llegando a tu mente allá en la cima,
serás mi premio a recoger,
mi amado galardón, y prima.
Comienzo aferrándome a tus pies,
besando hasta su huella con cosquillas.
Tu alma se moja de placer,
de abajo hasta tu pantorrilla.
columnas de marfi l, que maravillan,
con roces que envuelven cual dosel,
y manos que abrochan como hebillas.
Tu vientre es un panal de miel
que gota a gota sorbo en cucharillas.
Tu ombligo, un perfecto redondel
que espera impaciente la semilla.
pista donde mi vuelo aterriza.
Tus pechos, cojines del Edén,
asoman de tu torso, cual cornisa.
Y sigo escalándote después...
el bello corazón que te palpita,
y galopa en respuesta a tu placer,
siguiendo a la meta que me incita
y brota de él piel de gallina.
Tu boca clama a gritos con sed,
y auxilio esas ansias con la mía.
Color de atardecer hay en tu tez,
tu olfato poro a poro me respira,
y ruego a tus ojos que me den
miradas que a los míos encandilan.
serás mi premio y mi conquista.
Mi mástil en tu sima clavaré,
y seré sólo por ti “el alpinista.”