La guerra es el arte del engaño. Y nadie ha puesto más empeño y maestría en este apartado que la URSS y sus aliados. De los soviéticos hemos heredado el término 'maskirovka', para referirnos a la desinformación, ocultación y enmascaramiento de nuestras fuerzas a ojos del enemigo 
Cuando en 1999, Yugoslavia, entonces reducida a Serbia y Montenegro, va a la guerra contra la OTAN, afronta el reto de protegerse de la fuerza aérea más formidable de todos los tiempos. Pero, las baterías SAM apenas logran derribar un par de aviones...
En cuanto a los cazas de la JRV (Jugoslovensko Ratno Vazduhoplovstvo o Fuerza Aérea de Yugoslavia) aún tienen menos éxito. Su unidad de élite, la única equipada con aparatos modernos, es barrida del aire en la primera noche de la Operación Fuerza Aliada
Esa misma noche del 24 de marzo, una lluvia de misiles de crucero cae sobre el aeropuerto militar de Batajnica, destruyendo hangares, almacenes, puestos de mando y otras infraestructuras. Una de las pistas queda fuera de uso y la otra está seriamente dañada
El teniente coronel Djordje Ivanov, Jefe de Operaciones del 204º LAP (Lovački Aviacijski Puk o Regimiento de Aviación de Caza) es testigo del desastre. La unidad tiene dos escuadrones: el 126º con MIG-21bis y el 127º con MIG-29. Pero si no hace algo, pronto se quedará sin aviones
Tras varias noches en vela, Ivanov tiene una idea para salvar a los MIG-29 supervivientes. Presenta su proyecto al general Spasoje Smiljanic, comandante de la Fuerza Aérea y Defensa Aérea de Yugoslavia, quien le da el visto bueno. Se pone en marcha una operación de 'maskirovka'
El teniente coronel se dirige a Nova Pazova, una localidad cercana a Batajnica, a diez kilómetros escasos de Belgrado, la capital. Allí contacta con Branko Mazalica, director de la fábrica de muebles 'Vojvodina', quien le proporciona un taller y los mejores carpinteros de la zona
La otra pieza del puzle es Radoje Blagojević, un reputado fotógrafo y modelista del Aero Club de Nova Pazova. Otros miembros del club como Branko Bjelic, Nikola Buljevic, Petar Grubic y Nikola Buncic se unen al proyecto. La misión es fabricar una maqueta a escala real del MIG-29
La idea es construir el señuelo rápidamente gracias al empleo de materiales baratos y fáciles de conseguir. Una carcasa de madera sobre vigas metálicas da forma a la estructura del falso MIG. Luego se cubre con metal, plástico y pintura para darle una apariencia más realista
Unas veinte personas emplean tres semanas en fabricar la maqueta. El señuelo, con las alas separadas del fuselaje, es trasladado al aeropuerto de Batajnica, para ser montado en un hangar. El falso MIG-29 tiene ruedas auténticas con la idea de que pueda ser movido por las pistas
Colocar el modelo en posición no es fácil, pues los satélites de la OTAN sobrevuelan Batajnica cada siete minutos. Es el tiempo que tienen los yugoslavos para sacar el falso caza del hangar y ponerlo en la pista. Para engañar a los infrarrojos, se calienta un barril con queroseno
La primera maqueta no tarda en ser alcanzada, así que se fabrican cinco modelos más, cuatro de los cuales son destruidos sobre las pistas de Batajnica. Los yugoslavos han obligado a la OTAN a gastar cinco de sus costosas municiones de precisión para volar cinco señuelos de madera
Seis MIG-29 reales, cada uno valorado en unos 20 millones de euros, sobreviven al conflicto gracias, en gran medida, a sus primos de madera y plástico. El sexto señuelo sólo resultó ligeramente dañado en un bombardeo y hoy se expone con orgullo en el Museo de Aviación de Belgrado
El teniente coronel Djordje Ivanov se retira tras la guerra y hoy es un afamado pintor de iglesias. El antiguo piloto de MIG-21 lucha por evitar que el equipo que fabricó los falsos MIG-29 caiga en el olvido. Al día de hoy ni siquiera han recibido una nota de agradecimiento
El modelista Radoje Blagojević se pasó a la política y llegó a ser vicepresidente de la Municipalidad de Stara Pazova. Su pasión por las maquetas le ha llevado a ganar concursos nacionales y europeos. En Serbia se le conoce como 'el hombre que engañó a la OTAN'
Los falsos MIG-29 sólo fueron la demostración más espectacular de la operación de 'maskirovka' a gran escala que los yugoslavos desarrollaron durante los 78 días que duró la guerra contra la OTAN. Un arte del engaño en el que destacó el Tercer Ejército desplegado en Kosovo
Se usaron viejos tanques como señuelos, al igual que maquetas de carros y vehículos. Y se emplearon tuberías, llantas viejas y muñecos rellenos de heno para simular piezas de artillería. En muchos casos se colocaron barriles de combustible ardiendo para engañar a los infrarrojos
Al final de la guerra, la OTAN reclamó haber destruido 93 tanques, 132 blindados y 52 piezas de artillería en Kosovo. En cambio, el Tercer Ejército Yugoslavo sólo reconoció la pérdida de 13 tanques (seis de ellos a manos de la guerrilla del ELK), 10 blindados y algunos cañones
Un informe clasificado de la USAF publicado por Newsweek redujo las pérdidas causadas por los ataques de la OTAN a 13 tanques, 18 blindados y 20 cañones. Fuentes yugoslavas estiman que los pilotos occidentales atacaron 974 señuelos terrestres sólo en la zona de Kosovo. KPAJ / END
