Thread by @JFitzEdwards

Recordarán la alegría que experimentó mi padre cuando en Córdoba pasamos a Fase 1. Como les comenté, su cabecita loca pergeñó la «Gran Porra de las Iglesias Fernandinas» que iba a celebrarse ayer. Se celebró de hecho. Pero hubo que limitar el asunto por pura logística. Va hilo 👇

Al final, la porra quedó en seis iglesias, porque sólo tenía seis Jueces Cronometradores. Como es tan buena gente decidió que lo fueran los seis camareros del Club a los que la concesionaria ha enviado a un ERTE. Decidió que con el 10% de la recaudación se pagara a los jueces.

La idea inicial era doce iglesias con minuto y segundo a contar desde que el oficiante dijera «En el Nombre del Padre…» hasta que el pueblo contestara «Amén» al «Podéis ir en paz». El problema era logístico; jueces y multitud de apuestas posibles. Doce por jugador. Imposible.

Así que el lunes pasado se recibieron las reglas en el grupo de Whatsapp. Les copio tal cual: «Entran Santa Marina, San Lorenzo, San Andrés, San Pablo, San Miguel y La Magdalena. Misa de Doce. Se apuesta a la Misa más corta. Ganador, Colocado y Tercero» Apuesta de 150€.»

Lo de la Misa más corta lo explica mi padre. «Queridos amigos: estamos entre caballeros, pero ¿quién sería capaz de evitar la tentación de retrasar la ceremonia si le va en ello ganar una porra que hará historia? Somos humanos, un traspié al ir a comulgar… Me entienden,¿verdad?»

«Aun así, cualquier actitud o actividad que se considere susceptible de representar una manipulación, será sancionada con 2 minutos. La decisión del Juez será inapelable. El infractor deberá invitar al resto de apostantes perjudicados a una copa en cuanto reabra el bar del Club»

El viernes a las 6 se cerró la ventanilla. Impresionante. 208 apuestas, los 175 socios y 33 satélites, que son los conocidos que participan en las porras. 31.200€ de recaudación. 3.120€ para los jueces y 28.080€ para premios. Cada juez salía a 520€. A mi padre le pareció poco

Así que decidió pedir el diezmo a cada socio. Es lo que se pone en grandes porras y que, normalmente se dona a Caritas o a alguna institución similar y corresponde al diez por ciento de la apuesta suscrita. (Cómo luego preguntan…) Todo el mundo lo puso encantado. Sin rechistar.

-¿Y los satélites? pregunté
-Nene, a los satélites les importa un bledo si tenemos un detalle con nuestros camareros. Son gente extraña.
Otros 2.625€ para los jueces. Con el diezmo salían ya a 957,50€
-Nene, hablo con tío Fernando y se lo redondeamos entre los tres a mil euros

-Me parece bien, papá.
-Tocamos a 85€ cada uno. Pero mejor que tú pongas 100€ ya que no tienes hijos. Tío Fernando y yo todavía tenemos cargas familiares.
Lo dice con voz quejumbrosa.
-¿Me estás llamando carga?
-Pon 125€ que si no tío Fernando y yo tenemos que poner céntimos.

-Mejor me callo
-Nene, esto va a ser grande
En fin. El sábado envió los previos: «Definitivo: 14.040€ a Ganador, Colocado y Tercero; 9.360€ Ganador y Colocado y 4.680€ sólo ganador. Se acumula. Premio máximo entre 676,59€ y 872,87€. Suerte a todos» No me pregunten el cálculo

Llegó el domingo. Whatsapp abierto. Socios y satélites repartidos por las iglesias o en casa, que de todo hubo. Apostaron hasta los ateos. Los jueces en las puertas a las once y media. Todos con corbata de rayas en dos tonos de azul. Las envió mi padre para identificarlos.

Yo fui a San Andrés que la tengo más cerca. Mi padre y su cohorte de damas a San Lorenzo. Como solo podía sentarse uno por banco decidió que lo harían por orden alfabético; Amalia, Tita Carmen, Conchita, mi madre y él. Tita Carmen protestó porque «me llamo María del Carmen».

