Hoy es el #diainternacionaldelaeducacion y, como no es lo mismo saber que saber enseñar, os quería hablar sobre un concepto que suele pasar desapercibido: el conocimiento didáctico del contenido, CDC. Aquí va una de #pildorillasdeprogramación con un poco de sofá y reacciones 😄
El nivel de conocimientos de quien aprende determina para quien enseña el nivel de profundidad con el que puede tratar un determinado contenido y, además, cómo debe formularlo para que le sea comprensible.
No es lo mismo hablar a universitarios del carácter endo o exotérmico de una reacción química, que hacerlo a alumnos de la ESO o a cualquier persona que quiera comprender el porqué de la energía liberada en una reacción química (o necesaria para que esta se produzca).
A partir de esto, podemos entender el CDC como el conocimiento que debe tener quien enseña sobre lo que enseña para poder transformarlo en algo comprensible para quien aprende, es decir, ajustado a su nivel de conocimientos previos y conectado a su realidad.
Volviendo a las reacciones (las tomo como ejemplo), si quisiésemos dar a conocer el “motor” que impulsa una reacción y hablásemos de espontaneidad, energía libre o entropía, limitaríamos ese conocimiento a quienes tuviesen la formación académica necesaria para comprenderlo.
Pero si lo que queremos es acercar el conocimiento acerca de cómo se desarrolla una reacción a cualquier persona, tendríamos que deformar el contenido mediante analogías para que, a pesar de que esa persona no poseyese la formación previa, pudiese comprenderlo igualmente.
Por ejemplo, todos conocemos situaciones cotidianas en las que la energía asociada a los cambios en la búsqueda de una mayor estabilidad es evidente. Y se hace más evidente con la edad 😅. Llegamos cansados a casa y nos sentamos.
Cuando llevamos un rato en la silla, pasamos al sofá y, después de este, a la cama. Y en cada etapa liberamos un suspiro (o gruñido 🐻❄️, en mi caso).
Vamos pasando de una posición inestable, que casi no podemos soportar (¡qué reactivos somos!), a otra más estable –sentado-, liberando energía al hacerlo (a mí me sale algo como “arghh”, es la energía que se fue a cambio de ganar estabilidad).
De ahí, no sin esfuerzo (cualquier cambio va a implicar una pequeña “energía de activación”), pasamos al sofá (otro "arghh”, esta vez más intenso) y, por último, a la cama (aquí la “energía de activación” es ya considerable, porque aunque la recompensa –la cama- sea grande, la...
...estabilidad del sofá ya promete un bienestar difícil de rechazar a según qué hora). Y de la misma manera a la inversa (en ese caso el “arghh” no es de relajación, sino de tensión: energía empleada, no liberada).
Así, podemos dar a comprender por qué unas sustancias reaccionan con otras para formar unas nuevas distintas de las anteriores y por qué hay algunas que, por más que queramos, no reaccionan (probad a quemar una piedra, ¡ya está en la cama, de ahí no se va a mover!).
Y es el conocimiento que nos permite hacer ese malabarismo dialéctico a quienes nos dedicamos al motivo por el que se celebra este día, lo que llamamos CDC. Feliz día internacional de la Educación ☺️
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