Thread by @Ninko_Envy

#BkDk #Cheating A/B/O

En donde Izuku y Katsuki están pronto a casarse, pero Mitsuki se entera de que su propio hijo tiene una amante.

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Mitsuki se fue a vivir con su hijo luego del fallecimiento de su gran esposo Masaru.

Ambos habían sido inseparables desde que se conocieron, asi que el fallecimiento repentino de su omega le pegó fuerte.

Katsuki decidió ser empático con ella y le pidió que vivieran juntos.

La alfa no quería ser un estorbo, pero por dentro estaba agradecida de no ser abandonada

Eso pasó hace más de cinco años.

Pero ahora, Mitsuki se encuentra entre la espalda y la pared mientras que tiene el celular de su hijo entre sus manos.

Ella estaba cocinando cuando el celular de su hijo empezó a recibir varios mensajes sin cesar.

En un inicio quería ignorarlos, pero un picor empezó a molestarle.

"¿Y si es Izuku y está en problemas?"

Fueron los primeros pensamientos de la Alfa, ya que su hijo fue a hacer el mandado y olvidó su aparato.

Realmente nunca hubo malicia, asi que ella decidió del porqué +

los mensajes eran tan insistentes.

Al final la mujer se arrepintió, ya que descubrió que katsuki no solo le era infiel a su adorado yerno...

Si no que, además, tenia dos amantes: Ochako y Shouto.

Los mejores amigos de Izuku.

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Luego de pensarlo por una semana, Mitsuki se decidió que lo mejor sería hablarlo en privado con su hijo.

Pero no para que dejara a sus amantes, si no para confesarle a Izuku su traición.

Su yerno era el ser más lindo y comprensivo del mundo, +

asi que ella sabe que valorará que le sean honesto.

Es seguro de que el omega cancelará la boda, pero si su hijo se arrodilla y trata de arreglar las cosas, sabe que podrán salir adelante con terapia de pareja.

Pero en el caso de que el omega ya no puede volver con su hijo... está segura de que en el futuro podrán terminar como buenos amigos.

Pero de algo está muy segura Mitsuki y esque no permitirá que le vean la cara a Izuku, +

a quien conoce desde pequeño y tiene un lugar especial en su corazón.

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Ya era bien entrada la noche cuando escuchó la puerta principal abrirse.

Por un momento, la alfa creyó que otra vez no llegaría su hijo hasta que amaneciera.

Debido a los preparativos de la boda y el viaje, katsuki tuvo que quedarse horas extra en su oficina para arreglar todo antes de irse.

O, por al menos, es lo que su hijo le decía como excusa.

Sería la primera vez que Mitsuki vería a su hijo tan tarde, y

aunque ya tenia puesta su pijama, no iba a retroceder en hablar con el alfa rubio.

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Las cosas se pusieron demasiado tensas, Katsuki se puso a la defensiva y Mitsuki tuvo que citar loa mensajes tan vergonzoso que tuvo que leer, para que su hijo al fin pudiera reconocerlo.

Pero, en vez de que Katsuki le pidiera perdón a su madre por haber caído tan bajo, el solo suspiro con molestia.

"Bien, lo acepto. Tengo algo que ver con esos dos omegas, pero una vez casado terminaré todo con ellos"

Mitsuki estaba incrédula, ya que no podía creer que su hijo AÚN va seguir con esos dos arpías hasta que se case.

"¡¿De que diablos hablas katsuki?!" La cordura de Mitsuki estaba al limite y no pudo evitar levantarse de la mesa, provocando que su silla cayera al suelo.

El alfa solo rodó los ojos, como si la conversación fuera banal y sin importancia.

"¡No te estoy diciendo esto para que me pongas al día con tus zorras!" Su rostro se empezó a poner rojo por el enojo.

"¡Estoy aqui para pedirte, no, para exigirte que le digas todo a Izuku!"

Justo al terminar de decir eso, el ambiente cambió.

El olor de caramelo quemado se extendió como pólvora en todo el departamento.

Pero era una de dominio, algo que solo los Alfas hacen con otros Alfas para saber que están siendo advertidos.

Incluso la mujer, quien es una Alfa matriarca, estuvo a punto de caer de rodillas por el potente olor.

"Escúchame bien, Mitsuki"

La mujer estaba en shock, su hijo jamás le habia hablado por su nombre por más molesto que estuviera.

Por instinto, ella bajo la mirada.

"Lo que haga con mi vida es MI problema" el alfa mortalmente furioso, daba pasos lentos pero firmes para ponerse en frente de su madre.

"A pesar de que vives bajo MI techo, te atreves a ponerte altanera conmigo"

Mitsuki, como pudo, alzó su voz.

