-Parésceme, señor, que en estos pueblos no es tiempo para dejarles la cruz, porque son desvergonzados y sin temor, y como son vasallos de Moctezuma, será que la quemen o hagan alguna cosa mala..
Y ansí se quedó sin poner la cruz.
-Pienso que los de Cempoala son poco de fiar, general, recordad cómo nos la jugasen en Cingapacinga, que nos usasen para sus fines
-Tenéis razón, esperemos la vuelta de esos correos antes de decidir. Redoblemos la guardia
-¡Atentas todas las compañías!
-Señores, sigamos nuestra bandera, que es la señal de la santa cruz, que con ella venceremos
He ordenado parar la marcha y soltar a los tres prisioneros de ayer con el mensaje de que no nos den guerra, que les queremos tener por hermanos
-General
-Anote vuestra merced todo lo que vea y anote que les hemos requerido la paz, que luego no nos demanden las muertes ni los daños
-Así se hará, general
Xicoténcatl, nos han dicho los prisioneros que se llama su capitán
Arremetemos a ellos y les matamos a muchos, y a tres capitanes, pero como la zona está llena de quebradas, no podemos aprovechar bien los caballos. Llegamos a un llano, con la formación intacta. Apedreados y flechados y cegados con arena, pero aún enteros
Ya les hemos matado ocho capitanes cuando retroceden al ponerse el Sol. No sabemos cuantas otras bajas les hemos hecho, pues se llevan a sus muertos
“..que sí, que vayamos a su pueblo, que harán las paces con nosotros mientras se hartan de nuestras carnes y honran a sus dioses con nuestros corazones y sangre”
Olé
-Mi señor, Tlaxcala está compuesta de cuatro señoríos; Tizatlan, Ocotelulco, Tepetícpac y Quiahuixtlan, que pueden juntar hasta cinco capitanías de diez mil guerreros cada una
-Supongamos que sí los tienen, Pedro
Mira, ya es un avance y un alivio saber que no hemos de acabar como cochino en matadero sino de pie y con el arma a mano
¡Victoria, demos gracias a Dios!