Thread by @julietaovallep

"Music, Sense and Nonsense: Collected Essays and Lectures", por Alfred Brendel.

Capítulo: “Liszt’s Hungarian Rhapsodies”

Playlist: open.spotify.com/playlist/2Xn83…

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Para Brendel, hay dos maneras de aproximarse a Franz Liszt que lo han hecho más accesible al escucha moderno: a través de su música que apuntaba hacia el futuro y a la desintegración de la tonalidad, y a través de su Romanticismo poético-religioso.

Si hay música de Liszt que debe ser reivindicada son sus Rapsodias Húngaras, que deben ser defendidas en dos frentes: contra músicos “serios” que las ven como piezas de exhibición y contra maniacos del piano que las usan como piezas de exhibición.

No sólo Liszt se fascinaba e inspiraba de las melodías húngaras, también Brahms (y Haydn y Schubert anteriormente). Incluso tenían el mismo “informante”, el violinista Reményi.

Aún existe confusión lo que es la “música húngara”. No es fácil trazar una línea clara que divida tres áreas: el estilo musical gitano, las melodías folclóricas de los siglos XVIII y XIX de la clase media y aristocracia, y el verdadero folclore que encontraron Bartók y Kodály.

Lo que en el siglo XIX se conoció como música húngara parece haber sido una mezcla de estilo gitano y música folclórica urbana. Sin embargo, Liszt cometió el error de atribuir a los gitanos la música nacional húngara, error que Hungría tardó en perdonar.

Estrictamente hablando, las Rapsodias Húngaras pertenecen a sus paráfrasis. Al igual que Brahms, Liszt utilizó melodías folclóricas urbanas. Bartók las consideraba creaciones perfectas en su tipo, en las que el material no podía haber sido tratado con mayor genialidad y belleza.

En Rapsodias, Liszt aplica los principios del estilo gitano: “the roving freedom, the romantic exaltation, the curious modulations, the volatility and abruptness, the enunciation of retrial fetters - all these elements were bound to awaken feelings of congeniality in Liszt."

Adicionalmente, en las Rapsodias Húngaras de Liszt se encuentran tonos más oscuros: “the Mephistophelian humour, the inclination to grotesqueness, the readiness to indulge in irony, mocking one’s own intoxication”.

No todas las Rapsodias contrastan el lassú (lento) con el friso (rápido), como en la 2ª. En la 8ª y en la 13ª se combinan tres caracteres básicos de esta música: una introducción desafiante o melancólica, un Allegretto juguetón y un Presto vehemente.

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En la 5ª Rapsodia falta el Friska, la obra sólo tiene los dos primeros caracteres, que contrastan poéticamente. En la 5ª y en la 11ª es posible escuchar el sonido del címbalo. La 15ª es una de las tres versiones que escribió Liszt de la Marcha Rákóczy.

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En las últimas cuatro de las diecinueve Rapsodias se puede apreciar el lado más negro del Romanticismo. En sus propias palabras, la música tardía de Liszt es a su música temprana lo que es “l’amertume de coeur” a “l’exubérance de coeur”.

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Estás ultimas Rapsodias deben de haber sido consideradas producto de la senilidad, con la tonalidad debilitada, la sonoridad desolada, casi desapareciendo para dejar lo indispensable: “Often, only the skeleton -not to say the ghost- of a piece is left”.

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Liszt no deja de soprenderme. Empecé este capítulo casi queriendo saltármelo, y nuevamente su música supera mis expectativas, sobre todo cuando es experimental y revolucionaria. Las Rapsodias Húngaras son mucho más que la Rapsodia No. 2.

Y para terminar, quisiera compartir este pequeño fragmento de una película “Impromptu” (1991), en la que Franz Liszt es interpretado majestuosamente por Julian Sand. Así es como me lo me imagino, ejecutando la Mazeppa, de sus “Études Trascendentales”:

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