1. Acabáramos! La brecha salarial son los hijos. Así que vamos a demonizar todavía más la maternidad. Pero luego salgamos a reivindicar pensiones garantizadas y dignas. 
2. Porque es cierto que las diferencias laborales no son entre hombres-mujeres sino entre hombres y mujeres sin hijos frente a mujeres madres. Y eso tiene que ver con la conciliación, no con el sexo.
3. Os habéis tragado eso de que la igualdad pasa porque las mujeres trabajen sí o sí fuera de casa. Y resulta que la “liberación” de la mujer era que dejásemos de hacer la cama a nuestros hijos para hacérsela “esclavizadas” a perfectos desconocidos, en habitaciones de hotel.
4. No entiendo el empeño generalizado de intentar “liberar” a las mujeres de su papel como madres, como si ser madre fuese poco menos que una desgracia para las mujeres. A mí me parece un honor asumir la educación y cuidados de las futuras generaciones que son nuestros hijos.
5. Sin perjuicio de que los hijos son una decisión de dos y por tanto, claro que la responsabilidad de criarlos tiene que ser compartida. Pero no me digáis que no somos capaces de negociarlo y consensuarlo con nuestras parejas. Como personas adultas e iguales.
6. Lo que es imperdonable es hablar de progreso social en un país en el que de mirar como “bichos raros” a las mujeres que decidían libremente no tener hijos, hemos pasado a compadecer y estigmatizar a las que deciden, libremente, tener 4 ó 5.
