Tres estudios recientes empiezan a aportar algo de claridad a los factores de riesgo a padecer long covid, covid persistente o el también conocido como secuelas post-agudas de COVID-19 (PASC).
El tema es serio pues más de la mitad de los sujetos que se recuperaron tras estar ingresado por covid experimentaron PASC, principalmente problemas de movilidad funcional, anomalías pulmonares y trastornos de salud mental
Estos estudios, si bien realizados con pocos pacientes, son el primer intento real y sólido de encontrar algunos de los mecanismos biológicos para el covid persistente. Paso a comentarlos con cierto detalle.
Eso si, nunca nos casaremos de decirlo, la mejor medida para evitar el PASC es vacunarse!!!! Sirvan estos dos ejemplos, un estudio realizado en Israel en una cohorte de 3000 personas doi.org/10.1101/2022.0…
Y otro estudio, esta vez en UK con 6000 personas donde se vio una reducción del 41% del riesgo de PASC tras la vacunación ons.gov.uk/peoplepopulati…
Bueno vamos al grano, en el primer estudio, se confirma que tres factores de riesgo a padecer enfermedad severa durante la infección aguda, son también predictivos de PASC. cell.com/cell/fulltext/…
El primero es la carga viral (viremia o cantidad de ARN del virus en la sangre) al diagnóstico. El segundo es la presencia de auto-anticuerpos (que atacan el propio cuerpo del paciente). Y el tercero es padecer diabetes de tipo 2.
De este estudio surge un nuevo marcador y que es la reactivación del virus de Epstein-Barr, un virus común que portan el 90% de la población mundial. Es un virus relativamente inofensivo, aunque también se ha vinculado con tumores y esclerosis. doi.org/10.1126/scienc…
La razón podría residir en que niveles altos de auto-anticuerpos se suelen correlacionarse con niveles más bajos de anticuerpos para combatir las infecciones, lo que posiblemente haga que los pacientes sean más vulnerables al virus.
En el segundo estudio, encontraron que los pacientes que desarrollaron PASC tenían, al comienzo de la infección, niveles más bajos de anticuerpos de tipo IgM e IgG3.
doi.org/10.1038/s41467…
doi.org/10.1038/s41467…
Los investigadores encontraron que estos niveles de anticuerpos, junto con otros factores, como la edad, padecer asma y cantidad de síntomas en la fase aguda de la infección, proporcionaban una firma (score) para evaluar si alguien tenía un riesgo bajo, moderado de padecer PASC.
Tras la infección, los niveles de IgM aumentan rápidamente y generan la respuesta inmunitaria primaria. Además, al tener 10 sitios de unión al virus, tienen mucha avidez y combaten muy eficazmente las infecciones.
La IgG es característica de la respuesta secundaria (memoria), proporcionando inmunidad a largo plazo. Al ser de menor tamaño que la IgM, tiene dos sitios de unión al virus y aunque tiene menos avidez, tiene más afinidad. Gracias a ello, penetra muy bien en los tejidos y protege.
Además, una subclase de esta, la IgG3, aumenta mucho en las infecciones virales y es la que su defecto es la que está asociada a PASC. Justamente, como apuntan los autores, los asmáticos suelen al tener un exceso de polarización hacia IgE, tienen también menos cantidad de IgG3. 
Curiosamente el PASC se asemeja en ciertos aspectos al síndrome de fatiga crónica y estos pacientes tienen un perfil muy similar de IgG3.
3. En el tercer estudio, los autores encontraron que las alteraciones en la microbiota intestinal estaban claramente asociadas con PASC. Estas diferencias son evidentes en el momento del diagnóstico, aunque se incrementan a los 6 meses dx.doi.org/10.1136/gutjnl…
La microbiota, particularmente la intestinal, se ha asociado a la aparición de diversas enfermedades, desde el cáncer hasta enfermedades cardíacas. El tracto gastro intestinal es el órgano linfoide más extenso del organismo. doi.org/10.3390/cancer…
Este hallazgo va en concordancia con la hipótesis de que PASC puede estar asociado con una pequeña cantidad de virus residual en algún tejido inmuno-privilegiado, como la luz del intestino.
También da cuenta de las observaciones del riesgo de PASC más elevado para sujetos que viven en el mismo hogar sin estar relacionados genéticamente (como marido y mujer), pero con dietas semejantes.
En este sentido hacen falta más estudios que analicen si el re-equilibrado o modulación de la microbiota pudiera ayudar a reducir los efectos de PASC o facilitar la recuperación de los pacientes.
Este tipo de estudios resalta la importancia de realizar mediciones al principio del curso de la enfermedad no solo para averiguar cómo tratar a los pacientes, sino para ver como responderán tras superar la infección. Pero veamos los pro y cons de los mismos.
En términos generales son fruto del estudio de cohortes pequeñas y algo sesgadas por lo que necesitan verificarse con grupos de pacientes más grandes.
Muchos de los pacientes sufrieron infecciones graves, lo que significa que pueden no ser representativos de las personas que se han recuperado de covid más ligeros o incluso asintomáticos.
Estos estudios se realizaron antes de las vacunas. Habrá que ver si las vacunas cambian ese perfil de riesgo. De la misma forma, son previos a la aparición de omicron y habrá que ver el impacto de esta variantes en el valor predictivo de las mismas.
Bueno para terminar, esperemos que estos resultados mejoren la atención de los pacientes con covid prolongado y motive a los grupos de alto riesgo, como los pacientes asmáticos, a vacunarse y así prevenir el covid prolongado.
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