Los cambios culturales vertiginosos no suceden de manera habitual y en el mío Nestor influyó, mucho.
Escrito así, de manera tan cruda, me avergüenza pero muchos lo éramos.
Tenía reparos absurdos, me molestaba sólo pensar que pudieran acceder a derechos.
Temía, supongo, que rompieran mis estereotipos.
Tuve miedo de lo que fuera a responder. Pensé que lo estaban exponiendo a un papelón.
Una encerrona.
Mucho más breve de lo que uno supone debe ser una enseñanza eterna.
Le hicieron dos preguntas, al pasar. Las respondió con la simpleza de quien sabe estar acertado.
Incluso de que puedan adoptar? - Si hay amor, por qué no?
Su respuesta me fulminó.
Me atravesó el alma.
Ese hombre tenía razón y en ese mismo instante me di cuenta de lo evidente: Yo era un estúpido.
Si hay amor por qué no? Qué fácil era.
Esa premisa resumía todo.
No fue para mí una explicación que se aplicara sólo al matrimonio igualitario sino a todo. Todo.