Hube de morderme la legua y, por no escandalizarle ni dar algún desmán a mi propósito y camino, disimulé lo mejor que pude y le dije que más pronto que tarde Moctezuma le mandaría que me diese el oro y todo lo demás que tuviese..
-Parésceme, señores, que ya que no podemos hacer otra cosa sino que se ponga una cruz.
Me responde el padre Olmedo:
-Parésceme, señor, que en estos pueblos no es tiempo para dejarles la cruz, porque son desvergonzados y sin temor, y como son vasallos de Moctezuma, será que la quemen o hagan alguna cosa mala..
..así que, por ahora, esto que se les ha dicho basta hasta que tengan más conocimiento de nuestra santa fe.

Y ansí se quedó sin poner la cruz.
Han llegado dos señores que en aquel valle tienen tierra, uno a cuatro leguas valle abajo y otro a dos leguas arriba, y nos dieron ciertos collarejos de oro de poco peso y valor y siete u ocho esclavas, y partimos al asiento del otro señor valle arriba, que se dice Istacmastitán
El señorío de éste serán tres leguas de población, por lo llano de un valle, ribera de un río pequeño que va por él, y en un cerro muy alto está la casa del señor con la mejor fortaleza que hay en la mitad de España, y mejor cercada de muro y barbacanes y cavas
Por cierto, que el negocio, que va muy tranquilo por ahora, que no hemos tenido ninguna ofensa. A pesar de esto, seguimos en orden de batalla, con los caballeros y corredores desplegados, atentos. No hay reporte ni señales de ejércitos cercanos
Los indios, les preguntan a los de Cempoala por los lebreles que llevamos, que ladran mucho de noche. Y les dicen: "Tráenlos para cuando alguno los enoja, los mate"
También les preguntan por aquellas lombardas que traíamos, que qué hacíamos con ellas. Y respondieron “con unas piedras que meten dentro dellas matan a quien quieren”
Y los caballos, que corrían como venados. Y les dicen que “alcanzábamos con ellos a quien les mandábamos”
Y dijo el Olintecle y los demás principales: "Luego, desa manera, teules deben de ser". Esta es la forma que tienen de llamar a sus ídolos o a sus dioses o sus cosas malas
Y respondieron nuestros amigos: "¿Pues como agora los veis? Por eso mirad de no hacer cosa con que les enoje, que luego lo sabrán, que saben lo que tenéis en el pensamiento, porque estos teules son los que prendieron a los recaudadores de vuestro gran Moctezuma y mandaron..
que no le diesen más tributos en todas las sierras ni en Cempoala. Y estos son los que nos derrocaron de nuestros cúes nuestros teules y pusieron los suyos; y han vencido a los de Tabasco y Champotón; y son tan buenos, que hicieron amistades entre nosotros y los de Cingapacinga”
En lo alto de este cerro hay una población de gente rica de hasta seis mil vecinos (nota: Jalapa) En una plaza, junto a unos templos, puestos en rimeros, hay más de cien mil calaveras de muertos, que han hecho estremecerse a los soldados
Hay tres indios a cargo de ello y de otros tantos rimeros de huesos de muertos, tantos que no se pueden contar y tienen en unas vigas muchas cabezas colgadas de una parte a otra
Aquí también fuimos bien recibidos, y nos dijo el señor que era vasallo de Moctezuma. Descansaremos unos días de las fatigas del desierto, mientras esperamos la respuesta a los mensajeros que enviasen los amigos de Cempoala a Tlaxcala, para saber si seremos allí bien recibidos
Los de Cempoala nos han dicho que los de Tlaxcala son amigos de ellos y muy enemigos de Moctezuma, que nos quieren confederar porque son muchos y muy fuertes, que su tierra está rodeada por todas partes con la de Moctezuma y tienen con él continuas guerras