"Katsuki, soy tu madre..." A penas pudo decir eso en un susurro, ya que incluso su garganta se le estaba formando un nudo debido al ambiente tan asfixiante.

"Claro, lo eres. Pero en estos últimos años solo te has convertido en un ESTORBO"

Katsuki rodeó la mesa y ahora se encontraba a lado de la mujer.

Y, sin temblarle la mano y con frialdad, agarró la cabellera de la alfa y la jaloneó.

Mitsuki aulló de dolor.

Su expresión corporal y muestra de sumisión significa que ella no queria pelear, que quería la paz.

Pero su hijo ignoró sus señales, él no la soltó.

Tensó más su agarre para que ahora se miraran cara a cara.

Ambos pares de ojos color rubí se miraban con intensidad.

"Deberías estar agradecida por haberte ofrecido mi casa luego del fallecimiento de mi padre" su voz era profunda y tenebrosa.

"Pude haberte dejado en un asilo o simplemente... Abandonarte a tu suerte"

Cada palabra salida de la boca de su hijo le rompía más y más su corazón.

"¿Quien es este monstruo?" Mitsuki lo pensó mientras sentía como sus ojos le empezaban a picar.

"Asi que más te vale que te quedes callada, si no quieres que te etiquete como una alfa abandonada para que vivas en la calle"

Con esa última advertencia, Katsuki soltó a Mitsuki.

Pero lo hizo con tanta fuerza que la alfa cayó al suelo.

Com lentitud y dolor, la mujer se enderezó y se puso a mirar al piso.

Katsuki creyó que la conversación fue finalizada, asi que su ser cambió.

Empezó a quitarse su traje y, como si nada hubiera pasado, empezó a platicar.

"Quedé con Izuku en comer con él, pero debido a una "urgencia" no podré estar. Asi que mañana te arreglas para reemplazarme"'

El alfa seguía hablando, dándole la espalda a su madre.

Asi que él no se dio cuenta de como ella estaba en trance.

La mujer no lo escuchaba, ya que estaba metida en sus más profundos pensamientos.

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"Mitsuki, este es Izuku. Es mi hijo"

Una mujer regordeta se movió para mostrar a su adoración. Un lindo niño tímido con su ropa de la escuela.

La mujer no pudo evitar reir al ver al pequeño con su gran mochila y se le acercó.

"Tu mochila debe estar pesada, ¿No es asi cariño?" Mitsuki se incó para poder hablarle.

El niño se sonrojó por la vergüenza, pero no pudo mentir. Le dieron sus libros y se encontraba bastante cansado, pero como su madre igual tenía mandado, no quería darle más trabajo.

"S... si señorita"

Sin perder el tiempo, Mitsuki se levantó y se puso detrás del pequeño, +

con delicadeza le quitó la mochila y se la puso en sus hombros.

"Mejor, ¿No es asi?"

Jamás abandonó la sonrisa que la mujer tenía, está vez solo se agachó para poder acomodar los rizos que le estorbaban al pequeño Izuku.

"Eres un niño muy lindo, Izu-Chan. Pero te verías más bonito si no te guardas tus molestias, ¿Si corazón?"

Izuku, de a penas 5 años, quedó deslumbrado al ver la caballerosidad que la Alfa le brindaba.

De nuevo sus mejillas se pusieron rojas, pero esta vez la razón era distinta.

Su corazón empezó a latir muy rápido, pero eso no evitó que contestara.

"¡Si señorita Mitsuki!, Muchas gracias por ayudarme"

Sin que la alfa lo supiera, fue la primera vez que el pequeño omega sintió cálido su pecho.

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"...abandonarte..."'

Su mente empezó a jugar con ella, recordándole los momentos que vivió con Izuku.

Cómo la primera vez que el Omega se le acercó para que le enseñara a hacer un pastel, para darselo a Inko.

Hicieron un desastre, pero el postre quedó delicioso y ambos pasaron un rato divertido.

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"...abandonarte..."

O aquella vez donde Izuku, apenado, le pidió una prenda perfumada para su nido.

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"...abandonarte..."

O aquella vez donde Izuku, apenado, le pidió una prenda perfumada para su nido.

A penas estaban saliendo sus sintomas de omega, asi que el doctor le recomendó que estuviera rodeado de sus olores favoritos.

Los que le hacían sentir seguro.

Para Mitsuki fue un honor que el adorable omega lo viera como alguien en quien confiar, asi que le dio la manta más suave y se la dió.

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"...a tu suerte"

"¿No crees que Izuku está... Muy apegado a ti?" Masaru pregunto mientras se adentraba a la cama, +

mientras que Mitsuki hacia su rutina de belleza nocturna.

"¿Mm?" La duda surgió en la alfa, quien solo le dio una mirada a través del espejo.

