Se subraya poco el hecho de que el Estado Mayor militar de la burguesía estadounidense lleva días, desde que comenzó el estallido social en las entrañas de la superpotencia, engrasando la máquina democrática imperialista y parando en seco el intento de golpe de mano de Trump. 
Lo primero no sorprende. El revisionismo acostumbra a hacer análisis de brocha gorda, renegando así de la mejor tradición de nuestro movimiento (empezando por Marx) y despachando el asunto como si la burguesía fuera un bloque monolítico, sin contradicciones internas.
En el fondo, aunque hay muchas aristas, el meollo de la cuestión estriba en última instancia en el conato de Trump de volar en pedazos la arquitectura federal de poder burgués y en su resistencia a metabolizar un movimiento espontáneo que no supone ningún desafío al statu quo.
Por mucho que un sector de las masas de esa potencia criminal haya roto efímera y superficialmente la normalidad capitalista, las contradicciones principales en el tablero de la lucha de clases siguen estando dentro de la burguesía, en especial de las dos alas del gran capital.
Ahí es donde se encuadran los movimientos que pública y explícitamente vienen realizando los altos mandos militares norteamericanos contra Trump, los cuales, al contrario de lo que puedan creer algunos, están actuando como lubricante del andamiaje democrático-imperialista.
Y es fácil de demostrar lo que digo.
Empecemos por el comunicado del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, publicado el 3 de junio, en el que se cierra filas contra el intento de Trump de desplegar tropas federales y de federalizar las guardias nacionales.
Empecemos por el comunicado del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, publicado el 3 de junio, en el que se cierra filas contra el intento de Trump de desplegar tropas federales y de federalizar las guardias nacionales.
Si somos capaces de ver, como decía Lenin, los intereses de clases que subyacen tras cada declaración, no es que a la cúpula militar estadounidense le haya dado por ser la campeona de la pulcritud legalista-madisoniana y constitucionalista.
Más bien (los mandos militares de la clase capitalista suelen tener un pensamiento más a largo plazo, estratégico y de Estado) es muy consciente del peligro que supondría dinamitar un principio fundamental de reparto del poder en toda la nación entre las dos alas de la burguesía.
Además de saber que el régimen burgués norteamericano, en crisis profunda, pide a gritos un nuevo gran pacto social que cambie todo para que nada cambie, corporativizando y digiriendo de forma natural todo cuanto es integrable del movimiento espontáneo burgués.
En esa tarea el Partido Demócrata, el antiguo partido esclavista, es fundamental. Pero también lo es el Partido Republicano, donde cada vez más dirigentes, capitaneados por el defenestrado general Mattis, se manifiestan sin ambages contra Trump.
Mattis hizo público un comunicado, también hace escasos días, expresando su rechazo a las maniobras "anticonstitucionales" de Trump, reivindicando a Abraham Lincoln y mostrándose solidario con las demandas de los manifestantes (!). Más claro, agua.
context-cdn.washingtonpost.com/notes/prod/def…
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De idéntica forma se han manifestado Grinston, McConville y McCarthy, todos ellos altos mandos del Ejército de los Estados Unidos, reivindicándose como garantes y defensores de los derechos del "pueblo" norteamericano.
army.mil/article/236157
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Todos ellos, blandiendo orgullosos la Posse Comitatus Act (que impide que el presidente pueda desplegar unidades militares federales en activo sin el permiso del Congreso), se han mostrado contrarios a aplicar la Ley de Insurrección de 1807, empezando por el jefe del Pentágono.
La derrota de la maniobra de Trump, al menos por ahora, es clamorosa. Ayer, la reportera de POLITICO en el Pentágono informaba de que tropas activas de la 82.ª División Aerotransportada recibían la orden de Esper de replegarse. El Pentágono disciplinando en directo a Trump.
¡Pero hay más! El 3 de junio, el general John Allen (a la derecha en la imagen) emitió un comunicado que no puede pasar inadvertido. Entre otras cosas, alertaba del peligro del fin de la democracia estadounidense, pedía detener la maniobra de Trump...
...declaraba que el primer objetivo de la democracia estadounidense es cortocircuitar a los grupos supremacistas blancos (!) y, en suma, exigía ser sensible a las demandas de los manifestantes. El documento no tiene desperdicio, conviene leerlo.
foreignpolicy.com/2020/06/03/tru…
foreignpolicy.com/2020/06/03/tru…
Y un último posicionamiento de otro mando militar, Robert B. Neller, exjefe del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos: "Se acabó el tiempo de silencio, al menos para mí". No hace falta añadir más comentarios al titular. La traducción de clase está clara.
taskandpurpose.com/news/marine-co…
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Si aún hay tantos comunistas que creen que la revolución contra el capital puede comenzar o germinar en este tipo de estallidos, o en el movimiento espontáneo burgués en general, ello muestra cuánto nos queda en el camino de la reconstitución ideológica y política del comunismo.
Absolutamente todas las expresiones de espontaneidad son y serán metabolizables por uno u otro sector de la burguesía. Termino enlazando este hilo que, según me comentan, tanto soliviantó a los guardianes de la quintaesencia espontaneísta anarquizante.
Pequeña "adenda", obligada por el estado comatoso del comunismo hegemónico: quien se genuflexione ante el movimiento espontáneo o se posicione en favor de una de las dos grandes fracciones burguesas norteamericanas en pugna, está fortaleciendo objetivamente este siniestro orden.