La otra ruta, según el cacique Olintecle, es ir por Cholula, que es mejor camino y más llano para ir a Culúa. Pero los de Cempoala nos dicen que no vayamos por ahí, que son muy traidores, y allí siempre tiene Moctezuma sus guarniciones de guerra y que mejor fuésemos por Tlaxcala
-Pedro, ¿qué pensáis, ir por Cholula o por Tlaxcala?
-Pienso que los de Cempoala son poco de fiar, general, recordad cómo nos la jugasen en Cingapacinga, que nos usasen para sus fines
-Tenéis razón, esperemos la vuelta de esos correos antes de decidir. Redoblemos la guardia
Les pregunto a aquellos principales de Cempoala que vienen conmigo, que cómo es que no vuelven ya los mensajeros, y me dicen que han ido lejos y que no pueden volver tan pronto
Viendo entonces que van mucho a retrasarse y que estos de Cempoala me certifican la amistad y seguridad de los de Tlaxcala, he decidido que salgamos para allá, no podemos quedarnos parados a la espera, que Dios lo encamina todo
Le he pedido veinte guerreros al cacique Olintecle para que nos acompañen y sirvan de guías y así hemos llegado en orden de combate a Xalacingo, desde donde hemos mandado otros dos mensajeros
Yendo con otros seis caballeros en vanguardia, por delante a media legua del grueso del ejército, a la salida de un valle hemos topado con una muralla de piedra que atraviesa todo el valle de una sierra a la otra.
-¡Atentas todas las compañías!
Es tan alta como estado y medio, ancha de veinte pies, con un pretil de pie y medio de ancho para pelear desde encima con una única entrada de diez pasos, doblada a manera de rebellín, tan estrecho como cuarenta pasos, de manera que la entrada fuese a vueltas y no a derechas
Pregunto por la causa de aquella cerca, y me dicen que es tal la frontera con Tlaxcala, que son enemigos de Moctezuma y tienen siempre guerra con ellos.
-Señores, sigamos nuestra bandera, que es la señal de la santa cruz, que con ella venceremos
Pasamos todos muy atentos la muralla y, después de cuatro leguas, encumbrando un cerro, dos de caballo que van delante de mí, ven a ciertos indios con plumajes y espadas y rodelas, que en cuanto nos ven, comienzan a huir..
..en esto que me acerco, y les digo que no teman, que van y se juntan y comienzan a tirarnos cuchilladas y a dar voces a la otra su gente que está abajo en el valle. Pelean tan bravo que nos hieren a dos caballos..
..para cuando nos llegan auxilio de los otros ocho caballeros, ya nos vienen del valle cientos de indios. Peleamos con los primeros haciendo algunas arremetidas mientras esperamos que lleguen los infantes que he mandado avisar con uno de caballo
En las vueltas que les hicimos, matamos veinte de ellos por cuatro heridos nuestros, puesto que peleaban con mucho denuedo y ánimo; pero como todos éramos de caballo, salimos de sencillo..
Seguimos peleando hasta que fuese poniendo el Sol, que se retirasen. Al llegar a las primeras casas, hemos dejado de seguirles. Aquí haremos noche, al lado de un arroyo. Con la grasa de un indio gordo de los que hemos muerto, vamos a curar a los heridos, que aceite no llevamos..
Encontramos para cenar unos perrillos que ellos crían, puesto que estaban todas las casas despobladas y alzado el hato, y aunque a los perrillos llevaban consigo, de noche se volvían a sus casas; y allí los apañábamos, que era harto buen mantenimiento
Estuvimos toda la noche muy a punto con escuchas y buenas rondas y corredores del campo, y los caballos ensillados y enfrenados, por temor no diesen sobre nosotros
Tras oír misa, nos ponemos de nuevo en marcha. La orden es que los de caballo vayan delante y no se alejen, que lleven la vara terciada y que entren y salgan y que no se separen de nosotros, que no nos rompan en dos
Han salido a nuestro paso dos escuadrones de guerreros, con muchos gritos y tambores y trompetillas, y flechando y tirando varas