Mi padre cambió el orden por no discutir; Amalia, Conchita, Tita Carmen, mi madre y él. Lo que necesitaba es estar el último para que no le viera ninguna mirando el Whatsapp, porque «Nene, tú lo entiendes, soy el Máster de la Porra y tengo que hacerle el seguimiento apropiado».

Les voy a extractar el Whatsapp para no olvidarme de nada. Empezó mi padre con este mensaje: «Domingo, 17 de mayo de 2020, festividad de San Pascual Bailón. Da inicio la GRAN PORRA DE LAS IGLESIAS FERNANDINAS. Suerte a todos. Doy paso a los señores Jueces Cronometradores».

Doce en punto. Empieza San Pablo. Antes de las 12:01 habían iniciado la Santa Misa la Magdalena y Santa Marina, a las 12:02 se incorporó San Andrés y a las 12:03, San Miguel. Pasan los minutos. Son las 12:06 y San Lorenzo no ha empezado todavía. 12:09, ya se masca la tragedia.

Mensaje del Juez Cronometrador de San Lorenzo: «la cuñada de don Luis ha pedido al párroco que le bendiga un Rosario». Tita Carmen entrando en escena. ¡Señor, Señor, que tensión! «El párroco le dice que no se puede por lo de la distancia social. La señora se enfurruña y gesticula

Le grita al párroco que ella pone el Rosario donde le diga y que eche el agua bendita con el hisopo y que lo haga con fuerza, que bien alimentado que está. El párroco se rinde y bendice el Rosario lanzando el agua bendita con una parábola perfecta que salpica a las primeras filas

Doña Carmen muestra el Rosario bendecido y vuelve triunfante a su banco con sus guantes y su mascarilla. Doña Eugenia le da la enhorabuena desde su sitio y le pregunta que dónde le han bordado las iniciales, que están monísimas. El párroco carraspea. Por fin empieza, 12:07»

En Santa Marina, el cura no encuentra las gafas. Las tenía en el bolsillo del pantalón. Ha perdido un minuto En San Miguel empujan la puerta y distraen al oficiante que reinicia la Primera Lectura. San Pablo lleva un ritmo demasiado rápido según el Juez Cronometrador Toma ventaja

En la Magdalena, doña Angustias Olmedilla inicia el Kyrie a voz en cuello, sin encomendarse a nadie. El párroco la deja aunque pone cara de asombro. Los espontáneos gorgoritos del coro generan retraso. En San Andrés se reza el Gloria muy despacito según el Juez Cronometrador.

Tensión en la casa de los Carretero. Don José María no pudo salir y puso todo a San Andrés. La niña que lee la Primera Lectura en Santa Marina está en la edad del pavo, ha perdido la página, se sonroja y el párroco tiene que ir a ayudarle. Dos minutos largos. Cae de la cabeza.

En San Andrés van por la Segunda Lectura. San Pablo ha adelantado a Santa Marina en el Salmo Responsorial. San Lorenzo va rezagada pero no olviden que empezó tarde. En San Miguel han leído el Salmo como si fuera el Rosco de Pasapalabra y se ponen en cabeza al llegar al Evangelio.

Al oficiante de La Magdalena le da un ataque de tos y pierde posiciones. Llega el momento cumbre y más imprevisible; la homilía. En Santa Marina, el párroco la hace breve. Añade que es por la salud de todos. Don Alfonso Santibáñez blasfema por lo bajini. Se ha caído su apuesta.

Las demás homilías son similares, un poco más larga la de San Miguel, pero todas breves para evitar la exposición y el riesgo sanitario. Salta la sorpresa en San Andrés. El cura se alarga y se lía. Y se remata en San Lorenzo con una homilía más corta que el verano antártico.

Están todas en un pañuelo al iniciarse el Credo. Pero Santa Marina se descuelga. Ha elegido la versión larga. El Ofertorio es rápido en todas y no hay colecta. Imagino a tita Carmen enfadadísima. A ella le gusta guardar las vueltas de la semana y escuchar el tintineo en la cesta.

Llega la Comunión. El otro momento impredecible del día. Nadie sabe cuántas personas querrán comulgar. Empiezan todas más o menos parejas. Los Jueces Cronometradores informan el número de fieles que se han levantado a comulgar. Hay diferencias pero las filas son muy similares.

