Thread by @ricnais

CÁNCER, ASALTO, MALTRATO Y CONTAMINACIÓN, ESTA ES #MIGUATE

El día miércoles 3 de Abril salí de Chiquimula rumbo a la ciudad capital a eso de las 2 de la tarde, llegando a Centra Norte empezó lo que sería GUATEMALA EN SU MÁXIMO ESPLENDOR.

sigue hilo.

Cansado por viajar casi 5 horas (los casi 172 km que hay) comienzo a estirarme y observar como la gente camina de un lado a otro afligidos por que la guate nocturna está próxima a asechar, y es que la guate nocturna es tan pura mierda...

...que hasta los cuates te dicen: si es muy noche mejor nel, peligroso.

Canche, pa' dónde vas? 50 baros te voy a cobrar, canche Zona 1, Zona 7, Zona 10 pa' dónde vas?

-Voy para Zona 12, ahí enfrente del Pacific Center, a las charcas. -Uf viejo, ahí te sale caro: 125 te voy a cobrar y te dejo ahí por la Aguilar Batres o donde vayas.

Me di la vuelta y regresé donde un taxista que decía cobrarme Q15 por dejarme en Z1 cerca Plaza Barrios, el taxista anterior seguía mi paso diciéndome: -Q60 canche, nos vamos ahorita de una vez.

Al notar que ignoraba sus ofertas me dijo en tono de burla: solo pajas y ni pisto para pagar cargas. Claramente fue una burla pesada pero me gusta creer que esa es nuestra forma de agradar aquí en la capi.

Sin negociar nada con el segundo taxista, subí y esperé a que llenara los demás asientos y me dirigí a Z1. Ya la noche había caído con un fríito rico como para abrir la ventana del taxi y sentir la brisa de la ciudad.

Claramente no lo hice y claramente esa brisa no es mas que contaminación. Porque eso es lo que tenemos, miedo de bajar los vidrios y miedo de respirar la realidad de #miguate.

La gente que viaja a esa hora no te saluda, no te voltea a ver; porque tiene miedo, desconfianza y lo único que quiere es llegar a su destino.

Bajé en Z1 y fui a buscar algo que comer y sin encontrar agrado visual absoluto, decidí tomar el metro con las tripas chirriando. Ya eran las 8 y algo y lo peligroso estaba asechando victimas y necesitaba huir de ese mítico peligro del que todos hablan.

Esa sensación de andar en #miguate de noche es semejante a lo que Irene y el Narrador del cuento La Casa Tomada de Julio Cortázar sentían, un miedo indescriptible que te hace huir de un lugar a otro porque temes encontrarte con la realidad.

Pasaron 9 estaciones hasta poder llegar a las Charcas, bajé de la bestia terrestre que seguía su rumbo acarreando almas por toda la ciudad.

Entonces subí al ultimo piso del Pacific Center y me cené una Hamburguesa, un café, una orden de tweets calientes con memes del circo que tenemos como gobierno.

Caminé 10 minutos quizá para llegar a mi destino, donde tomaría un baño, me pondría cómodo y descansaría para al fin el día Jueves llevar a cabo mi el propósito de mi viaje.

(Aquí les cuento que he tenido Cáncer y me he tratado en el INCAN y actualmente busco hacerme una serie de estudios en el Hospital Roosevelt porque no me alcanza el dinero para hacérmelos en el INCAN, IGSS tampoco tengo, pero esa es otra historía, otros 5 pesos)

Jueves, no pude dormir. ¿Quién duerme en en casa ajena y en cama ajena de un día para otro? Me cambié, metí todo de vuelta a mi mochila y salí a tomar el metro con rumbo al Trébol para luego dirigirme al hospital caminado.

Las 5 en punto de la mañana, la bestia, la gente que te ofrece comida; ropa, tarjetas, cualquier cosa, todo estaba en movimiento, esa gente ya estaba ahí afuera, rebuscándosela como decimos.

Caminé 4 cuadras y algo hasta llegar al Hospital Roosevelt y justo en esa esquina, antes de cruzar; recordé como meses anteriores salía del INCAN sin cabello, sin aliento, sin nada más que solución salina y veneno en las venas, invadiendo cada uno de mis órganos.

