El Altar Mayor de la Basílica de Santa María dei Frari de Venecia está presidido por la asombrosa Asunción de la Virgen de Tiziano.
El colorido y la fuerza de la composición impresionan.
A escasos metros, en la Sacristía, se encuentra el Tríptico de la Virgen con los santos Nicolás de Bari, Pedro, Marcos y Benedicto,
de Giovanni Bellini (1488), con marco original de Jacopo da Faenza.
De una delicadeza sublime...
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La belleza de algunas obras se ve resaltada por el contexto:
En una de las salas del Palacio Ca'Rezzonico cuelga esta deliciosa obra de Francesco Guardi:
El locutorio de las monjas de San Zaccaria.
Guardi, pintor de vedute, no sólo pintó vistas de Venecia y la laguna, también supo retratar la vida veneciana en el interior de esos palacios, con vistosas escenas costumbristas cómo esta en que las monjas reciben la visita de familiares y amigos en un ambiente desenfadado.
El ambiente no puede ser más festivo: un detalle de unos niños se entreteniéndose con unas marionetas de arlequín.
La bellísima Basílica de San Vicente de Ávila esconde un maravilloso tesoro en su interior...
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El Cenotafio de los santos Vicente, Sabina y Cristeta (segunda mitad del s. XII, baldaquino añadido en el s. XV), es una joya de la escultura románica tardía española, cuyo realismo, estudio del movimiento y cierta perspectiva, anuncian ya el gótico. 2/8
La iconografía del martirio de los tres hermanos es fascinante.Comienza con la escena en que,después de ser apresados,son despojados de sus vestiduras y arrastrados de los cabellos.Llama la atención el naturalismo y belleza de los desnudos de ellas, él conserva el paño de pureza