Las fotos de funcionarios mirando mapas y planos es ya un recurso bastante remanido, y forma parte del folklore peronista-kirchnerista. Como consultor técnico que alguna vez fui, hace algunos años atrás tuve que asistir a un funcionario nacional de visita por Santa Fe (hilo)
El tipo llegó a la obra con dos sujetos más. Uno llevándole los papeles (secretario), y otro que oficiaba de 'prensero'. Recorriendo algunos frentes noté que el tipo se ponía 'en pose', y el prensero tomaba fotos a dos manos. Con casco, sin casco, saludando, señalando, mano en
la pera, ceño fruncido...todas las truchas que se podían obtener, contemplando una alcantarilla doble de 800. Cuando fuimos a los planos, para indicar el avance de obra, el tipo fue claro: "yo no entiendo una goma de esto; vos explicame, pero me interesa saber si se hizo o no".
Mientras el prensero seguía gatillando tomas, tuve que dar una clase de obras de infraestructura. Creo que no escuchó una sola palabra, porque al rato me preguntó si estábamos lejos del Quincho del Chiquito, un tradicional comedor de pescado de río. "lejos", le dije, y el tipo
me dice "bueno, está, sigan...que se yo...¿está todo bien?" "Pero Fulano, eso lo tenés que decir vos, en tu informe", le respondí. "Bueno, ponele. El informe lo hace otro". Y el tipo se fue, con el secretario y el prensero, a comer al Quincho. Lo penoso es que después entré a la
página del Ministerio, y ahí estaban los partes de prensa, con el susodicho en pose de prócer y con fragmentos de supuestas impresiones suyas, que no eran más que el hurto calificado de las explicaciones que le habíamos dado. Así todo, y a los meses, recambio por otro espécimen
al cual se debía explicarle nuevamente todo. Debo reconocer, que cuando Menem los 'cuadros técnicos' eran tales: gente capacitada en su profesión, y en la función. Se puede discutir después el choreo y coso, pero eran tipos con el que establecías una dialéctica en torno a lo que
estabas haciendo. Con De la Rúa también, pero con otra visión y misión de las cosas. Con Duhalde mandaron más bomberos que ´técnicos' y con el temita ese de poner 50 monos con una hormigonera de 200 litros para hacer una cuadra de pavimento...así salió todo, y con el "Trabajar"
espantando gente de la obra. Después llegaron los 'kumpas', y fue el acabose. Pendejos desalineados que vivían con la cabeza en el Blackberry y que con generosos viáticos preguntaban dónde se podían tomar unas buenas birras. Llegamos a tener una 'trabajadora social' como
auditora, que siempre se preocupó por establecer paralelismos con los planes revolucionarios de las obras bolivarianas del chavismo. "No, flaca, acá estamos tratando de resolver algo menos complejo: las cloacas, como para que la gente deje de cagar en una lata". Así me fue. Al
tiempo no me renovaron el contrato. "No estabas identificado con la causa", me dijeron por ahí. "Menos mal" -pensé-, porque después directamente no controlaron, no auditaron...nada. Eso sí, hasta donde pude saber, los tipos seguían en pose y mirando planitos, pero dentro de los
despachos. Será por eso que algunas obras se pagaron y no se hicieron...en fin. La cosa cambió algo con el macrismo; muchos proyectos, dale para adelante, ponele pila..ok, ok. Pero después se terminó la guita y acá estamos, como los indios: en bolas y a los gritos. Volviendo a
ver funcionarios con la mano en la pera, señalando el horizonte promisorio, con cara de ojete...tal vez porque ahora se han dado cuenta que van a tener que aprender que con el cemento también se come; el problema es que estos muchachos nuevos no saben siquiera preparar la mesa.
