¿Quién es "El Gordo May" y cómo murió por #COVIDー19, según me contó un trabajador de la prisión federal de Puente Grande, Jalisco?
¡Hoy es miércoles de #NaciónCriminal con @LuisCardenasMx en @MVSNoticias!
Abro HILO con los detalles de la vida y muerte de un jefe de Los Zetas.
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Abro HILO con los detalles de la vida y muerte de un jefe de Los Zetas.
Para contar esta historia desde el principio hay que ir al mediodía del 28 de agosto de 2008, cuando dos adolescentes caminaban por los montes del poblado Chichí Suárez, en la zona rural de Mérida, Yucatán.
Mientras buscaban donde escapar del sol del verano se toparon con una pila de 11 cadáveres, 10 de ellos desnudos.
Todos jóvenes, todos decapitados vivos.
Un cuerpo más sería hallado más tarde en otro municipio para cerrar las cifra en 12 homicidios.
Todos jóvenes, todos decapitados vivos.
Un cuerpo más sería hallado más tarde en otro municipio para cerrar las cifra en 12 homicidios.
El crimen, inexplicable para un municipio seguro como Mérida, provocó una ola de psicosis colectiva. El gobierno estatal, y el federal, tenían que asegurar, y pronto, la detención de los responsables.
Para fortuna de las autoridades, un día después del crimen agentes estatales detuvieron una camioneta Escalade blanca que circulaba a alta velocidad por la carretera Mérida-Cancún con tres hombres.
Al revisarla hallaron armas, palas, picos y la evidencia que necesitaban:
Al revisarla hallaron armas, palas, picos y la evidencia que necesitaban:
Una hacha con sangre seca, cuyo filo coincidía con los cortes precisos que tenían los cuerpos de los decapitados, todos entre 20 y 30 años.
Uno de los tres detenidos, Juan Camacho, llevaría 24 días después, a la entonces PGR hasta un fraccionamiento de lujo en Cancún, donde sus amigos, 8 sicarios y distribuidores de drogas de Los Zetas, tomaban el sol a la orilla de la alberca junto a su jefe.
“El Gordo Moy”.
“El Gordo Moy”.
El operativo fue tan sorpresivo que "El Gordo May*" no tuvo oportunidad de escapar.
Aquel 23 de septiembre su suerte fue echada: por la sádica venganza contra los 12 supuestos narcomenudistas, delincuencia organizada, posesión de armas de uso exclusivo del Ejército y...
Aquel 23 de septiembre su suerte fue echada: por la sádica venganza contra los 12 supuestos narcomenudistas, delincuencia organizada, posesión de armas de uso exclusivo del Ejército y...
... delitos contra la salud, el Juzgado Tercero de Distrito en Jalisco lo sentenció a 37 años de prisión.
Saldría libre hasta los 71.
Saldría libre hasta los 71.
“El Gordo May” pasó de vivir su infancia en una precaria casa en Campeche al dormitorio 10 de la Comisaría de Sentenciados del Centro Federal de Readaptación Social #2 en Puente Grande, Jalisco.
Aunque presumía su estatus en lo alto del organigrama de Los Zetas, pasó 11 años y 5 meses sin muchos privilegios:
una televisión,
una cama más grande que el resto de los internos, mosquiteros
y toallas en las siguientes estancias donde vivió.
una televisión,
una cama más grande que el resto de los internos, mosquiteros
y toallas en las siguientes estancias donde vivió.
Hacia el final de sus días, vivía obsesionado con la posibilidad de salir antes de tiempo.
Fantaseaba con volver a esos antros en el Caribe mexicano donde las mujeres ignoraban su inmensa barriga a cambio de fajos de billetes.
Fantaseaba con volver a esos antros en el Caribe mexicano donde las mujeres ignoraban su inmensa barriga a cambio de fajos de billetes.
Por eso, según la fuente que lo conoció en el penal, cuando el brote de coronavirus se extendió por la cárcel, “El Gordo May” creyó que la pandemia era su escapatoria.
El viejo capo de Los Zetas compartió tantos objetos como pudo con aquellos internos que presentaban síntomas para contagiarse del nuevo coronavirus y obtener el permiso de un juez para recuperarse en casa.
En lugar de eso, se ganó un viaje sin regreso al servicio médico.
En lugar de eso, se ganó un viaje sin regreso al servicio médico.
El 6 de mayo inició con síntomas leves: febrícula y tos. Pero a medida que las horas avanzaron, las molestias del “Gordo May” crecieron, agravadas por su sobrepeso.
La falta de ventiladores en el área médica precipitaron su fin.
La falta de ventiladores en el área médica precipitaron su fin.
La fuente que lo vio narra una tos cavernosa y dolorosos estertores.
En sus minutos finales, el #COVIDー19 lo había dejado inconsciente: de aquel violento capo solo quedaba un cuerpo debilitado por la pandemia que expiró dos días después.
En sus minutos finales, el #COVIDー19 lo había dejado inconsciente: de aquel violento capo solo quedaba un cuerpo debilitado por la pandemia que expiró dos días después.
El 8 de mayo, peritos del Servicio Médico Forense confirmaron su fallecimiento en el hospital penitenciario.
Dos días después, el caso se hizo público. Por su causa de muerte, “El Gordo May” no tuvo funeral ni velatorio.
Dos días después, el caso se hizo público. Por su causa de muerte, “El Gordo May” no tuvo funeral ni velatorio.
Aquel capo de Los Zetas que se presumía intocable, que se creía el rey de Cancún, murió como sus víctimas: agonizante y solo.
Derrotado por un enemigo que ignoró sus súplicas y que tampoco le tuvo misericordia.
Derrotado por un enemigo que ignoró sus súplicas y que tampoco le tuvo misericordia.
Acá les dejo el link al podcast para que escuchen la historia:
mvsnoticias.com/podcasts/segun…
Y recuerden que nos escuchamos cada miércoles, después de las 08:40, en #NaciónCriminal con @LuisCardenasMx por @MVSNoticias.
Fin del HILO.
mvsnoticias.com/podcasts/segun…
Y recuerden que nos escuchamos cada miércoles, después de las 08:40, en #NaciónCriminal con @LuisCardenasMx por @MVSNoticias.
Fin del HILO.
