-Que luego aparece Chimo con Rosa y lo mismo trae unas amigas y a ver la imagen que damos.
-¿Quién es Rosa, preguntó Paco.
-¿No se llama Rosa la novia de ahora?
-Bueno, que igual viene con alguien y no quiero que piensen que los Perales somos unos descuidados que no lavamos los coches.
-Pues no, Pancho, los Perales dais peras y los Peregrinas van caminando a Santiago y a Roma.
-Paco, que ya tienes veintitantos años, hombre de Dios -le gritó Pancho. Bueno, ¿dónde paramos?
-Ahí, ahí, Pancho.
Y ahí nos metimos. Directamente en el túnel de lavado. Pancho salió a comprar la ficha y a la vuelta nos vio dentro del coche.
-Entra, tío. Y charlamos mientras
Así que puso la ficha y se metió dentro.Ya conocerán esa sensación de estar bajo la tormenta; el coche se tambalea un poquito -el Renault Fuego,más,que estaba viejo- y ves como ondas de espuma se estrellan en los cristales
-Os voy a llevar a tomar una mariscada a la calle Betis.
-Mejor un bocadillo o algo -dijo Pancho- que yo tengo que pagar el cristal del coche y procurar que mi padre no se entere.
-Y hoy, os invito yo a la mariscada, gritó Chimo.
Nos extrañó porque como todos los millonarios es bastante agarrado pero… nunca hay que perder la esperanza. Y de vez en cuando le daba por la munificencia.
Me da la factura.
-Chimo, has pagado cuatro menús del día.
-¿Si?
-Si, pone mesa 7 y cuatro menús del día.
-¿Cuál era la nuestra? -dijo Paco.
-La 6, terció Pancho
-Cambiaría el número de la mesa sin querer…
-Chimo…
-Son yankees, Jacobo. Nos quitaron Cuba y Filipinas. Y no te puedes imaginar lo que perdió mi familia entonces. Nos vimos abocados a la pobreza.
-Bueno, mañana nos confesamos y en paz. ¿Cómo está el padre Gaztambide, sigue sordo?
-Si.Como una tapia
-Ea.Además,Dios perdonará nuestras flaquezas. Hemos honrado su Creación.¿O tú no has alabado el marisco?
-Más que tío Ramón a una banda de majorettes