La guerra tiene mucho de ciencia. Si los científicos usan el método 'prueba y error' hasta dar con la solución válida. Los militares saben que el camino hacia el triunfo pasa por aprender de una derrota previa. Fue lo que le pasó a la Fuerza Aérea Revolucionaria de Cuba en Angola 
De la intervención cubana en ese país vimos una pincelada con el papel clave que jugó una compañía de carros T-54/55 para frenar la ofensiva de la SADF en Cuito Cuanavale. Pero aquella guerra que duró trece años (1975-1988) también se libró en el aire
Es el 6 de noviembre de 1981 y los radares cubanos acaban de detectar dos Mirage F1CZ de la South African Air Force. Los cazas de la SAAF vuelan hacia la base de Lubango, donde hay dos MiG-21MF en alerta. Los tenientes Ezequiel Cancela (líder) y Danacio Valdés (punto) despegan
Guiados por el control de tierra, los cubanos se colocan en una posición ventajosa. Pero cuando están listos para disparar, aparece otra pareja de Mirage F1CZ que ha pasado inadvertida al radar por volar a muy baja altura. La FAR ha caído en una emboscada y va a pagarlo caro
Tras intentar en vano engancharle con sus misiles de guía infrarroja, el mayor Johann Rankin centra en su mira al avión de Valdés y dispara con sus dos cañones DEFA de 30mm. El MiG-21 estalla en el aire, se parte en dos y cae envuelto en llamas. El piloto se eyecta, pero fallece
El otro MIG-21 escapa y aterriza en Lubango. Es la primera victoria aérea de la SAAF desde la guerra de Corea. Y será la única pérdida en combate aéreo en toda la historia de la FAR. Tras esta derrota, los cubanos cesan a varios mandos y cambian las tácticas. ¿Será suficiente?
El 5 de octubre de 1982 se produce un nuevo duelo aéreo. Dos Mirage F1CZ del 3º escuadrón pilotados por el mayor Johann Rankin y el capitán Cobus Toerien escoltan a un Canberra de reconocimiento. Salen a interceptarlos los MiG-21MF de los tenientes Raciel Marrero y Gilberto Pérez
Los cazas maniobran unos contra otros. Rankin lanza dos misiles de guía IR Matra Magic, que fallan. Pero hace gala de su puntería con los cañones y alcanza al MIG de Marrero. La SAAF reclama un derribo y un dañado, pero los dos MiG-21 regresan a su base de Lubango. Es un empate
Pero los altos mandos de la FAR no están satisfechos. A partir de ahora, los pilotos inexpertos son relegados a misiones aire-tierra. Y cambian sus monturas. A mediados de los ochenta Cuba despliega en Angola dos escuadrones de MIG-23ML, integrados en el 25º Regimiento de Caza
Cincuenta de estos aviones llegan directamente desde la URSS y se reparten entre el 12º y el 13º Escuadrón. Su primer éxito será el derribo de un C-130 de la CIA el 3 de abril de 1986. Pero no será hasta septiembre de 1987 que se vean las caras con los Mirage F1CZ del 3º Squadron
El día 10, dos Mirage F1CZ y dos MIG-23ML se baten en duelo. Los MIG, que escoltan a otros ocho MIG-23 en misión de bombardeo, encaran a los cazas surafricanos. Estos disparan dos misiles R-550. Uno falla y el otro explota cerca de su blanco, pero no causa daños. Es otro empate
Avanzamos hasta el 27 de septiembre de 1987. Los MiG-23ML del mayor Alberto Ley Rivas (líder) y del teniente Juan Carlos Chávez Godoy (punto) escoltan a unos helicópteros en misión de rescate, cuando reciben un aviso desde tierra: cazas surafricanos han penetrado en Angola
Son dos Mirage F1CZ. A los mandos, el mayor Carlo Gaggiano (líder) y el capitán Arthur Piercy (punto). Los MiG interceptan de frente a los Mirage. El radar de Chávez fija un blanco a 12 kilómetros, pero no puede dispara, pues el MIG de Rivas ha quedado delante y podría alcanzarle
Chávez comprende que ha tomado la decisión correcta cuando Rivas engancha al caza de Piercy y le lanza un R-60MK (AA-8 Aphid en el código OTAN). El misil de guía IR explota cerca del Mirage, provocándole daños en la tobera, cola y alas. El segundo Mirage pica hacia tierra y huye
Los MiG-23 intentan perseguirle pero están cortos de combustible y desisten. Piercy, al que los cubanos han dado por derribado, se las arregla para escapar a baja altura. Al principio todo va bien, pero el sistema hidráulico, vital para el manejo de la aeronave, comienza a fallar
Piercy no controla su avión y al aterrizar en Rundu, Namibia, se sale de la pista y se estrella. Logra eyectarse, pero el paracaídas no se abre. El piloto se rompe la columna y queda inválido. Su caza es dado de baja. Durante años, Suráfrica ocultará lo sucedido como un accidente
Los cubanos, de su lado, sostienen que han disparado tres misiles AA-8 Aphid de guía IR y dan por derribados a los dos Mirage F1CZ. Oficialmente se le adjudica una victoria y media al mayor Alberto Ley Rivas (en la foto) y media victoria al teniente Juan Carlos Chávez Godoy
Tras este combate, la FAR se hace con la superioridad aérea. La SAAF no puede competir con el rango de los misiles R-24R (versión mejorada del AA-7 Apex, con un alcance de 50 kilómetros) que portan los MIG-23. El vetusto Matra R-530 de los Mirage apenas alcanza los 20 kilómetros
Además de disponer de capacidad para atacar desde el hemisferio delantero y tener mejores misiles guiados por radar e infrarrojos, el MIG-23ML también supera al Mirage F1 en maniobrabilidad, velocidad (tanto a nivel del mar como en altura), techo máximo, alcance y ritmo de subida
De otros combates la información es vaga. Fuentes rusas y polacas adjudican a los MIG-23 cuatro derribos (tres Mirage F1 y un Impala) en 1987/1988. La SAAF niega esas pérdidas, pero no reclama ningún MIG-23. En realidad, se perderían nueve MIG-23 en accidentes o por la antiaérea
Al término del conflicto, los aviones supervivientes se envían a Cuba. De hecho, el MiG-23ML que se exhibe en el museo de las DAAFAR, en La Habana, es un veterano de aquellos mano a mano con los Mirage F1 de la SAAF en los cielos de Angola
El mejor tributo a los MIG-23 de la FAR vino de la SAAF. Acabada la guerra fría, Suráfrica se alió con Rusia para modernizar los Mirage F1 con motores y misiles rusos. El proyecto, que incluía el motor Klimov RD-33 del MiG-29 y misiles R-73E (AA-11 Archer), fue cancelado. THE END
