idea de Barbarie, en cuanto ajustada a la estructura matricial que le hemos atribuido. El nivel cero queda determinado en esta matriz al escribir las cabeceras de las filas y columnas con rúbricas etnológicas.
Cuando esta matriz se utiliza como «género combinatorio» de la Barbarie, si las cabeceras de fila (I, II, III…, DCXX) representan «culturas bárbaras», «etnias», o algún concepto de esta «escala», entonces su número es finito y cerrado y entre las filas existe linea continua.
Es decir, se reconoce el «pluralismo cultural». El «pluralismo cultural» no figura, por tanto, en nuestro análisis, como «una teoría» más, entre las teorías etnológicas, sino como teoría asociada a la propia categoricidad etnológica.
(Por lo demás, el pluralismo cultural al que nos referimos es muy indeterminado; está percibido desde la perspectiva lógica de la distributividad).
También las cabeceras de columna (1, 2, 3…, 10000) se han de suponer en número finito y cerrado, aunque las líneas de columna se tracen «punteadas».
Es en la determinación de las unidades de columna donde reside uno de los principales cometidos del trabajo etnológico. La disparidad de opiniones será aquí continua, porque el progreso de la Etnología reside en la mayor precisión con que se logren determinar estas unidades.
Pero lo importante desde el punto de vista gnoseológico es saber cuál es el «lugar» donde ocurren estas discusiones. El supuesto de que la Matriz distributiva de la Barbarie está cerrada es lo que hace posible plantear el tema de la Etnología como una «combinatoria» de elementos.
Estar clausurada [cerrada] no significa que no sea posible proseguir el análisis de sus elementos en planos cada vez más abstractos, de suerte que sea preciso reorganizar las filas y las columnas de la matriz (en este sentido, la Etnología sigue siempre abierta).
Pero una matriz gnoseológicamente cerrada –aunque esté metodológicamente abierta– que además es distributiva, contiene sus elementos ya dados (entre estos elementos, distinguiremos los tres niveles: términos, relaciones y operaciones). Llamémoslos estereotipos.
La Etnología utiliza, como modo de conceptuación, el modo característico de distribución estereotipada de sus elementos. Pero existen muchos niveles materiales de distribución, de estereotipa. De lo que se trata no es de eliminarla, sino de elevar la construcción a otros niveles.
Hemos aislado un esquema elemental. La distribución por filas consiste en ir buscando «ejemplares» de este esquema. El resultado es un concepto-colección etnológico, una «clase». Estamos así en un nivel de construcción en el que se mueve gran parte de la producción etnológica.
Si los resultados son «amorfos» esto es debido a que los ejemplares aparecen acumulados en colección distributiva: esto es «Etnografía vertical». Pero si hacemos «Etnografía horizontal», obtenemos también conceptos «amorfos», que ya no llamaremos «Colecciones», sino «Agregados».
(El concepto de «Etnografía», tal como lo definimos, se mantiene porque los términos no son solamente los elementos sino también construcciones –por medio de relaciones y operaciones– que son términos por respecto a construcciones ulteriores.)
La insuficiencia de estos conceptos-colección (o conceptos-agregados) no consiste en que sean «mariposas etnológicas»; únicamente lo son cuando son blandos («conceptos-etiqueta»).
Pero si, aun siendo conceptos-fuertes, son insuficientes, esto será debido a que los ejemplares de las colecciones, o los elementos, de los agregados no han sido compuestos por medio de categorías materiales etnológicas, sino con categorías lógicas generales.
Podría ocurrir que no fuese posible llevar la composición más adelante: entonces habría que concluir que la Etnología no puede arrogarse el estatuto de una ciencia de la jerarquía de la Química o de la Cristalografía. La Etnología estaría simplemente a un nivel cuasi-descriptivo.
Pero si la construcción etnológica puede llevarse más adelante –en algunos sectores de la «matriz antropológica» parece que esto se ha logrado– será porque se establecen conexiones categoriales entre los ejemplares de la colección, o entre los elementos, &c.
Marcel Mauss, Essai sur le don.
Chapitre II. Extension de ce système. Libéralité, honneur, monnaie.
II. – Principes, raisons et intensité des échanges de dons (Mélanésie).
Nouvelle-Calédonie. — Résumé :
Les populations mélanésiennes ont, mieux que les polynésiennes, ou conservé ou développé le potlatch. Elles ont en tout cas, mieux que les polynésiennes, d’une part conservé, et d'autre part développé tout le système des dons et de cette forme d’échange.
M. Leenhardt a commencé à décrire le pilou-pilou et le système de fêtes, cadeaux, prestations de toute sorte, y compris de monnaie, qu’il ne faut pas hésiter à qualifier de potlatch.
Gustavo Bueno, Etnología y utopía.
Capítulo XIII. Crítica de la «Teoría de la Cultura» y de la «Antropología cultural» como ciencias. Resumen:
La teoría sobre el objeto [campo] de la Etnología que hemos desarrollado significa tanto o más que por lo que afirma –el objeto de la Etnología es la «Cultura bárbara»– por lo que niega. Nos referiremos aquí a las dos negaciones más importantes que nuestra tesis implica.
I.— La Etnología no puede ser definida como la «Ciencia de la Cultura» en general. Ante todo, razones efectivas.
Gustavo Bueno, Etnología y utopía.
Capítulo XII. Las «escuelas etnológicas» y su significado gnoseológico. Resumen (2/2):
Desde el punto de vista de nuestra matriz, las conexiones categoriales pueden llevarse «por filas» o «por columnas», o por «filas y columnas».
Como en las cabeceras de columna consideramos representados a los términos, relaciones y operaciones, será también posible intentar componer rasgos de cabecera.
Marcel Mauss, Essai sur le don.
Chapitre Premier. Les dons échangés et l'obligation de les rendre.
III. – Autres thèmes : L'obligation de donner, l'obligation de recevoir. Résumé :
La prestation totale n'emporte pas seulement l'obligation de rendre les cadeaux reçus ; mais elle en suppose deux autres aussi importantes : obligation d'en faire, d'une part, obligation d'en recevoir, de l'autre.
Un clan, une maisonnée, une compagnie, un hôte, ne sont pas libres de ne pas demander l'hospitalité, de ne pas recevoir de cadeaux, de ne pas commercer, de ne pas contracter alliance, par les femmes et par le sang.
Marcel Mauss, Essai sur le don.
Chapitre Premier. Les dons échangés et l'obligation de les rendre.
I. – Prestation totale, biens utérins contre biens masculins (Samoa). Résumé :
Le système de cadeaux contractuels à Samoa s'étend bien au-delà du mariage ; ils accompagnent les événements suivants : naissance d'enfant, circoncision, maladie, puberté de la fille, rites funéraires, commerce.
Ensuite deux éléments essentiels du potlatch sont nettement attestés : celui de l'honneur, du prestige, du « mana » que confère la richesse, et celui de l'obligation absolue de rendre ces dons sous peine de perdre ce « mana », cette autorité.
Marcel Mauss, Essai sur le don.
Introduction. Du don, et en particulier de l'obligation à rendre les présents.
Prestation. Don et potlatch. Résumé :
Il ne semble pas qu'il ait jamais existé, ni jusqu'à une époque assez rapprochée de nous, ni dans les sociétés inférieures, rien qui ressamblât à ce qu'on appelle l'Économie naturelle.
Dans les économies et dans les droits qui ont précédé les nôtres, on ne constate jamais de simples échanges de biens, de richesses et de produits au cours d'un marché passé entre les individus.