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Popper debería ser ahora mismo el autor de cabecera de todo ciudadano venezolano. Hay mucho que aprender de él. No sólo su excelente exposición de la paradoja de la libertad. Están también sus reflexiones sobre sentido común y desarrollo científico (Kant, Einstein, Newton).
Está también su acertada crítica de la palabrería, uno de los más acusados vicios de los "intelectuales" (en Venezuela ni hablar), actitud que lo llevó a evitar las etiquetas. Terminó entonces dividiendo a los gobiernos...
...entre aquellos que pueden ser sacados del poder de manera pacífica y aquellos que no, añadiendo a continuación (y parafraseo de memoria): "yo estoy a favor de los primeros, algunos los llaman democracias y a los segundos dictaduras; y otros llaman a los primeros dictaduras...
...y a los segundos democracias, llámeme usted como guste, o pro democracia o pro dictadura."
Como se puede ver, la actitud de Popper se encuentra en los antípodas de la de los "intelectuales" venezolanos. Como heredero de Locke, a Popper lo que le interesa es la realidad,
Como se puede ver, la actitud de Popper se encuentra en los antípodas de la de los "intelectuales" venezolanos. Como heredero de Locke, a Popper lo que le interesa es la realidad,
...mientras que a nuestros genios tropicales lo que les interesa es la verborrea sin sentido. Es por ello que se extasían con sus propios ombligos mientras la gente muere de hambre, es por eso que sueltan obscenidades como "si el diálogo no funciona, no pasa nada",
...es por eso que, cuando la gente manifiesta su indignación, un horrorizado Arraiz Lucca se pregunta "¿dónde está la ternura?"; es por eso que tenemos tanto demagogo (tipo Chávez, tipo Capriles, tipo Guaidó) y tanto hablador de paja (tipo Gustavo Tovar, tipo Colette Capriles).
Por ello, porque tenía los pies bien puestos en la tierra, por su confianza en el sentido común y en la capacidad de raciocinio humana, Popper es un autor clave para comprender la relación que hay entre racionalidad en ciencia y racionalidad en política
Por ello Popper nunca se hubiera embarcado en discusiones estériles () porque la realidad está allí ante nuestros ojos, porque los chavistas nunca soltarán el poder de manera pacífica ("y si eso es una democracia, llámenme dictador").
Pero hay otra lección que Popper nos da, y tiene que ver con la naturaleza de la democracia, porque esta no es un fin en sí mismo () ni tampoco un conjunto de procedimientos vacíos (), y Popper es muy claro al respecto.
La democracia liberal -nos dice, y yo continúo parafraseando de memoria- es la forma más racional de gobierno. Esto es, proporciona las condiciones para una vida social e institucional racional. Entiéndase bien: las condiciones.
Proporciona las condiciones, lo que no puede proporcionar es la racionalidad misma.
Los latinoamericanos (en especial los venezolanos), luego de 200 años y de la redacción de innumerables textos constitucionales, somos ejemplo de ello. Por eso nuestras democracias decimonónicas,
Los latinoamericanos (en especial los venezolanos), luego de 200 años y de la redacción de innumerables textos constitucionales, somos ejemplo de ello. Por eso nuestras democracias decimonónicas,
...y en muy significativa medida las actuales, son la experiencia de un fracaso (y Venezuela, la negación de la racionalidad).
Otro ejemplo de lo que decimos es la Rusia de Putin tal como la describió la malograda Anna Politkovskaya.
Otro ejemplo de lo que decimos es la Rusia de Putin tal como la describió la malograda Anna Politkovskaya.
También los utopistas norteamericanos, ingenuamente convencidos de que una nueva Constitución y unas elecciones (el fetiche del cartoncito en la caja) eran suficientes para rescatar a Irak.
Si no está dada la racionalidad, los procedimientos democráticos no van a funcionar, son actos absurdos, carentes de sentido.
Un loro que recita a Shakespeare es sólo eso: un loro.
Un loro que recita a Shakespeare es sólo eso: un loro.
