🧵🧵🧵 ¡Son las cárceles, carajo! Abro HILO con la #NaciónCriminal de esta semana sobre el caos e incendios provocados en el crimen organizado en México.
Hay un componente que estamos perdiendo de vista cuando hablamos de los más recientes actos de terror.
Va:
Esta historia de horror en Ciudad Juárez puede sonarles familiar: ante una escalada de violencia en el Centro de Reinserción Social 3, el gobierno planea un operativo dentro de la cárcel para frenar a grupos criminales que se han convertido en la real autoridad en la prisión.
Uno de esos grupos criminales, conocidos como Los Mexicles, se inconforma con operativo que podría terminar en el decomiso de armas y drogas o la extradición de alguno de sus líderes, así que los jefes arman una estrategia desde las celdas de la cárcel:
Ordenan a sus integrantes que siguen en libertad que incendien Ciudad Juárez y ataquen a población civil sin relación con el crimen organizado.
El objetivo es distraer a las autoridades y frustrar el operativo que se dirige contra ellos.
Los Mexicles, ahora brazo armado del Cártel de Sinaloa, repiten las técnicas de horror que aprendieron de Los Zetas y se coordinan para iniciar un perverso juego del gato y el ratón contra soldados, policías estatales y municipales.
Asesinan civiles,
roban autos y los incendian,
bloquean vialidades
y balean edificios de gobierno.
Cada acción en puntos distantes de la urbe para que las autoridades tengan que dispersar sus recursos.
La vieja táctica de "divide y vencerás".
Por horas, toman como rehén a Ciudad Juárez haciendo llamadas desde prisión.
El día termina con víctimas mortales, vecinos con ataques de pánico y un olor a quemado que se ha vuelto la fragancia del fracaso de la estrategia de seguridad.
¿Les suena? Estos hechos, aunque se parezcan mucho a los del pasado 11 de agosto, son en realidad del 5 y 6 de noviembre de 2019.
Hace 33 meses, Los Mexicles le hicieron lo mismo al gobierno mexicano.
En 2019 y 2022, la orden de atacar a población civil en Ciudad Juárez salió de la Zona 4 del Cereso 3, reconocido por ser dormitorio de los líderes de ese grupo criminal: ahí han operado, por ejemplo, “El Lalo”, “El Freak” y —ahora sabemos— "El Neto", quien desató la violencia.
Hay más historias con el mismo modus operandi de quemar ciudades apoyados en la descomposición de cárceles locales.
Sólo cambia la ubicación geográfica, el penal, el grupo criminal y el saldo de muertos o heridos.
También en 2019 ocurrió el Culiacanazo: el Cártel de Sinaloa operó desde el penal de Aguaruto el caos provocado para que el gobierno liberara a Ovidio Guzmán.
Aquel 17 de octubre de hace tres años, 51 reos se fugaron de la cárcel para poner de cabeza a Sinaloa.
Y el Cártel del Noreste ya usó una táctica similar este año.
En marzo, tras la detención de su fundador Juan Gerardo Treviño, alias “El Huevo”, informes de inteligencia a los que @MVSNoticias tuvo acceso dan cuenta que el cártel se comunicó desde la prisión de Nuevo Laredo...
... con su base social para crear caos en la ciudad fronteriza y asesinar a transeúntes con tal de exigir la liberación de su líder.
Esa vez la estrategia no funcionó y "El Huevo" fue extraído por aire de Nuevo Laredo, pero las Fuerzas Armadas no pudieron contener el caos.
En 2011, Los Zetas consolidaron al penal de Piedras Negras, en Coahuila, como su centro de operaciones.
El cártel sacaba y metía a su antojo a sicarios que realizaron masacres como la de Allende, donde habrían sido asesinadas hasta 300 personas.
La cárcel era su cuartel: ahí guardaban drogas, armas y fosas clandestinas. En el taller de electricidad, el cártel modificaba sus autos blindados, en el de hojalatería hacían armas artesanales y en el de costura, uniformes idénticos a los del Ejército.
Ese año, uno de los más violentos en la región de La Laguna, cada cártel tenía su propio penal desde donde aterrorizaba a los vecinos:
Los Zetas operaban en el de Torreón, Coahuila y el Cártel de Sinaloa desde el de Gómez Palacio, en Durango.
Hay muchas lecciones que aprender sobre la violencia desbordada la semana pasada en el país, pero una sobresale entre las menos mencionadas:
lo que pasa en las cárceles debe importar a la sociedad.
La paz de la calle depende de la paz en las celdas.
Si no actuamos rápido en las cárceles, nos resignaremos a que se vuelvan centros de operación del crimen organizado patrocinadas por el Estado mexicano.
Y todos nosotros seremos en parte responsables de repetir tragedia tras tragedia.
🧵🧵🧵Tras los hechos violentos en Jalisco y Guanajuato desatados por el operativo para detener al “Doble R” o “RR”, líder del #CJNG...