El estomago se me hizo chiquito y comencé a sentir nauseas. Me es imposible disimular mi nerviosismo así que lo disfrazo con una sonrisa estúpida que según mi yo machista interno evita parecer sensible, sentimental, asustado, estúpido.

No me sorprende ni quiero hacer hincapié en el asqueroso servicio de salud pública que tenemos. Me tomaría cien tweets más contarles las caras que me hicieron, las respuestas irónicas y de mal gusto con las que me atacaron.

No existe empatía por la desgracia ajena, no existe amor por el trabajo, por la profesión; vaya que en esto nos ha convertido el estado corrupto y ladrón que tenemos, en seres programados para asistir las horas exactas al trabajo y cobrar un cheque que no nos alcanza para nada.

Siguiendo indicaciones me formé en una fila y haciendo mis cuentas mentales pude saber que más o menos yo era el numero 20. El papel en la puerta decía: abrimos a las 6:30...

...unas señoras rumoreaban haber estado anteriormente haciendo la misma fila y que efectivamente sí, abrían a las 6:30 para entregar números pero que el Doc encargado de los de "nuevo ingreso" llegaba a as 7:30

Alterné posiciones, a veces parado, ratos sentado en el suelo mismo. Pasaron 2:30 horas desde mi llegada, ya eran las 8:30 cuando al fin abrieron puertas, repartieron numero y para entonces ya eramos una fila de 92 personas. ¿No que abrían a las 6:30? finalmente llaman al primero

Un señor de mediana edad con ponchos, mochila y otros tanates que lo delataban, el don había dormido ahí para poder pasar rápidamente.

habían dos doctores atendiendo, adelantaron unos ancianos, y otras personas que evidentemente necesitaban pasar antes que los demás, eso me dejaba más atrás de lo que pensaba. Para las 11:30 de la mañana ya solo faltaban 14 personas para poder pasar yo. Me estaba desesperando...

Finalmente, a las 12:00 pasé y no tardé más de 10 minutos para recibir lo que necesitaba, una orden con los exámenes que necesitaba y una hoja con mis datos para solicitar mi carné. Así lo hice, para las 12:30 ya tenía mi carné y procedía a...

...hacer mi cita con el especialista que me atendería. La señora de la limpieza me dice: fíjese que el doc salió porque no habían pacientes y la secre no vino hoy. Pregunte en información.

Información: El doctor dice que salió a almorzar pero que vuelve a eso de la 1:30. Espérelo.

Esperé hasta las 2:30 de la tarde y la gente mi miraba con extrañase porque más nadie estaba en aquella sala, ajena al caos que otra salen albergaban.

Regresé a información y me dice el don: dice el doc que le salió un atraso, que venga mañana temprano, que le va a hacer el favor de atenderlo de una vez, no va a tener que esperar tanto. ¡Putamadre, yo vengo desde Chiquimula, y solo necesito que me agreguen una fecha! -Pensé.

Quise regresarme y abandonarlo todo pero ya tenia la orden de los exámenes que no podía pagar, así que decidí regresar al lugar donde mi refugié la noche anterior y esperar...

Nuevamente, las 4:30 am. Tomé un baño, me cambie y alisté mi mochila decidido irme del lugar y no volver. Tomé el metro, caminé las cuatro cuadras y algo otra vez, llegué e hice una fila de 2 horas para pasar con la secretaria del doctor.

-¿Tiene cita?
-No, vengo por una, y ayer que llamaron al doctor de información él dijo me atendería el día de hoy, por ello hice esta fila.
Rió de forma burlona y me dijo: -el doctor va atender hoy solo citas.

Revisó un libro de actas bastante viejo, casi en las ultimas hojas y me dijo: 8 de Julio, pase a hacer su cita de exámenes a tal lado, ahí le darán mas información. ¡Siguiente!

¡Listo, cita, listo, exámenes! No contento con la fecha porque me urge realizarme esos exámenes fui feliz al saber que saldría de ese desagradable lugar.

