Os explico lo del #PINParental que se ha aprobado en #Murcia desde el punto de vista del Estado. Autonomías sí, pero siempre que apoyen nuestra candidatura y que piensen como nosotros; pueden autodeterminarse. Pero si no nos apoyan o piensan distinto, el Estado debe intervenir.
La ideología funciona como un fanatismo religioso. Todo está supeditado al adoctrinamiento de las "verdades" de esa ideología, y la realidad cambia según se amolde o no a los dictados de la ideología.
No obstante, no penséis que las contradicciones en que incurren los ideologizados son conscientes. Ellos están profundamente convencidos de que están haciendo lo correcto y de que no hay ningún problema en afirmar una cosa y la contraria, con tal que favorezca la ideología.
Proclamarán que Cataluña tiene derecho a autodeterminarse, pero que en Murcia no tienen derecho a aplicar el #PINParental . Dirán que en nombre de la libertad los hijos deben ser arrancados de las garras homófobas de sus padres, equiparando la educación afectiva con matemáticas.
Según ellos, un bebé no nacido pertenece a su madre y puede hacer con él lo que le plazca, hasta incluso matarlo; pero una vez nacido, pasa mágicamente a pertenecer al Estado, que debe educarle para protegerle de los padres que le han dado la vida.
Dicen que el niño pertenece al Estado, y no a los padres; pero son estos quienes deben mantenerle, darle de comer, enseñarle a andar, vestirle, etc. Así, las familias actúan como siervas del Estado, dan hijos al Estado a los que ellos crían y alimentan, para que él los eduque.
Entonces ya no está el Estado al servicio del ciudadano, sino el ciudadano al servicio del Estado; más en concreto, de la ideología. Los hijos son nuevos adeptos que las familias dan al Estado. No tienen derechos sobre ellos, solo deberes respecto al Estado.
Pero ellos no lo ven. Siguen ciegamente al falso mesianismo que promete libertad cuando quiere suplantar ésta por un pensamiento único en el que no haya opción ni disensión. Se entiende libertad como sumisión al dogma ideológico.
Por eso pueden aliarse fácilmente con las teocracias islámicas; el principio es el mismo: la sumisión a una ley (la sharia) dada por un poder superior. No importa la libertad, solo la sumisión. La plenitud está en la sumisión a la ideología dada por el Estado. No en la libertad.
Usarán esa palabra porque es el dulce que el hombre adolescentizado posmoderno desea constantemente, pero no es su finalidad. Para ellos el fin justifica los medios. Y en nombre de la libertad, quieren abolir la libertad. Es necesario captar las sutilidades de todo este entramado
Solo así podremos desenmascarar esta pantomima e intentar hacer pensar a aquellos que estén dispuestos, para liberarnos de las garras de la ideología antes de que sea demasiado tarde. Los más fervientes adeptos no lo verán, son incapaces. No es culpa suya.
El objetivo de los que amamos y defendemos la libertad son aquellas personas que están confundidas pero no cerradas, y que pueden intuir el alcance que estas maniobras pueden tener en nuestro futuro próximo. Quizá así podamos evitar la debacle antes de que se produzca.
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