Desaparecer en la pobreza. Mónica Gabriela Pereyra podría estar enterrada cerca de su propia casa, en un cañaveral donde ya se encontró su ropa. Pero todavía, una semana después, no se puede conseguir que la Policía entierre una pala para buscarla bajo la tierra. 
Mónica tenía 37 años, cuatro hijos y un serio problema de adicción en octubre del año pasado, cuando salió con su pareja. Miguel volvió solo, le dio las ojotas de Mónica a la mamá de ella y le dijo "tome, la gorda se ha enojado y se ha ido".
Nunca más se supo de ella.
Nunca más se supo de ella.
La denuncia se radicó en la Policía, pero CINCO MESES MÁS TARDE todavía dormía en un cajón sin pasar a la fiscalía. Entonces, en mayo, su mamá fue a Tribunales y radicó otra. Tampoco se movió mucho la investigación.
Hasta el viernes pasado.
Hasta el viernes pasado.
El viernes pasado fue un nene a la casa de Doña Juana, la mamá de Mónica. Pidió hablar con ella pero no estaba. Dijo esto a la familia:
"Me mandan a decir que si la quieren encontrar a la gorda, está enterrada en el cañaveral al frente de Emilio Luque"
"Me mandan a decir que si la quieren encontrar a la gorda, está enterrada en el cañaveral al frente de Emilio Luque"
La familia fue. Encontró ahí un encendedor y papel glasé, señal de que alguien había estado fumando en el lugar. Más allá, enterradas una remera y una gorra, que la gente del lugar dice que es de Miguel.
Y, finalmente,un buzo. El buzo que llevaba puesto Mónica cuando desapareció
Y, finalmente,un buzo. El buzo que llevaba puesto Mónica cuando desapareció
La familia avisó a la Policía, que se llegó al lugar, lo cerró e hizo tres pozos, no sabemos de qué profundidad. Luego, suspendió la tarea porque se hacía de noche y no tenía buena luz.
Eso fue el viernes.
Todavía no volvieron a excavar.
Eso fue el viernes.
Todavía no volvieron a excavar.
La familia de Mónica es extremadamente pobre y su mamá, que tuvo 9 hijos y muchos más nietos, apenas entiende qué significan las cuestiones legales. Le anduvo preguntando a la Policía cuándo iban a seguir excavando pero le dijeron que no le podían dar información.
Entonces se vino a Tribunales. Ahí le dijeron que se siente, que espere, que no sabían cuándo iban a retomar las tareas, que estaban en reunión, que vuelva en 15 minutos, que nada todavía,que lo único que se veía era un decreto ordenando que haya una consigna policial en el lugar
Doña Juana se consiguió una abogada, la doctora Betina Laguna, de la Fundación María de Los Ángeles. Se presentó con ella y ahí la cosa cambió: la hicieron pasar y le tomaron declaración y ella, por fin, pudo aportar estas novedades a la Justicia.
Pero las excavaciones no se reanudaron. Esta vez porque el equipo científico está diagramando cómo se va a hacer la tarea. Es lo que nos informan.
Pero la verdad -¡ojalá salgan a desmentir esto!- es que en Tucumán no tenemos georradar para sondear bajo la tierra. Tampoco perros de búsqueda cadavérica (al menos siempre traemos de otras provincias). Espero que pronto lleguen ambos elementos.
El Los Vázquez, todos esperan saber si en ese cañaveral está enterrada o no Mónica. Especialmente su hijo de 10 años, que quedó al cuidado de su abuela y todavía logra ir a la escuela. En la zona, es complicado terminar la escolaridad.
Los Vazquez es un barrio creado de un basural. La gente se asentó ahí porque la basura les dio una oportunidad de conseguir comida en la inmensa montaña de basura que lo bordeaba. lagaceta.com.ar/nota/748280/ac…
El basural que mantuvo viva a la población también la fue matando. Eso y la laguna verde, de agua podrida, que el año pasado se tapó. Eso y los residuos patológicos que contaminan el Río Salí lagaceta.com.ar/nota/31483/inf…
Eso y el paco, la peor catástrofe de todas. Y también el merendero, la escuela de boxeo y de fútbol para evitar que los chicos caigan en las adicciones, o logren zafar si ya cayeron.
Ahí esperó doña Juana durante un año que su hija vuelva, pero ahora dice que lo único que tiene para esperar es que alguien cave y le entregue el cuerpo de su hija.