Comí algo liviano para no sufrir de hambre en el camino y decidí caminar, así lo hice, caminé y caminé pensando qué hacer para hacerme esos exámenes más pronto, sabía que algo andaba mal, tenía una batalla mental en donde me decía a mi mismo: no, el cáncer no ha vuelto, olvídalo.

Llevaba mi mochila al frente porque "así es más seguro" subir al metro, cuidando tus pertenencias. Antes de subir a la pasarela del trébol recibí una llamada de mi madre preguntándome qué tal me había ido, le respondí diciendo que la cita seria "pronto" que todo iba a estar bien.

-Voy para Centra Norte, volveré pronto, te quiero- fue lo ultimo que dije cuando alguien jaló mi celular y me llevó una navaja a la altura del cuello y me dijo: dame la mochila. Sí, había gente, sí le di mi mochila, sí tenía miedo, sí me quedé petrificado. Eran quizá las 8:00 a.m

En ese momento caminé sin saber a donde, estaba atusado, nunca me habían asaltado antes, no sabía que hacer. Estaba ahí, cerca de la estación Trébol sin saber qué hacer, entonces toqué mi bolsillo y sentí unas monedas y unos billetes. Sentí alivio pero seguía sin saber que hacer.

Con Q1 subí al metro y me fui a Plaza Barrios Z1. Para ese entonces me sentía desnudo, solo, traicionado por mi propio país, con cáncer y defraudado por el sistema de salud publico. No lloré lagrimas pero lloré, de alguna forma lloré.

Subí a un taxi de esos que colectan 5 personas y te cobran Q10 c/u. Llegué a Centra norte y únicamente cargaba Q40 compré un boleto a Zacapa porque ahí conozco gente, tengo amigos, ahí me siento en casa.

Llegando a la calurosa ciudad de oriente me bajé y aun sin ninguna pertenencia y sin un quetzal en bolsa sentí alivio, sentí haber escapado de esa ciudad que me dejó vulnerable, derrotado. Llegué a la casa de la mamá de una amiga y me abrazó y me invitó a pasar.

Le pedí prestado en celular e hice una llamada a mi madre: mamá, he perdido mi teléfono, creo haberlo dejado en algún bus quizá, no te preocupes si no llego aun es porque pasé a saludar unos amigos a Zacapa, te quiero.

Presté una laptop y por messenger de facebook saludé a un amigo y este por suerte estaba muy cerca de donde yo estaba y se ofreció a llevarme a casa. Agradecí la hospitalidad de mis amigos en Zacapa y me fui, de vuelta a mi Chiquimula. Lloviznaba, así que eso me dio algo de paz.

Perdí mis documentos, más de Q500, mis tarjetas de bancarias y una mochila con ropa y artículos personales. También perdí mi esperanza en Guatemala y mis ganas de salir adelante.

ah y mi teléfono con todas las fotografías de todo lo que sufrí cuando pasé por la quimioterapia. No es algo bonito de ver pero me ayudaban mucho verlas.

No se imaginan lo reconfortante que e para mí leer cada uno de sus tweets me hacen recortar que aún se puede salir adelante y tienen razón lo que perdí no se compara con lo que ya he ganado. Les comparto una fotografía mía porque muchos me pidieron darle un rostro a la historia.

Lamento no poder contestar a todas y cada una de las personas que me han escrito. Me he tomado el tiempo de agradecer haciendo menciones pero los ratos que consigo sentarme frente a la computadora no me alcanzan para responder a todos. ¡Mil gracias por todos sus buenos deseos!

Finalmente hoy conseguí un teléfono para poder recibir llamadas de las personas que ofrecieron su apoyo en nombre de las entidades de salud publica Guatemalteca.

La noticia fue compartida en muchas páginas y también llegó a muchas personas importantes de este gobierno corrupto que tenemos. Así que no me queda más que agradecer a todos los que la compartieron por dar a conocer la situación actual de nuestro país.

No soy el único, ahora mismo hay alguien desorientado y con miedo en la ciudad; pero somos más los buenos y si podemos apoyarnos unos a los otros hay que hacerlo y salir adelante. Inmensamente agradecido con su solidaridad. #MIGUATE me ha devuelto la fe.