Entre 1998 y 2000, Eritrea y Etiopía van a la guerra por sus disputas fronterizas. El conflicto obliga a las fuerzas aéreas de ambos países a evolucionar tecnológicamente. Y es el escenario de un duelo fratricida entre los mejores cazas y pilotos de la antigua Unión Soviética 
Sobre el papel, la Fuerza Aérea de Etiopía goza de una superioridad de 10 a 1 en aviones de combate. Pero al llegar la guerra, sólo un puñado de MIG-23BN y MIG-21MF son operativos, si bien, muchos de sus pilotos llevan años sin volar y apenas hay personal para ponerlos en el aire
El panorama de la Fuerza Aérea de Eritrea es más pobre. Al lograr independencia, capturó algunos MIG-23 y MIG-21, pero para 1998 ninguno está en condiciones de despegar. Los únicos 'cazas' disponibles son seis aviones de ataque ligero Aermacchi MB-339. Y faltan pilotos y técnicos
Ambos bandos buscan resolver sus problemas comprando aviones, asesores y mercenarios en Europa del Este. Etiopía confía en el respaldo técnico-militar de Rusia. Eritrea se apoya en Ucrania. También participan del negocio de la guerra Georgia, Moldavia, Bulgaria, Hungría y Rumanía
A fines de 1998, Eritrea compra 8 MiG-29 y 2 MiG-29UB. Varios pilotos eritreos realizan cursos en Rusia y Ucrania, por lo que los cazas volarán de inicio con instructores ucranianos en las cabinas. Y se organiza un puente aéreo entre Kiev y Asmara para transportar armas y equipos
En Etiopía, el rearme lo lidera Abebe Tekle-Haimanot, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea. Aunque el mando real de las operaciones recae en el general de aviación retirado Yakim Ivanovich Yanakov, que encabeza a un centenar de especialistas rusos: pilotos, mecánicos, armeros...
Así el ejército etíope se llena de apellidos como Belabrov, Skorodimov, Petrov, Kiyaev, Sherstynov, Saigarev, Magarnedov... Se especula con que los pilotos rusos de Su-27 y Mi-24 pueden cobrar hasta 30.000$ al mes. Y otro tanto cabe decir de los mercenarios al servicio de Eritrea
Gracias a su mayor poder económico, los etíopes apuestan por el Sukhoi SU-27. Seis monoplazas SU-27SK y dos biplazas SU-27UB son adquiridos en Rusia. Al tiempo, pilotos e ingenieros de Etiopía son enviados a Krasnodar para formarse en el caza más moderno de facturación soviética
Los aviones, procedentes del 'stock' de la Fuerza Aérea de Rusia, se desmontan en Krasnodar, para ser trasladados al Aeropuerto Internacional de Bole, en transportes Antonov AN-22. Una vez en Addis Abeba, serán montado por especialistas rusos con la ayuda de técnicos locales
Pero el debut del 'Flanker' en Etiopía es un desastre. El 6 de enero de 1999, un SU-27 se estrella durante un vuelo de demostración, en presencia del presidente etíope Negasso Guidada. El piloto de pruebas Vyacheslav Myzin, coronel de la fuerza aérea rusa, se eyecta y sobrevive
Rusia repone el avión perdido y para febrero los SU-27 son plenamente operativos. El escuadrón se reparte entre el aeródromo avanzado de Mekele, a sólo 40 kilómetros de la frontera; y el aeropuerto de Debre-Zeit. Eritrea también divide sus MIG-29 entre las bases de Asmara y Masau
A la falta de infraestructuras, se unen el calor y la altura (Mekele está a 2.200 metros; Debre Zeit, a 1.900; y Asmara, a 2.300), que lastran el rendimiento de los motores y equipos electrónicos. Unas condiciones que poco tienen que ver con las pruebas llevadas a cabo en la URSS
Los ensayos realizados a inicios de los noventa en Lipetsk, depararon una inesperada igualdad entre el MIG-29 y el SU-27. El 'Fulcrum' era un rival de cuidado para el 'Flanker' en combates cerrados cuando actuaba como defensor y no era penalizado por su baja carga de combustible
Y en los combates con misiles guiados por radar, la superioridad electrónica del SU se veía compensada por la firma más pequeña del MIG. De modo que el 'Fulcrum' podía disparar un misil R-27 sólo 1 o 2 segundos después que el 'Flanker', y no 5 o 6 segundos más tarde como se creía
Las ventajas del SU-27 son su armamento (puede llevar al menos seis misiles de medio alcance, por los dos del MIG-29) y su gran autonomía, que le permite cazar al MIG cuando éste debe retirarse por falta de combustible. Eso en teoría. Ahora la guerra pondrá a prueba a ambos cazas
21 de febrero. Un SU-27 de Etiopía intercepta a un MIG-29. A 45 kilómetros de su objetivo, el piloto fija el blanco en el radar y dispara un R-27R. Sin éxito. El Flanker avanza y lanza otro misil R-27T desde un rango de 10 kilómetros. El proyectil explota cerca del MIG, que huye
Al poco, el alertador de amenazas avisa al piloto del SU-27 que le sigue un misil R-27 ¡Ha caído en una emboscada! Mientras el primer MIG hacía de cebo, otro 'Fulcrum' se ha acercado desde abajo. La diferencia de altura y su velocidad permiten al 'Flanker' escapar por los pelos
Matinal del 25 de febrero. Cuatro días después de empatar en su primer duelo, el MIG y el SU vuelven a verse las caras. Y esta vez correrá la sangre. Dos 'Fulcrum' amenazan a fuerzas terrestres de Etiopía. Se destina un 'Flanker' (numeral de cola 1954) para su interceptación
El caza etíope, pilotado presumiblemente por el mayor Vorkneh, lanza dos R-27, uno de los cuales volatiliza a un MIG-29. Su piloto, posiblemente el eritreo Samuel Girmay, no tiene opciones de saltar. El segundo MiG escapa hacia su base. Es la primera victoria de un 'Flanker'
26 de febrero. Pese a este primer revés, Eritrea no afloja. Un MIG-29 se dirige a la capital de Etiopía a gran altitud. Un SU-27 sale a interceptarlo. Justo cuando se dispone a disparar, el control de tierra detecta otro MIG-29 volando bajo. Es una emboscada como la del día 21
Haciendo gala de su sangre fría, el piloto del 'Flanker' ignora el sonido del alertador de amenazas y lanza dos R-27T contra el primer MIG-29. Un misil hace blanco. El piloto del MIG, supuestamente Yonas Misghinna, muere atado al asiento eyector. El segundo 'Fulcrum' da la vuelta
Los dos cazas de origen soviético se enfrentan por última vez el 16 de mayo, cuando un par de SU-27 interceptan a dos MIG-29. Etiopía reclama un derribo con misil R-73 y otro probable con misil R-27. Al menos un MIG aterriza en Asmara, pero está tan dañado que se le dará de baja
Tras perder al menos tres de sus MIG-29, los eritreos y sus 'jefes' ucranianos aceptan la superioridad del SU-27 y renuncian a luchar por la supremacía aérea. Ningún 'Flanker' se perderá en acciones de combate, convirtiéndose así en el 'MIG Killer' más inesperado de la historia
El 18 de junio de 2000, Etiopía y Eritrea firman un acuerdo de alto el fuego. Las fuerzas aéreas de ambas naciones tienen hoy en el SU-27 a su principal activo. Los etíopes cuentan con once aparatos. Los eritreos, con ocho. Es el mejor reconocimiento al triunfo del 'Flanker'. FIN