En San Pablo están acabando de comulgar y aún no ha empezado la Comunión en Santa Marina. En medio, el grueso de Misas en un pañuelo. En la Magdalena, la tensión es máxima. Va rezagada y casi no queda nadie por comulgar; se levanta don Ildefonso, 95 años, bastón y paso lento.

Dos socios jóvenes pierden los nervios, saltan, lo agarran, hacen la sillita de la reina y lo acercan al trote hasta el altar. El Juez señala infracción; dos minutos. La Magdalena esta fuera de la carrera. Una falta de pulso imperdonable. Les va a salir por un pico la inmadurez.

El Whatsapp echa humo de apostantes indignados. La decisión del Juez Cronometrador es inapelable. En Santa Marina también hay intento de tongo pero de un modo más disimulado. Doña Maruchi Hinojosa va en su silla de ruedas a comulgar, empujada por su fiel Purita a paso de pavana.

Paco Artacho, con una maña loable, da un empujón a la silla, a la altura de la décima fila de bancos. La pobre señora sale disparada hacia el altar. Purita cae de bruces al suelo. El Juez señala infracción. Ha grabado la patada de Paco. No hay apelación; la prueba es demoledora.

Santa Marina también queda ya fuera de la competición. Quedan cuatro para el pódium; San Andrés, San Lorenzo, San Pablo y San Miguel. San Lorenzo sigue recortando diferencias. Parece que el párroco tiene mucha prisa por terminar. Bien para mi padre que es muy de su parroquia.

San Andrés va en cabeza pero el oficiante se está adornando antes de la bendición. Es muy cariñoso con los mayores. Se agradece pero no es el día. Don José María Carretero sufre un soponcio al ver que han acabado en San Pablo (12:24:17 y 24’17’’). Va a ser durísimo desbancarla.

Suena el amén en San Andrés (12:28:10 y 26’10’’). Ya han terminado La Magdalena (25’24’’, más 2’ de sanción) que se queda fuera de la competición definitivamente y San Miguel (23’12’’), que se pone en cabeza de modo provisional en lugar de San Pablo. Se adivina un imponente final

San Lorenzo va a todo tren. Don Alfonso concluye homenajeando a Antonio Ozores a ritmo legionario. En palabras de mi padre era como un Fórmula-1 acelerando en la recta final. Mira al frente. Parece que está viendo la bandera ajedrezada. Sonríe y bendice a los fieles en un pispás.

San Lorenzo, que empezó siete minutos tarde va a acabar antes que Santa Marina que lo hizo casi en hora y lleva 2’ de sanción. Suena un amén victorioso en San Lorenzo. Son las 12:29:10. Ha terminado en 22:10. Mi padre grita «Hurrah, hurrah, hurrah». Bajito, pero mi madre lo oye.

Lo mira. Sus ojos dicen «ya hablaremos en casa, Luis». Y mi padre sopesa la euforia del triunfo con el miedo a la censura conyugal. Las Ruiz de Almodóvar son terribles regañando. Y está también tita Carmen y no puede escaparse al Club, ni a la Sociedad de Plateros donde nunca va.

Ya está la terna ganadora; San Lorenzo (22’10’’), San Miguel (23’12’’) y San Pablo (24’17’’). Mi padre lo ha clavado. Con otros pocos. Yo sólo he conseguido Ganador y Colocado. Me ha fallado San Andrés. En fin. Ha sido una media hora emocionantísima. El rally final hará historia.

Recibo un Whatsapp a las tres: «Nene, luego te llamo. Qué día más grande. He ganado 872,87€. Había apostado a la más rentable. Tío Fernando, nada. Te ha fallado San Andrés. La fidelidad enturbia la mente. Tu párroco es un tortuguilla. Lo mejor, los mil euros para los Jueces».

Me llama:
-Nene, no veas la bronca de tu madre. Y eso que no se ha enterado. Prefiero que crea que estoy gagá a que sepa lo de la porra. Tita Carmen me excomulga. Tú no dirás nada ¿verdad?
-Papá, ¿cuándo te he traicionado?
-Nunca, Nene, eres un Fitz-Edwards de una pieza
Lo quiero