Van 5 reflexiones sobre las horribles escenas que vimos en redes sociales y que vivieron en persona cientos de mexicanos.
1. 1A juzgar por la (casi) nula contención del gobierno mexicano a la reacción del CJNG, parece que este operativo se hizo sin planeación ni informes actualizados de inteligencia criminal.
Vieron al “RR” con “El Apá” (un jefe de bajo rango en Veracruz) y se dejaron ir.
2. Una falta de planeación casi siempre indica que se subestima al enemigo.
Por qué el Ejército mexicano no sabía que el “RR” planea quedarse en el lugar del “Mencho” y que, por eso, es un objetivo peligroso ? ¿De qué sirven las reuniones diarias de los gabinetes de seguridad?
🧵🧵🧵 Algunas consideraciones rápidas sobre la captura de Rafael Caro Quintero:
1. El hombre que en tres meses cumplirá 70 años no es más peligroso para Estados Unidos que "El Mencho" o "El Mayo", pero sí por quien la DEA ofrecía la recompensa más alta: 20 millones de dólares.
2. Si no es tan peligroso, ¿por qué la obsesión por este adulto mayor?
Porque la DEA no olvida. Y aún no cree que Rafael Caro Quintero ha saldado la deuda de haber matado a uno de los suyos, el exagente Enrique "Kiki" Camarena.
3. El mensaje desde Estados Unidos es claro: una vez que el Tío Sam quiere encontrarte, ni una leyenda sinaloense del narcotráfico hallará paz en el infranqueable Triángulo Dorado.
🧵🧵🧵La presencia del Cártel de Sinaloa en #Topilejo, al sur de CDMX, es una historia que se cuenta desde hace, al menos, 12 años en Tlalpan.
Abro HILO con la #NaciónCriminal de hoy: los pasos del "Ponchis" en la región que ayer parecía zona de guerra en la capital mexicana.
Los vecinos más longevos de Topilejo aún recuerdan cómo el Ejército mexicano entró a su colonia en una mañana de diciembre de 2010.
El objetivo: remover la tierra en una zona donde entraban vehículos sin placas y con hombres armados.
La “guerra contra el narco” declarada por el entonces presidente @FelipeCalderon iba por su cuarto año, pero no era común ver soldados en la capital mexicana.
Desde el todavía D.F. se veía a la milicia muy lejos en lugares recónditos de Michoacán, Chihuahua o Baja California.
🧵🧵🧵 Escribí para @Milenio la reciente historia criminal de Topilejo, la zona donde hoy un grupo armado originario de Sinaloa atacó a policías de #CDMX.
Desde hace una década sus pobladores están atrapados por el crimen organizado. Abro HILO.
En 2010, hace 12 años, en #Topilejo fueron halladas dos fosas clandestinas con tres cuerpos. El responsable sería un "niño sicario" que el país conoció como "El Ponchis", de apenas 14 años y quien torturaba y asesinaba para el Cártel del Pacífico.
Un año más tarde, en 2011, "El Chango" o Carlos García Vázquez instalaría ahí una célula criminal conocida por su alias. Ellos eran una extensión de La Familia Michoacana e iban por el negocio del narcomenudeo, extorsión, secuestro y tala ilegal de árboles.
En estos momentos, la capital de #Tamaulipas, Ciudad Victoria, vive momentos angustiantes. Circulan videos en redes sociales de miembros del grupo armado “#ColumnaArmada Pedro J. Méndez” que intentan llegar hasta la ciudad.
¿Qué está pasando? 🧵🧵🧵 Abro HILO.
Primero, contexto: estos hombres armados y en caravana intentan presionar al gobierno tamaulipeco para libere a su líder, Octavio Leal, un empresario de negra reputación que fue detenido este martes acusado de homicidio.
En los hechos, la “Columna Armada Pedro J. Méndez” está intentando un “Culiacanazo”, es decir, amenaza con atacar a la población civil y crear casos en zonas residenciales para que las autoridades liberen a un presunto criminal.
🧵🧵🧵Les quiero contar una de las historias que más me gusta narrar en un bar por ser tan maravillosamente absurda: la manera en que fue detenido quien alguna vez fue el entonces capo de las drogas más buscado en México.
Abro HILO mientras espero mi turno con el dentista.
Un poco de contexto: esto ocurre en febrero de 2015, cuando el “Chapo” Guzmán ya llevaba un año preso tras su segunda detención en Mazatlán, Sinaloa.
El sinaloense se fugaría ocho meses después por última vez del “Altiplano”, pero esa es otra historia...
Con el líder del Cártel de Sinaloa detenido, el enemigo público número uno de aquel tiempo era un exprofesor de primaria llamado Servando Gómez Martínez, conocido por su alias “La Tuta” y por liderar a Los Caballeros Templarios en Michoacán.