"Bueno..." una risa apareció en su marido mientras que se acomodaba para verla mejor.

"Bueno" una risa apareció en su marido mientras que se acomodaba para verla mejor.

"Parece ser que Izuku tiene un flechazo infantil hacia ti, cariño" una risa juguetona surgió.

Mitsuki, quien ya habia acabado, rodó los ojos con diversión.

Mitsuki, quien ya habia acabado, rodó los ojos con diversión.

Se levantó para también dirigirse hacia su cama.

"¿Eso crees?" La mujer estaba poco convencida.

"¿Eso crees?" La mujer estaba poco convencida.

"¡Claro! Si no fuera porque es un adorable niño que a penas va a entrar a la pre adolescencia, estaría bastante temeroso de que me reemplazara"

Ambos rieron sin malicia, simplemente encontrando cómica la situación.

"Pues yo no creo eso ¿Sabes? Yo solo pienso que... Al tener una figura alfa ausente, creo que, al ser el único alfa que conoce pues él se aferra a mi."

Ella dió a entender su postura mientras movía las sabanas para acostarse.

"¿Algo asi como una figura paterna/alfa?" Masaru preguntó poco convencido.

"Si, mas o menos"

Masaru no se encontró muy convencido, pero no podia hacer nada más. A veces su alfa era tan terco como una mula.

Asi que, sin más que decir, se dieron un beso y se duermieron.

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(una pausa porque luego se me sobrecarga el cerebro por escribir jsjsjs)

(OMG, No sabía que este drama tendria tanto recibimiento ☺️✨. Regresamos!)

"... más te vale que te quedes callada..."

El último recuerdo que su mente le hizo ver, fue cuando Mitsuki regresaba de la tienda y se encontró a Izuku llorando en un callejón.

Su instinto alfa despertó y fue con él para consolarlo.

Izuku no queria que le tuvieran lástima, pero luego de una alfa muy insistente, no pudo más y se fundió en sus brazos en busca de protección.

"Mis amigos fueron muy malos conmigo hoy..." Fue lo que el pequeño omega pudo decir entre su hipo y sollozos.

Mitsuki se quitó su parche para sacar un olor reconfortante.

Por fuera ella estaba llenando a Izuku de amor y dedicación, pero por dentro su lobo se movía inquieto, listo para arrancar gargantas.

El omega le comentó que tuvo un error en un proyecto, pero sus amigos se lo tomaron demasiado mal a pesar de que el mismo profesor entendió la situación.

Lo rebajaron a un omega tonto y que sería mejor que solo se encargara en las cosas más fáciles.

El peliverde jamás se había sentido tan inútil en su vida, le dolió el corazón cuando sus propios amigos le dijeron que solo era una "cara bonita" que no puede pensar y, con lágrimas en los ojos, Izuku se fue del lugar.

"¿Mis amigos tienen razón, señorita Mitsuki?"

Preguntó el omega mientras miraba a la mujer alta, sus ojos estaban rojos y su nariz de botón hecha un desastre.

La vista hizo que el corazón de Mitsuki doliera.

"¿En realidad soy alguien que solo es un trofeo...? ¿Solo soy eso?"

Mitsuki, con delicadeza, agarro las mejillas regordetas llenas de pecas con ambas manos.

Ojos rubí y esmeralda estaban frente a frente.

"¡Por supuesto que no querido!" Su determinación sono tan fuerte que exaltó al pequeño Omega.

Ella se dió cuenta y se controló, un rubor de vergüenza aparecio en su rostro por haber perdido su postura.

"Quiero decir..." De nuevo su elegancia surgió.

Saco un pañuelo y empezó a limpiar esas joyas verdes tan preciosas.

"Eres más que eso Zuzu. Eres un omega fuerte, inteligente y, aqui entre nosotros, el más bonito que e visto en mi vida"

Izuku solo podia mirarla con incredulidad, mientras poco a poco sus mejillas se ponían rosas.

"Escúchame bien pequeño. No permitas que nadie te pisotee o te haga sentir menos. Toda esa gente que te trata menos es porque te envidia por ser un omega que tiene el paquete completo"

"Izuku... Eres el omega que cualquier alfa quiere tener a su lado, presumiendolo ante el mundo"

Al escuchar esas palabras, el pequeño no pudo evitar preguntar algo que a tenido guardado en su corazón desde que era un niño.

"¿Incluso... Usted, Señorita Mitsuki?" El omega se paró de puntitas para que rostro estuviera serca de ella.

"¿Tú... Desearías a un omega como yo?"

Sin saberlo, ambos corazones empezaron a latir rápido.