He ordenado parar la marcha y soltar a los tres prisioneros de ayer con el mensaje de que no nos den guerra, que les queremos tener por hermanos
-¡Godoy!, llamen al escribano, que venga inmediatamente.
-General
-Anote vuestra merced todo lo que vea y anote que les hemos requerido la paz, que luego no nos demanden las muertes ni los daños
-Así se hará, general
Si los mensajeros han entregado el mensaje o si los otros lo han entendido, que ya no tenemos duda de que no lo atienden y nos acometen con más furia.

Xicoténcatl, nos han dicho los prisioneros que se llama su capitán
-Santiago, y a ellos

Arremetemos a ellos y les matamos a muchos, y a tres capitanes, pero como la zona está llena de quebradas, no podemos aprovechar bien los caballos. Llegamos a un llano, con la formación intacta. Apedreados y flechados y cegados con arena, pero aún enteros
Veo que Pedro Morón arremete entre sus escuadrones, le atrapan la lanza, cortan los montantes y acuchillan salvajemente. A su yegua, la que pariera a bordo, la de Sedeño, con una espada de pedernales le cortan la cabeza de un solo tajo y ahí se queda muerta
Socorremos a Pedro, muy malherido, y aún podemos llevarnos la silla cortando la cincha. Los indios, cortan la yegua en pedazos y se los llevan
Los pedreros y escopetas les están haciendo mucho daño, porque como son muchos y andan tan juntos, de cada piedra nos llevamos a tantos
Todos, los de caballo y escopetas y ballestas y espadas y rodelas y lanzas, peleamos a una como varones para salvar nuestras vidas y hacer lo que estamos obligados, porque ciertamente las tenemos en gran peligro, como nunca estuvieron antes
Llevamos todo el día peleando sin descanso, turnándonos en primera línea y dando reposo a los caballos, cada un tanto.
Ya les hemos matado ocho capitanes cuando retroceden al ponerse el Sol. No sabemos cuantas otras bajas les hemos hecho, pues se llevan a sus muertos
-Se retiran, ¡Victoria, gracias sean dadas a Dios! Parad, quietos, que nadie los siga, retrocedamos a esos templos que atrás vimos que estaban buenos y en alto como en fortaleza y vayamos a descansar y a pasar la noche
Reunidos en consejo, los capitanes me confirman las malas nuevas; cinco peones y dos caballos muertos, la yegua de Morón y el de Olid, y cuatro soldados heridos. Ordeno enterrar en secreto a todos los muertos, para que no vean los indios que nosotros morimos también
La buena noticia, aparte de la victoria, es que tenemos muchas gallinas y perrillos que hemos encontrado en aquellas casas. Vamos a poder comer y descansar esta noche, mientras distribuimos las guardias
(Nota 1 del vocero; la propuesta de paz debió de resultar muy sospechosa a los tlaxcaltecas, pues si ya era raro que un extranjero se presentase en son de paz, con una propuesta de alianza contra los mexicas, más que estuviera acompañado precisamente por algunos de sus señores)
(Nota 2: Los mexicas nunca sometieron a Tlaxcala; era una especie de campo de entrenamiento para guerreros jóvenes. También les limitaban el acceso a la sal y algodón, prohibiendo al resto de los pueblos tributarios que los rodeaban que se los facilitasen a través del comercio)
He mandado a los de caballo hacer salidas, mientras los demás se reponen y curan, para que los tlaxcaltecas piensen que siempre los hemos de seguir sin descanso. En ellas, hemos tomado varias aldeas y prendido indios. Nuestros aliados, crueles, les queman las suyas casas
Soltamos a los prisioneros tomados con mensajes de paz que les dicen Marina y Jerónimo; que no sean más locos y que vengan en paz, que queremos ayudar y tenerles por hermanos
La respuesta que nos envía al rato el joven Xicoténcatl no puede menos halagüeña;

“..que sí, que vayamos a su pueblo, que harán las paces con nosotros mientras se hartan de nuestras carnes y honran a sus dioses con nuestros corazones y sangre”

Olé
-Jerónimo, dile a Marina que les pregunte con qué fuerzas cuenta Xicoténcatl

-Mi señor, Tlaxcala está compuesta de cuatro señoríos; Tizatlan, Ocotelulco, Tepetícpac y Quiahuixtlan, que pueden juntar hasta cinco capitanías de diez mil guerreros cada una
-General, exageran, puede ser un ardid, no creo que puedan juntar a tantos hombres estos indios

-Supongamos que sí los tienen, Pedro
-En ese caso, más vale que nos confesemos con los padres y nos encomendemos a Dios, pues antes de acabar con el último de ellos, nuestros brazos habrán dejado de obedecernos de puro agotamiento de matar indios
-Confiemos en el Altísimo, Pedro, que nos ha hecho llegar hasta aquí. Esta noche, quiero oír cantar en el real, hay que subir la moral de la tropa. Y organice vm a los dos padres para que atiendan las almas de todos
Al amanecer, tras oír misa con el padre Díaz y el padre Olmedo, hemos puesto los caballos en concierto, y no ha quedado ninguno de los soldados heridos que no ayudase en lo que pudiese
-Los ballesteros y escopeteros, escojan bien el disparo. Los de los tiros, apunten al centro de sus formaciones. Los de espada y rodela, no dejen que se les acerquen tanto y atraviesen las entrañas a la primera, y que no salga nadie del cuadro
-Los de caballo, ayúdense los unos a los otros, no se repita lo de Morón; las lanzas terciadas a las caras y ojos, entrando y saliendo a media rienda
Salimos del real en formación y ni a media legua vemos asomar los campos llenos de guerreros con grandes penachos y sus divisas, grullas blancas, y mucho ruido de trompetillas y bocinas

-Hasta aquí hemos llegado, señores soldados, por Dios y por Santiago
Lentamente se despliegan y nos rodean por todos lados. Somos cuatrocientos españoles, muchos heridos aún del otro día, contra una multitud que parece llegar al horizonte.
Nos gritan y pregunto a las lenguas que qué dicen; “que hoy no han de dejar a ninguno de nosotros con vida, que no han de esperar a sacrificarnos más tarde”.

