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Hay una frase popular que asegura que “el amor puede entrar por la cocina”, pero en estos días que corren en #Cuba la aseveración podría cumplirse justo de forma contraria. Aquí está el ejemplar de pescado, de venta “liberada controlada”, que nos ha tocado a Reinaldo y a mí. 
#Cuba Lo hemos comprado este jueves, a 20 CUP la libras (el salario de un día de un profesional) en la carnicería de nuestro barrio, donde a falta de carne… ya saben, se vende cualquier otra cosa...
#Cuba Con un poco más de 30 centímetros este ejemplar va a demandar que mostremos una gran dosis de cariño y entrega el uno por el otro. Dividir este pescado para que sea comido por dos personas y además quede algo para nuestro gato Totí será una verdadera hazaña quirúrgica.
#Cuba No me extrañaría que un pescado como este sea la causa de peleas, encontronazos y divorcios en numerosas casas cubanas. En fin de cuentas, como mismo se cuela a través de una buena sazón, el amor puede lastimarse mucho cuando la carestía hace aflorar los egoísmos.