"Claro que si zuzu... incluso una alfa como yo... Estaría más que feliz de estar a tu lado"

La situación se volvió extraña y Mitsuki se dió cuenta asi que, antes de hacer una acción con la que podría arrepentirse, abrazó a Izuku con mucha fuerza.

Ahora el omega ya no estaba serca de sus labios, ya que su rostro estaba hundido entre sus pechos.

"Si alguien te vuelve a molestar pequeño Zuzu, ¡dimelo!"

El ambiente cambió y ahora ambos estaban felices.

"¡Si alguien te llega a faltar el respeto lo hare pagar! No permitiré que nadie te haga sentir menos!"

El omega estaba riendo, pero el asintió con la cabeza.

"¡Claro que si, señorita Mitsuki!"

La sonrisa era divina para la alfa, asi que empezó a frotar su rostro con la del omega como símbolo de cariño.

"Te lo prometo zuzu. ¡No aceptaré que nadie te lastime!"

"¡Te lo prometo!"

"...si no quieres que te etiquete como una alfa abandonada..."

"¡Te lo prometo!"

"....Más te vale que te quedes callada"

"Nadie te volverá a hacer daño, Zuzu"

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¿Quedarse callada para no ser abandonada... O hablar por la felicidad del omega?"

El alfa no tuvo que pensarlo dos veces para hacer su elección

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"...Se lo prometí..."

Bakugou, quien se encontraba en una llamada con su secretaria, volteó hacia donde se encontraba la mujer.

Creyó que su madre entró en una especie de gota, asi que se sorprendió al escucharla hablar.

"Te hablo después" fue lo único que dijo el alfa para después colgar.

"¿Mm? ¿Que tonterías estás diciendo?"

La mujer seguia en su misma posición; se encontraba hincada, con la mirada agachada y sus manos apoyadas en el piso.

Katsuki, con sigilo, se acercó hacia a ella.

"...se lo prometí..."

Mientras daba pasos, más escuchaba a su madre susurrar algo.

Pero, en un abrir y cerrar de ojos, el ambiente se volvió...

Tóxico.

El aroma maternal y suave que desprendía Mitsuki se volvió en una enorme nube que cubrió todo el lugar, su olor a vainilla se volvió rancio y tan fuerte que te picaban los ojos por el ardor.

Katsuki fue sometido y, con un gran ruido sordo, sus rodillas se pegaron al suelo.

El alfa jamás se habia sentido tan humillado en su vida.

Su piel empezó a arder por la situación y su frente sudaba a mares.

No podía moverse, sentía como si su cuerpo tuviera un imán y su cuerpo estuviera pegado al suelo.

Bakugou katsuki por primera vez sintió miedo.

Mientras miraba con impotencia, al no poder moverse, el se convertía en testigo de como su madre cambiaba.

Sus manos que siempre fueron delicadas, ahora se volvian grandes, toscas y con unas uñas anchas y largas.

Parecían unas garras dignas de un gran oso enojado.

Se cuerpo ahora era el doble de su tamaño, ganando musculatura y dejando atrás ese bello cuerpo esbelto de una mujer vanidosa.

Sus dientes, que siempre eran perfectos, ahora salían dos enormes colmillos.

Tan filosos, que incluso llegaron a rasgar los labios rosas de la alfa.

Pero, lo que más sorprendió a katsuki, fue ver como los ojos de su madre cambiaron.

Atras se dejó esa mirada de dolor y angustia que hace tan solo unos minutos tenía luego de ser brusco con ella.

Ahora sus iris se agrandaron tanto, que sus ojos parecían completamente rojos.

Sus pupilas seguían ahi, pero solo alargaron tanto que parecía un animal salvaje.

Fue ahi que katsuki al fin reaccionó.

Esa mujer no era su madre.

Era una bestia.

Mitsuki dejó su humanidad para sacar a luz a lobo interno.

Y Katsuki estaría realmente loco si muestra su cuello en sumisión.

Prefiere morir antes que suplicar por piedad.

Asi que, en vez de sacar la bandera blanca en signo de paz, una pelea se pactó.

Katsuki igualmente se transformó y ahora había dos lobos dominantes en un departamento.

"¡No voy a permitir que me quites mi trofeo!" Un rugido salió del hijo de los Bakugou y esa declaración hizo corto circuito en Mitsuki.

Ella se levantó y, con una pose lista para lucha, habló.

"¡Y yo no permitiré que le sigas haciendo daño! ¡SE LO PROMETÍ!"

El rugido sonó por todo el edificio.

Aun asi, katsuki no se retractó.

Ambos alfas se miraron.

Katsuki dio el primer paso, pero Mitsuki fue la primera en abalanzarse.

Una pelea entre madre e hijo empezó.

Y ninguno saldría de ahi hasta que haya un victorioso.

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