Mira, ya es un avance y un alivio saber que no hemos de acabar como cochino en matadero sino de pie y con el arma a mano
Se nos vienen encima en masa con grandes gritas y alaridos, apedreándonos con hondas y flechando con varas tostadas que atraviesan do no llevemos defensa. Con orden y concierto, nuestra artillería y escopetas y ballestas, que les hacemos harto daño, de tan juntos que van
Los que se nos llegaban con sus espadas y montantes les dábamos buenas estocadas, que les hacíamos apartar, y no se juntaban tanto como la otra vez pasada. El cuadro, aguantando durante horas el diluvio de piedras que se nos venía encima
Su primitiva táctica nos ayuda a aguantar; nos atacan de frente, muy prietas las filas y van cayendo según llegan; no saben cómo luchar contra nosotros y vemos a sus capitanes discutir entre ellos y a los hombres atacarnos de mala gana hasta que comienzan a aflojar y retraerse..
Se retiran

¡Victoria, demos gracias a Dios!
Gracias también le sean dadas a mi virgencita de los Remedios, que buena ayuda nos ofreciese hoy. Suyos siempre
-¡Volvamos al real!
Los capitanes me informan de que sólo tenemos una baja (alabado sea Dios) después de tantas horas de combates, además de sesenta soldados y todos los caballos heridos
Ordeno enterrar al muerto en una cueva dentro de una casa y derribarla para que no le hallasen sino que creyesen que somos teules, como ellos dicen, inmortales. También hemos prendido a tres indios principales
Rezamos para que nos den una tregua, que no vamos a poder aguantarles mucho más este ritmo de guerras
Ad astra per aspera, que dijese ese estoico cordobés
He liberado a los tres principales y enviado con los dos mensajeros nuestros aliados de Cempoala con más mensajes de paz y peticiones de cruzar sus tierras camino de Culúa. Pero que si no se avienen, y continúan ofendiéndonos, que les mataremos a todas sus gentes
Nuestros mensajeros han vuelto diciendo que hallaron a los señores muy tristes, llorando la pérdida de los suyos y que les han repetido que somos teules y que nos dejen pasar por sus tierras
(Nota del vocero: Sus sacerdotes han disimulado delante de nuestros mensajeros, pues luego les dicen a los capitanes que somos hombres cualquiera y no teules y les animan a atacarnos de noche, que menguan nuestras fuerzas)
No sé si nos cree teules o no, pero el Xicoténcatl no ha tenido mejor idea que atacarnos esta noche. Las velas han dado la alarma y, como andamos muy apercibidos y dormimos calzados y con el arma en la mano, hemos dado cuenta de ellos a costa de dos soldados y un caballo herido
Al amanecer, hemos visto veinte muertos suyos
(Nota del vocero: Parece que ante el mal consejo dado de sus sacerdotes, Xicoténcatl, muy enfadado, ha sacrificado a dos de ellos)
Hoy, mientras seguimos aguantando escaramuzas cada vez más débiles de los tlaxcaltecas, que se nos acerca un otomí al servicio de Tlaxcala, con macana y escudo y ha reclamado un guerrero para un desafío. Uno de Cempoala me ha pedido permiso para aceptar el reto y he accedido
Los dos ejércitos nos hemos quedado de espectadores viendo la Justa, cómo se repartiesen golpes. Muy pronto, nuestro indio aliado ha alcanzado al otro en el cuello, derribándole y ha rematado la faena en el suelo, cortándole la cabeza, que ha mostrado desafiante a los otros
Los de Tlaxcala han quedado tristes y mudos mientras mis soldados y aliados han vitoreado al nuestro indio, que me parece que hemos escogido bien a los amigos
Missing some Tweet in this thread?
You can try to force a refresh.

Like this thread? Get email updates or save it to PDF!

Subscribe to Hernán Cortés ❌ 🇪🇸 🇨🇺 🇲🇽
Profile picture

Get real-time email alerts when new unrolls are available from this author!

This content may be removed anytime!

Twitter may remove this content at anytime, convert it as a PDF, save and print for later use!

Try unrolling a thread yourself!

how to unroll video

1) Follow Thread Reader App on Twitter so you can easily mention us!

2) Go to a Twitter thread (series of Tweets by the same owner) and mention us with a keyword "unroll" @threadreaderapp unroll

You can practice here first or read more on our help page!

Follow Us on Twitter!

Did Thread Reader help you today?

Support us! We are indie developers!


This site is made by just three indie developers on a laptop doing marketing, support and development! Read more about the story.

Become a Premium Member ($3.00/month or $30.00/year) and get exclusive features!

Become Premium

Too expensive? Make a small donation by buying us coffee ($5) or help with server cost ($10)

Donate via Paypal Become our Patreon

Thank you for your support!