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Dar a Facebook la potestad de determinar qué contenido político es o no "verdad" es una irresponsabilidad de las que hacen época.
Cualquier asunto concerniente a lo social es irreductible al esquema binario "verdad" o "fake news". Hay temas controvertidos sobre los que se debatirá años, sin llegar a ninguna conclusión que satisfaga a todos.
La página de Wikipedia de los territorios ocupados en Palestina se edita una vez cada dos días. La de Snowden, cinco veces diarias. Heidegger, el feminismo, el comunismo...: Como humanos nunca llegaremos a establecer una verdad última sobre ellos.
Las "fake news" o paparruchas han existido siempre. Y la responsabilidad de una sociedad democrática es educar críticamente a su ciudadanía para detectarlas, no delegar la responsabilidad en la "bondad" de una corporación.
Y cerramos con una nota polémica: La lucha contra las "fake news" que abandera la izquierda viene (en parte) de la ingenua creencia marxista según la cual podría existir una "verdad histórica" fácilmente separable de la "mentira histórica".
Esta herencia marxista contiene además algo de totalitario: Como mi versión de lo sucedido es la "verdad histórica", todas las versiones contrarias son una mentira ("fake news") que debe ser silenciada y purgada del cuerpo social.
Excelsa paradoja: La multinacional Facebook ocupará el lugar que antaño ocupaba el Estado en las filosofías hegeliana y marxista. Y serán sus herederos ideológicos quienes lo habrán colocado allí.
