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Tuve un jefe excelente que me enseñó cosas clave en mi vida profesional. El tipo había estudiado en Alemania y trabajó muchos años con la Agencia de Cooperación Alemana. Les cuento algunas cosas que aprendí de él:
1) Lo 1ro que hizo el tipo fue eliminar el horario extendido. Solo él tenía llave de la oficina y no permitía que nadie trabajara tiempo extra. Decía: sean eficientes con el tiempo que tienen, no necesitan más de 8 horas en una oficina. Lo que no terminaron hoy, lo hacen mañana.
2) Hacía una reunión semanal que duraba 1 hora y 1/2. No más. Los primeros días, nos quedaban siempre puntos por discutir pero luego, nos volvimos super eficientes con esa hora y media y cada quien hablaba lo que tenía que hablar. Se acabaron los discursos y pendejeras.
3) Un miércoles al mes, a mediodía, hacíamos una reunión que él llamaba "Cadaver Exquisito"y que estaba a cargo de alguien del equipo. También de 1 hora y 1/2. Se planteaba un tema y conversábamos: deportes, filosofía, libros, música. Cualquier tema, menos asuntos de trabajo.
4) Los lunes en la mañana, nos dedicaba 1 hora (o menos) a cada uno de los empleados. Para hablar sobre aspectos técnicos del trabajo y también asuntos personales. Él me dio muy buenos tips para la crianza de mi hijo, por cierto.
5) Una vez al mes (cuando cobrábamos) salíamos a almorzar todos juntos. Cada mes una persona elegía el sitio o el tipo de comida. Al principio la vaina era obligada y era una ladilla, luego se volvió superchévere.
6) No aceptaba vainas mal hechas o hechas a medias. Con mucho respeto, decía: cuando tengas un documento excelente, lo entregas. No quiero mamarrachadas. Sin alterarse, sin menospreciar a nadie. La gente aprendió a trabajar honestamente y con excelencia.
7) Nos hacía trabajar en equipo, siempre rotándonos y discutiendo y revisando los documentos de los otros. Éramos un grupo multidisciplinario, así que las visiones de todos eran necesarias. Pasamos de ser islas a ser un continente: respetando la visión de otros e integrándola.
Les digo algo: cuando ese tipo llegó a esa oficina, todo el mundo se odiaba. No había equipo, mucha competencia y saboteo. Cuando yo me fui, éramos un grupo cohesionado, nos cuidábamos, nos respetábamos y nos queríamos. Logramos trabajar juntos y con excelencia.
He aplicado estas prácticas en algunos grupos de trabajo y siempre me ha ido bien. Además de eso, hacer que la gente se sienta apreciada, valorada y respetada es sencillo, produce muy buenos dividendos, incrementa el compromiso y te genera buenos amigos 😊
