La fortuna es un factor clave en el devenir de nuestras vidas. Incluso profesionales tan preparados como un piloto de caza dependen de la suerte. Sólo que esta vez es difícil discernir entre la mala y la buena. Esta es la curiosa historia del capitán Fyodor Mikhailovich Zinoviev 
10 de marzo de 1964. Un RB-66C del 19º Squadron de la 10ª Tactical Reconnaissance Wing (Ala de Reconocimiento Táctico) de la USAF despega de Tul-Rosiere, Francia. Oficialmente, se trata de un simple vuelo de entrenamiento. Su cometido real, sin embargo, es mucho más importante
El RB-66 debe reconocer unas amenazadoras maniobras terrestres del Grupo de Fuerzas Soviéticas en Alemania. Es interceptado en el área de Magdeburgo por un MIG-19 del 33º IAP de la 126ª IAD, pilotado por el capitán Fyodor Zinoviev. Sus órdenes son claras: derribar al intruso
En los años 60, la RDA no había sido reconocida por Occidente y su espacio aéreo era violado regularmente por aviones de la OTAN. Los soviéticos deciden cortar por lo sano y aunque en los informes oficiales incluirán avisos y disparos de advertencia, la consigna es tirar a matar
Zinoviev cumple las órdenes. Dispara sus dos cañones de 23mm, pero sin puntería. El RB-66 gira bruscamente y emprende la huida. No llegará muy lejos. A 20 kilómetros de la frontera de la RFA, es atacado por dos MIG-19 del 35° IAP. El capitán Vitaly Ivannikov manda la patrulla
Ivannikov lanza una descarga de cohetes no guiados desde 150 metros. Luego, a unos 90 metros, dispara sus cañones de 23mm. El RB-66 cae en llamas. Algunos restos golpean al avión de Ivannikov, que logra aterrizar pese a los daños. La tripulación americana desciende en paracaídas
El teniente Harold Welsh (navegante), herido en brazos y piernas, es atendido en un hospital militar soviético. Los capitanes David Holland (piloto) y Melvin Kessler (instructor) resultan ilesos. Serán devueltos a Occidente. Holland volará 146 misiones en Vietnam en aviones EB-66
Ivannikov es condecorado con la Orden de la Bandera Roja, pero también Zinoviev, al que se considera coautor del derribo. Al poco, una disputa política entre altos mandos por adjudicarse el mérito, lleva a que Zinoviev sea declarado oficialmente como el piloto que abatió el RB-66
Es 1967 y pese a 'su derribo', Zinoviev no ha hecho carrera. Tiene ya 41 años y sigue siendo capitán. Ahora lidera una misión de rutina. Trasladar cuatro de los nuevos MIG-21PFM desde la fábrica de aviones de Znamya Truda, cerca de Moscú, hasta la base de Cottbus, cerca de Berlín
El MIG-21PFM posee un nuevo asiento eyector, un sistema de control de armas mejorado, un cañón fijo y misiles aire-aire guiados por radar. Los oficiales de inteligencia de la OTAN darían su paga por echarle un vistazo de cerca a esta versión más capaz del conocido caza soviético
Es el 12 de febrero. Guiados por Zinoviev, los MIG vuelan desde Moscú a Minsk, donde hacen escala. Tras pasar la noche en la capital de Bielorusia, los pilotos ponen rumbo a Cottbus. Tres de ellos aterrizan con normalidad, pero falta el avión de Zinoviev. ¿Dónde se habrá metido?
El aviador soviético ha cometido un error de navegación, si bien, no tarda en ver un aeródromo. Trata de contactar por radio, pero no hay respuesta. Da por hecho que se trata de una avería y aterriza. ¡Cuál será su sorpresa cuando observa varios aviones con insignias de la OTAN!
Zinoviev se halla en el aeropuerto de Tegel, en la zona francesa del Berlín Occidental. El MiG deja caer su paracaídas de frenado y gira para despegar, pero los soldados de la OTAN han reaccionado rápido y bien. La pista principal está bloqueada por 'jeeps' y camiones de bomberos
Pero Zinoviev guarda un as en la manga. El MIG-21PFM fue diseñado para operar desde pistas cortas sin pavimentar. El piloto ruso elige una calle de rodaje, enciende el postquemador y logra despegar, pese a lo corto y estrecho de la pista. Ya en el aire, gira hacia Berlín Oriental
Finalmente, entre sudores, aterriza en Cottbus. De inmediato es reclamado por sus superiores, pero sólo será amonestado. La URSS no podía deshonrar a uno de sus héroes. El hecho de haber 'derribado' un RB-66 tres años antes le salvó la cabeza al 'bueno' de Zinoviev. конец
